De lo divino y lo humano

Muchos de ustedes habrán visto el clásico del cine “El hombre que pudo reinar” basado en el libro homónimo de Rudyard Kipling. En él dos aventureros caraduras buscan hacer fortuna en un imaginario país de Oriente. En cierto momento de la película, Dravot (Sean Connery) está en plena lucha frente a unos lugareños cuando una flecha le impacta en el pecho. Milagrosamente supera el trance ileso, y los indígenas creen que es una prueba de su origen divino, cuando en realidad el proyectil ha sido detenido por la bandolera que llevaba bajo el uniforme. Desde entonces comienzan a considerarlo un dios, ignorando que el resultado del lance ha sido producto del azar. Esta historia tiene ciertas similitudes con situaciones que se dan en el mundo de la gestión financiera.

Nunca es tarea fácil superar la rentabilidad de los índices, más aún para los gestores profesionales que tienen que superar los gastos que suponen las comisiones de gestión, entre otras. Son bastantes los que en el corto plazo consiguen superar a sus referencias, pero con el paso de los años, los resultados acaban empeorando en la mayoría de los casos, y solo unos pocos consiguen dejar atrás a sus benchmarks.

La mayoría de los inversores es consciente de que un track record exitoso a un año no significa nada, ni tampoco dos o tres años. Algunos recomiendan un plazo mínimo de cinco años para juzgar la actuación de un gestor. A otros les parecerá que aún es poco, que quizás habría que esperar a completar un ciclo bursátil para ver cómo se comporta tanto en periodos alcistas como bajistas de cierta entidad. Para eso tal vez haya que pensar en plazos de diez años.

¿Y si nos vamos a plazos de 20 años? No son muchos los gestores con 20 años al frente de un fondo, pero si encontramos alguno de ellos que consiga batir al índice en más de un 2% anual, estaremos hablando de unos resultados extraordinarios, que llevarán a los afortunados partícipes a acumular en ese tiempo más de un 50% frente al inversor que se haya indexado.

Desde luego tanto aquellos que han confiado en el gestor desde el principio como aquellos que simplemente han tenido noticia de sus resultados coincidirán en que su talento está fuera de toda duda. ¿Pero seguro que es así?

Observen esta tabla con un gran número de carteras simuladas de 30 acciones seleccionadas aleatoriamente entre las 1000 más grandes de Estados Unidos. En todos los casos suponemos que se invierte 1$ y o bien se hace buy & hold (columna hold) o bien se rebalancea anualmente (columna Rebal.). Podemos ver el capital acumulado al cabo de 20 años (el periodo es de 1985 a 2004) según el percentil.

En ese periodo el SP500 ofreció un 13% y un 14% las carteras equal weighted formadas a partir de las 1000 mayores empresas.

Bien, pues el percentil 99 de las carteras de 30 acciones consigue convertir 1$ en 35,35$ con rebalanceos anuales, lo que constituye un 19,5% anual. Un espectacular 5,5% sobre el índice EW.

¿Qué conclusión sacamos de esto? Que por puro azar, de entre un conjunto de carteras o fondos de inversión, uno de cada 100 batirá al índice antes de gastos por más de un 5,5% anual, sin necesidad de habilidad alguna por parte del hipotético gestor.

Llegados a este punto pueden argumentar que la mayoría de fondos tienen más de 30 acciones en cartera. Es cierto, pero tampoco es menos cierto que no son posiciones equiponderadas. En muchos casos solo las diez primeras posiciones ya suman cerca del 40% del peso del fondo, lo cual no deja de ser una forma de concentración que lleva a aumentar la dispersión de resultados en una medida similar a lo que resultaría de carteras equiponderadas de menor número de acciones. Recientemente hemos tenido ejemplos de los efectos que puede tener en una cartera el tener un 10% concentrado en una posición, tanto en sentido positivo como Umanis en True Value, como negativo con el affair Aryzta en Cobas.

Tras tratar esta objeción, pregúntense si existen más de 100 fondos invirtiendo en Europa o en Estados Unidos o con vocación global. Por supuesto existen muchos más que un centenar de fondos en cada categoría. Lo cual significa que por puro azar, aunque todos los gestores fueran monos jugando con dardos, varios de ellos ofrecerían rentabilidades claramente superiores al índice de referencia. Si consideramos unos gastos medios del 2%, resultaría en al menos un 3,5% anual neto extra.

¿Quiere esto decir que ningún gestor tiene talento? Desde luego que no. Pero es la demostración numérica de lo apropiado del título del libro de Taleb “Fooled by randomness”. Algunos de los gestores que consideramos capaces no son más que afortunados. Y pueden serlo durante mucho tiempo.

Esto no es algo que resulte nuevo. Fama y French ya publicaron en 2010 un estudio en el que llegaban a la conclusión que después de comisiones, había menos fondos “de éxito” de los que cabría esperar solo por puro azar. En realidad, los gestores con más talento apenas alcanzarían a cubrir sus comisiones. Entre los fondos que no pierden terreno frente al índice estarían mezclados aquellos con un gestor capaz junto con gestores simplemente afortunados, lo que lleva al nudo gordiano, ¿cómo distinguir unos de otros?

Ya sabemos que la rentabilidad no nos sirve a tal efecto, dado que unos y otros pueden mostrar la misma y en plazos largos. Tal vez lo que pretendemos sea una tarea cuasi imposible, pero si hay que afrontarla se podría empezar por:

  • Recurrir a pagar comisiones bajas. Si erramos y el gestor seleccionado no tiene el talento que creíamos, al menos la rentabilidad esperada no se resentirá tanto. Habremos minimizado los daños resultantes de habernos equivocado. A mi juicio gastos del 2% o más que se ven con preocupante frecuencia son totalmente inaceptables, por más que el gestor aparentemente se los haya ganado en el pasado.
  • Analizar el proceso de gestión. Todo gestor buen vendedor tiene una estupenda narrativa para justificar cada una de las posiciones. Pero más allá de que nos cuenten una bonita historia y lo de que “La inversión es un arte” convendría tener claro qué criterios siguen para comprar y vender las acciones, bajo qué condiciones las mantienen y qué plazos manejan. Así como descubrir si juegan al market timing, si emplean coberturas, etc. En definitiva, que recurran menos al cliché del arte y más a mostrar la parte de ciencia o de técnica que hay detrás. Solo de ese modo podremos ver si al menos hay un proceso reproducible que nos resulte convincente y si el gestor se ciñe a él.

En cualquier caso, creo que lo más importante sería cambiar la forma en la que vemos la inversión en fondos de inversión. Deberíamos sustituir nuestras lentes tradicionales deterministas y dejar de pensar en que son elaboradas carteras con potenciales de 100% o más de revalorización como insisten muchos gestores value. Deberíamos ponernos unas lentes probabilísticas y pensar más bien de la siguiente forma:

Un gestor muy bueno puede conseguir un 4% de alfa sobre el mercado, por ejemplo, que tras gastos se queda en 2%. Esa sería su habilidad real para el largo plazo, que no es poca. Y nuestro el mérito en saber detectarlo. Pero luego el gestor se enfrenta a la aleatoriedad igual que cualquiera de nosotros. Por tanto debemos entender su cartera como un conjunto de acciones sujeto al azar, y comprender que si bien el gestor aporta un 2% de “buen hacer” la dispersión de rentabilidades esperada en un fondo verdaderamente activo incluso a veinte años es bastante mayor que ese 2%. Ya no hablemos de plazos menores.

Nuestra forma de entender el mundo no suele ser esa. No solemos estar preparados para interpretar el papel del azar y actuar en consecuencia. Nos resulta chocante y contraintuitivo que un buen gestor pueda estar diez años o más obteniendo resultados por debajo del índice. Y viceversa, que un mal gestor pueda obtener resultados excelentes más de una década. Después de una década con esos resultados pensaremos que el primero no sería tan bueno y el segundo será un genio; pero como decía Taleb, estaremos siendo engañados por el azar.

Aquí tienen unas tablas donde mediante otra aproximación estadística totalmente distinta se llega a conclusiones similares. En este caso se detalla la probabilidad de que un mal gestor quede sobre el índice según el periodo considerado y el tracking error del fondo. A modo de guía, detallo los TE de varios fondos populares. El de Magallanes es de 6%, el de True Value es del 8%, el de AzValor es del 9,5% y el de Cobas Internacional del 11,7%.

Observen que con un TE de 10%, a 10 años un mal gestor que genera un alfa de -1% anual tiene un 15% de posibilidades de acabar batiendo al índice. Y podríamos darle la vuelta a la tabla y concluir que un buen gestor tiene un 15% de posibilidades de no poder superar al índice durante un periodo de 10 años.

A tenor de todo lo anterior, tengo la desasosegante sensación de que los inversores somos como esas tribus engañadas por el azar, que veneran como dioses a individuos que en el fondo son humanos. Cuando descubrimos que esos supuestos dioses también sangran nos sentimos ultrajados, cuando los principales culpables somos nosotros por autoengañarnos. Al mismo tiempo, los hombres que merecerían nuestra admiración pueden estar entre nosotros, camuflados entre la masa solo porque la fortuna en la vida o en las finanzas no les ha mostrado la mejor de sus caras, a diferencia de los primeros.

Como decía un personaje de Tolkien, “No es oro todo lo que reluce, ni toda la gente errante anda perdida”.

P.S. No quisiera cerrar aquí el post, porque el artículo del que he extraído la primera tabla pienso que es una pequeña mina de oro, de la que aún se pueden extraer más conclusiones interesantes no solo para los inversores en fondos, sino con carácter general. Antes de seguir con ellas debo dar las gracias a @AntonioRRico porque he conseguido encontrar ese artículo tirando del hilo de otro similar citado en su interesante post.

Una primera conclusión es que el rebalanceo periódico mejora la rentabilidad en casi todos los casos. Tanto en percentiles bajos como altos y tanto en carteras concentradas como diversificadas. ¿Y cuáles son los casos en los que no sería conveniente? Solo en los percentiles muy altos de carteras concentradas. Traducido al cristiano, cuando se tiene la enorme suerte de dar con un pelotazo como Microsoft en la época del estudio o Apple y Amazon más recientemente. En esos casos, está claro que es mejor dejarla crecer libremente aunque se convierta en un porcentaje enorme de la cartera. Pero claro, de entrada es poco menos que imposible saber qué acción se va a convertir en un pelotazo, así que lo más sensato sería rebalancear. Eso sí, tiene el grave inconveniente de tener que pagar impuestos y costes de transacción. Tal vez sería mejor reservar esta estrategia para fondos o carteras que por algún motivo puedan diferir el pago de impuestos.

Una segunda conclusión es que es falso que una cartera de 20 o incluso 30 acciones sin más sea de por sí suficiente diversificación. Las probabilidades de conseguir un capital final muy inferior a la media no son desdeñables. Por ejemplo, con una cartera de 20 acciones buy & hold a 20 años en un 25% de las ocasiones obtendremos un capital final más de un tercio inferior al de una cartera muy diversificada. Y un 10% de las ocasiones la mitad o menos.

Aquí ya entrarían en juego otras consideraciones. Por ejemplo muchos miembros de este foro tienen carteras concentradas, pero en auténticos holdings que no experimentan tanta volatilidad como una empresa convencional y cuya dispersión de rentabilidades futuras es esperable que sea mucho menor. Es decir, que poseen carteras concentradas pero sólidas. Por supuesto, también entra en juego la posibilidad de diversificar entre distintos sectores, lo cual nos lleva al siguiente punto.

La tercera conclusión, por sorprendente que pueda parecer, es que para disminuir el riesgo es preferible con diferencia la diversificación aumentando el número de empresas a la diversificación asegurándose que se invierte en todos los sectores. Por ejemplo, si tomamos carteras de 10 empresas, produce el mismo efecto diversificador asegurarse que están representados diez sectores diferentes que simplemente aumentar la cartera de 10 a 11 acciones. Como regla general, sepan que para todo tamaño de cartera, un 10% extra de acciones ya iguala el efecto que conseguiríamos buscando específicamente la diversificación sectorial.

Puede que llegados a este punto se pregunten qué es exactamente eso de disminuir el riesgo, esa entelequia difícil de definir y de medir. En este caso riesgo es acabar consiguiendo una rentabilidad final bastante inferior a la del índice. De forma más técnica: que la rentabilidad de los percentiles más bajos se aleje mucho de la media.

La cuarta conclusión que extraería es que el aumento de la concentración de una cartera es un proceso de “loterización” de la inversión. Conforme concentramos la cartera cada vez es más probable acabar consiguiendo un resultado inferior a la media, pero a la vez se aumenta la probabilidad de conseguir un rendimiento extraordinario. Llevado al extremo es como cuando compran un billete de lotería: probable pérdida a cambio de improbable y enorme ganancia.
Espero que algo de todo lo señalado les pueda servir como material para reflexión.

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@Cygnus No sabemos si Boccaccio, contemplaba la posibilidad de que algunos gestores fueran inmortalizados entre las personalidades más famosas de la historia. La fortuna y la calamidad de entremezclan inmisericordemente.
Su artículo es oportuno y excepcional.

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No sabe @cygnus, lo que he disfrutado leyendo y asintiendo con la cabeza mientras lo leía.

Como todo estudio y demostración general estadística, siempre habrá particularidades y otras evidencias empíricas, que puedan rebatir ciertas conclusiones. De hecho, muchas de ellas pasan por delante nuestra, lo difícil es saber manejarlas.

Agradecido de leer cosas, sobre todo en cuanto a diversificación y sectores,:upside_down_face:, por el que sigo mi proceso inversor, cada vez más tranquilo.

Y eso que las tijeras de podar están ya ahí, haciendo su trabajo. :scissors:.

Me ecantó la película.

Excelente, gracias por su tiempo.

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Muchas gracias por su artículo @Cygnus. Me maravilla la gente que escribe así con ese hilo argumental que te va llevando, como quien no quiere la cosa, desarrollando su argumento. Y luego ya, buscarle las analogías cinematográficas o de la índole que sea, es la guinda.

Ahora, lo que me pasa por la cabeza es cuántos de nosotros lo leeremos y pensaremos “exacto, eso es exactamente así”, pensando que nosotros estamos ajenos a los riesgos expuestos o que los hemos mitigado de alguna manera.

La siguiente derivada es, si parece difícil acertar con las acciones ¿qué tal acertar con los gestores? ¿Se podría sustituir en el artículo todas las referencias a acciones y selectores de acciones y poner gestores y selectores de gestores (sí, Vd)? ¿Qué resultado se obtendría? Y si lo de escoger acciones muchos se lo dejamos a profesionales, ¿es más fácil escoger gestores? Y si lo es ¿cómo se explica la cantidad de gente que hay metida en instituciones que manejan grandes patrimonios haciendo exactamente esto? ¿Es que esperamos batirles en este juego? Oh, no me vengan con que ahora la solución va a ser contratar un buen fondo de fondos, porque estas cosas se dejan a los profesionales…

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Muchas gracias por la mención. Me alegra que le pareciera interesante.

Edito ya que cuando comenté me encontraba de viaje y sólo leí la mención:

https://twitter.com/AntonioRRico/status/1060648064137027585?s=19

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Absolutamente genial .Gracias Cygnus.

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Mi más sincera enhorabuena por su artículo, donde hace usted hincapié no sólo en aspectos financieros, sino en aspectos psicológicos, filosóficos e incluso metafísicos, aspectos que muchas veces no tenemos en cuenta a la hora de invertir y que sin embargo, en nuestra vida diaria, determinan nuestra existencia. Me refiero a su análisis del papel que juega el azar en esta tarea en la que estamos empeñados algunos, ni más ni menos que la de invertir.

Vaya por delante que estoy totalmente de acuerdo con usted, me refiero al papel que juega el azar en esto de la inversión, pero no por que sea un aspecto que afecte sólo a lo financiero sino a nuestra vida. Por ejemplo, cuando uno se casa hace una inversión, incluso se “asocia” con alguien, pone sobre la mesa carne, tiempo y dinero, lo hace incluso enamorado, y por supuesto a largo plazo. Pero no se tienen en cuenta los imprevistos, el azar, y así resulta que hoy día los matrimonios en España duran de media 16 años, los divorcios llegan cumplidos los cuarenta y, por ejemplo, en 2016 el número de nulidades, separaciones y divorcios llegó a los 101.294 casos. Claro, nadie pensaba que su “inversión” iba a fracasar. Pero, my God, no contaban con los imprevistos, con el azar.

De igual manera, ya inviertas en acciones o en fondos, como usted dice, un % muy elevado de nuestras rentabilidades está en manos de azar, ya confíes en un buen gestor de un fondo o en un buen equipo de dirección de una empresa. Se podrán analizar todos los parámetros de una empresa (deuda, caja, ROCE, PER, ect) o de un fondo (alfa, beta, sharpe, TER, volatilidad), pero el azar, imposible de medir, está ahí, jugándonosla. Vamos que se ha cargado usted buena parte de la teoría de la inversión con la teoría del azar que nos propone, con la que, repito, estoy totalmente de acuerdo con usted

¿Qué hacer? Usted recoge algunas medidas de carácter financiero, con las que también estoy de acuerdo, otra cosa es que se lleven a la práctica por eso de que, como decía alguien en otro post más arriba, esto no va con nosotros, yo hago las cosas bien, etc. Yo propongo que invirtamos como vivimos, a largo plazo, pero día a día. Sin, como se suele decir, comernos mucho el tarro, atentos pero a la vez distraídos, dedicados a nuestras actividades diarias y tratando de ser cada vez más felices, eso sí, si el azar nos deja.

Willian Bernstein en su obra Los Cuatro Pilares de la Inversión, analiza los comportamientos erróneos de los inversores y propone algunas pautas conductuales para corregirlos, como esta, donde analiza el comportamiento aleatorio del mercado, vamos, del azar :wink:

"Hay que tener en cuenta que casi todos los patrones aparentes del mercado bursátil son, en realidad, simples coincidencias. Gran parte del comportamiento del mercado es aleatorio, lo que funcionó ayer raramente funcionará mañana. Si bien hay unos pocos y débiles indicadores estadísticos de la rentabilidad de las acciones y del mercado, la mayor parte del mundo financiero es totalmente caótico. Lo más importante es ignorar a los estrategas que usan los datos financieros y económicos para predecir la dirección del mercado".

Nota: Más información sobre el tema de los casamientos, divorcios, etc., como se comprueba, es más corriente de lo que parece fracasar en tus “inversiones”:

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Estupendo artículo @Cygnus, muchísimas gracias.

Completamente de acuerdo en la importancia del azar o “chiripa” en este mundillo, Respecto a lo que comenta @arturop del azar en la selección de fondos, pues tiene miga la cosa. Si los mercados y la bolsa son al final puro azar como una ruleta o el cara o cruz, pues seguramente la estadística estaría de nuestra parte si elegimos nosotros directamente porque nos ahorramos la comisión. Si por el contrario es un juego que no es puro azar, como el póker o el blackjack, sí creo que puede ser rentable pagar a alguien para que nos gestione el riesgo y que sepa cuándo apostar fuerte o cuando pasar, sabiendo en todo caso que el azar siempre estará ahí (y que no se distribuye con distribuciones normales, betas…),

Claro que aquí lo malo es saber si el nivel de riesgo del gestor coincide con el nuestro, Yo me pararía en un 15 en el blackjack, y lo mismo el gestor quiere sacar otra carta para sacar pecho y esas cosas.

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Un pequeño añadido sobre la comparación con los índices.

  • Duarante cinco años no miro la evolución de mi fondo elegido.
  • Entonces lo compruebo y veo que ha tenido una rentabilidad del 10 % anual. Respuesta emocional : felicidad, qué bien ha ido, qué bien he elegido
  • Ahora se me da por ver el índice de referencia : 12 % anual de rentabilidad. Respuesta emocional: cabreo, qué burro soy, debí hacer caso a lo de la inversión pasiva.
  • Por último compruebo la rentabilidad del fondo de mi amigo : 13 % de rentabilidad. Respuesta emocional : es que soy idiota, qué mal he elgido, mira que mi amigo me insistió.

Resumiendo… el ser humano no tiene arreglo. No nos hace felices que nos suban el sueldo un 50 % si a nuestro compañero de trabajo se lo han subido un 100 %

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Solo puedo felicitarlo, yo que de esto apenas sé nada y aún menos si me comparo con los participantes de este foro, sí que puedo distinguir lo extraordinario y en este caso este post es extraordinario.

En unas pocas líneas expone más información que muchos libros de los recomendados como imprescindibles en este mundo de la inversión.

En mi campo de trabajo a este tipo de reportes se le denomina inteligencia, que no es otra cosa que la información elaborada.

Mi más sincera enhorabuena y por favor continúen compartiendo su inteligencia.

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Seguro que muchos. Es como cuando leemos algo de psicología sobre los sesgos cognitivos y coincidimos en que son ciertos, pero creemos que nosotros somos especiales y no nos afectan, que son algo que le ocurre solo a los demás.

En realidad mi propósito, más que cuantificar el grado de dificultad de acertar con las acciones, era cuantificar el grado de dificultad de acertar con los gestores. Y la respuesta de acuerdo con la evidencia es que es bastante complicado.

Aplicable tanto a acciones como a fondos. Si el hecho de que tengamos como competencia a profesionales debe desanimarnos, deberíamos abandonar toda esperanza de batir al mercado e indexarnos. Supongo que usted estaba siendo irónico.

No son puro azar, pero eso no quiere decir que no juegue su papel. Creo que es evidente que hay gestores que son mejores que otros, pero la pregunta sería: ¿puede el buen gestor superar todos los gastos asociados a un fondo? Si la respuesta es positiva, ¿por cuánto margen?
Y la pregunta más importante: ¿qué probabilidades tengo de encontrar a un buen gestor de entre la multitud de candidatos (con sus diferentes grados de fortuna) a gestionar mi dinero?

Totalmente de acuerdo. Deberíamos plantearnos un objetivo y un plazo, y alegrarnos si lo conseguimos independientemente de lo que consigan otros o de lo que hubiéramos podido conseguir si hubiéramos hecho esto o lo otro. Pero eso es imposible; somos seres humanos :grin:

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¡Excelente artículo @Cygnus! De verdad te hace plantearte si estamos haciendo el tonto colectivamente, con ilusiones auto-creadas
¡Muchas gracias por compartir!

Eso de que invirtiendo en el pasivo habríamos logrado la misma rentabilidad que el índice suele ser un punto cuanto menos discutible.

Aquí por ejemplo tenemos el Vanguard US 500 Stock Inv EUR , el fondo indexado de vanguard en euros para inversores no institucionales.

Según Morningstar se deja ahora mismo a 10 años un -1,26% anualizado con el índice de referencia que lo compara aunque le saca 1,35% anualizado a la media de su categoría.
Vamos que es fácil estar cabreado porqué nuestro fondo se ha dejado con el índice un 0,5% anual y no lo bate y resulta que si hubiésemos elegido un fondo indexado nos habríamos quedado por detrás.

Teniendo en cuenta la aleatoridad que muy bien comenta @Cygnus y que al indexarnos, no en teoría, sinó en la práctica también nos afectan las posibles comisiones adicionales (muy inferiores a la activa pero también las hay) y posibles errores de replicación, no creo que sea tan importante el hecho de batir o no batir sinó ver por cuanta diferencia se hace y si la diferencia es poca, aunque nos quedemos algo por detrás tampoco le veo el mayor problema práctico.

Por no hablar de que el mercado, incluso en épocas largas suele premiar en exceso ciertas estrategias de inversión que tal vez los próximos 10 años va a penalizar.

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Me quito el sombrero ante una muestra tan abrumadora y demoledora de sentido común y pensamiento de enésimo nivel.

“Nunca beberás dos veces de la misma agua”.

Si ya debe ser difícil acertar con el gestor, por complicarlo aún más , diría que la eficiencia y el acierto de los mismos según la etapa de su vida en que se encuentren variará enormemente.

Un gestor puede haber tenido un comienzo normal o bueno, ganar fama, que se le suba a la cabeza y que tome más riesgos de los necesarios para mantener rentabilidades buenas.

Quizá en la primera y la tercera etapa (cuando se dio el baño de humildad y reorientó el rumbo), sean muy buenas, pero como te toque la segunda, y encima vengas bien convencido por el resultado de la primera, puedes tener un choque frontal bien doloroso.

En resumidas cuentas, que es lo importante, me parece uno de los mejores escritos que he leído para pensar y reflexionar. Hands up, @Cygnus !

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Fantástico artículo. Me reafirma en mi teoria de que el factor suerte/karma/destino es el más decisivo.
Ya Homero dejaba claro que somos simples mortales a merced del capricho de los dioses, y que por mucho empeño que pongamos, no está en nuestra mano decidir el resultado final.
Aparte de otras ventajas evidentes. Para mí lo mejor de invertir solo en acciones es ser responsable casi al 100% del resultado (MI suerte/destino/karma).
Aunque entiendo que se opte por otros medios y cuando van mal dadas, reconozco que lo paso igual de mal o peor que los demás.

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Me deja un sabor agridulce la lectura. No puedo estar más de acuerdo y, al mismo tiempo, uno tiene la sensación de haberse equivocado, de haber delegado su dinero en los gestores value nacionales, y que va a obtener la rentabilidad del mercado menos las comisiones, teniendo que esperar un largo plazo para que el mercado les dé la razón, si llega el caso, y atado a una suscripción de 5 años, como el Microcap, o de 1 año con Az y Cobas. Se me ha quedado cara de tonto. Gracias por su sabiduría y los buenos ratos que me dan. Aunque, reconozco que mientras más leo menos entiendo.

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Todo se puede discutir en esta vida. Por favor, ofrézcanos un vehículo mejor que un indexado de Vanguard para replicar al s&p500 y obtener su resultado menos los gastos. Estoy deseando saber!

No, no, por favor, que no se le quede cara de tonto, yo también invierto en fondos value nacionales y no tengo la sensación de haberme equivocado y después de mirarme al espejo compruebo que tengo la misma cara. Hablemos claro, estamos otra vez ante el viejo debate de si es mejor invertir en fondos o directamente en acciones. Del artículo se desprende que sí, que el azar tiene mucho que ver en esto de la inversión y desde luego en otros aspectos de la vida (en mi post anterior lo reconozco, más que nada por que lo he comprobado a lo largo de mi vida), pero también se deja entrever que los que invertimos en fondos de inversión lo tenemos peor, por que encima de depender del azar, también dependemos de la “debilidad” de los gestores, como si el que sólo invierte en acciones no estuviera expuesto a su propia “debilidad” y a todos los imprevistos/azar que les surjan a las empresas en las que invierten. Por no dejar de lado el aspecto técnico/financiero de si se está suficientemente preparado para analizar una empresa/sector en un momento dado y de si se tiene tiempo suficiente para dedicarse a esto. Además de que invertir en acciones no sale gratis. De hecho algunos posts anteriores también lo dejan entrever, pobres de los que invierten en fondos de inversión, además del azar dependen de la “debilidad” de sus gestores. Que no, hombre que no, siéntase orgulloso de haber tomado las riendas de la gestión económica de su patrimonio a pesar del azar, de los gestores y de que su vecino que invierte en acciones sea más rico que usted o se haga rico antes que usted, recuerde que por eso no será usted más pobre.

Un abrazo.

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Uno en verdad se mueve para que la inflación no se lo coma, para dar ejemplo y cultura financiera a sus hijos ( al entorno lo dejé por imposible), pero tengo mis limitaciones para elegir empresas y por eso me conformé con pagar la gestión delegada. A mí me reconfortan sus palabras, el batir a la inflación, el disfrutar de este foro y me conformo con eso; me da igual lo que gane el mercado si consigo mantener el poder adquisitivo con disciplina y constancia. Pido poco porque la frustración viene de querer los planes perfectos, con que el mío sea regular (bueno es pedir mucho).

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Riámonos del azar tirando a la diana para elegir acciones (podría decir gestores pero así nos ahorramos las comisiones)

Pues eso debilidad * debilidad = debilidad ^2

¿Y para analizar un gestor? ¿es que son subnormales los del fondo soberano noruego ahí empleando hordas de gente en hacer due diligence a los gestores a los que les asignan capital? ¿O es que los CEOs de las empresas son malvados cuando nos cuentan sus historietas y los gestores siempre son guays? (huy que hay gestores que tb son CEOs de su fondo, con qué nos quedamos)

Desde luego el que se sienta más seguro por dejárselo a un profesional, pues bien está bien sentirse bien, pero no nos hagamos trampas al solitario.

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