Un magnífico artículo como de costumbre.
En mi opinión lo complicado suele ser que conclusiones sacar de según que números, más allá del posible titular.
Aunque uno pueda pensar que lo más importante es el resultado final (algunos incluso dirán que es lo único importante), el problema de ese enfoque es que quizás es la parte que menos se puede controlar del proceso inversor de alguien. Poner el foco excesivamente en ello suele ser foco de todo tipo de errores posteriores.
Cambiar estrategias consistentes, interiorizadas y de inconvenientes bastante bien conocidos, por otras cuyos estos parámetros nos son bastante más desconocidos bajo la promesa de una rentabilidad final superior (y normalmente una temporal reciente significativamente mejor que la que llevamos), suele ser muestra más bien de que podemos terminar bailando al son que marca la música del mercado.
Más allá de que los gráficos puestos sean o parezcan gausianas y sin ánimos de entrar en un debate Talebiano sobre la conveniencia o no de utilizar este tipo de distribuciones de probabilidad, creo que un error de interpretación fácil de cometer es no entender los niveles de dispersión que contienen muchos gráficos. Incluso siendo gausiana una distribución, el efecto de tener una desviación estadística que sea x o que sea 4 veces x cambia notablemente que interpretaciones sacar de la misma.
En los foros o en los debates entre inversores suelen abundar los debates sobre si es mejor esto o eso, y en cambio no se suele incidir sobre la posible dispersión de resultados.
En Bogle o en Bernstein si encontramos referencias a ello.
Al final es tremendamente fácil que un inversor siga estrategias con niveles de dispersión
que no va a tolerar respecto a los datos que maneja promedio, sean más o menos correctos esos datos. Cuando se produzcan esos hechos va a ser inevitable que el inversor, pretenda cambiar de estrategia, pensando que está fallando en algo que sin embargo estaba en la propia esencia de lo que son los mercados.
Me gusta su artículo porque incide en algo que cuando los índices característicos de inversión pasiva funcionan tremendamente bien, se suele tener tendencia a olvidar, y es que se pueden construir muchas formas de indexarse. Vamos que con los índices generalistas vamos a evitar buena parte de esa tan dolorosa dispersión, me parece delicado. Parte de esa naturaleza de inversión está en el propio activo, por lo tanto es inevitable.
Cuando uno está esperando resultados de casi 10% anualizados, le va a costar llevar bien los efectos de dicha dispersión de resultados que históricamente han provocado periodos largos sin apenas rentabilidad (o con rentabilidad ajustada a la inflación casi nula).
Una muestra muy clara de lo mal que se suele llevar la dispersión, es que pasa cuando sufrimos niveles ya elevados de dicha dispersión en negativo, respecto a otras estrategias en particular, o respecto al mercado en general, caso de inclinarnos por estrategias que tienden a separarse más de él.
La tendencia es a esperar que esa dispersión remita de forma rápida. En realidad la naturaleza de la propia dispersión hace que aunque se deba de esperar que ese diferencial negativo termine menguando, las perspectivas temporales sobre cuando, deberían de ser bastante menos optimistas. Incluso puede darse el caso que siga incrementándose. Ya he comentado otras veces lo mal que se suelen interpretar las burbujas a corto e incluso medio plazo. Esperar que según que comportamientos reviertan de forma rápida suele ser un error que lleva a malinterpretar luego la fuente de esos comportamientos.
Cuando a uno se le termina la paciencia para tolerar escenarios adversos para su estrategia, llega a la conclusión que era del todo equivocada, cuando en realidad lo que está comprobando es que su paciencia para tolerar las escenarios a los que le podía llevar dicha estrategia, era limitada y que había menospreciado esos escenarios.
Con esto no pretendo decir que uno no tenga que replantearse nunca su estrategia. Al revés, cuando uno hace cábalas sobre a que escenarios le puede llevar, no debería de menospreciar comportamientos bastante extremos sobre los mismos y preguntarse en que medida estaría cómodo con la misma en ellos.
Esto se ve en los escenarios burbujísticos por parte de algunos que parten de la base que eso es un escenario de burbuja. El hecho de no entender que uno no puede controlar sobre hasta que niveles pueden llegar, hace que uno luego si esa burbuja se hace mayor , piense que ha errado en el diagnóstico inicial cuando su error ha sido más bien no entender la dinámica de las propias burbujas.
Hemos visto en las cartas de mucho gestor value estos últimos años hablando de niveles de dispersiones altas. En algunos poniendo incluso, de forma más implícita o menos, la palabra burbuja.
Más allá de coincidir más o menos con ese diagnóstico, en muchos casos se han olvidado mencionar que una cosa es el pensar si uno debería o no estar en esos activos que ve muy caros y otra muy distinta que eso se traduzca necesariamente en una reversión a la media rápida y una disminunción de esos diferenciales negativos cuando puede pasar perfectamente que eso se alargue bastante en el tiempo y se hagan incluso más grandes esos diferenciales.
No pretendo comparar el mercado actual con esa época, pero fíjense como alguien que hubiera pensado que en 2004 había burbuja immobiliaria en España le habría tocado pasar 3 años donde en lugar de cerrarse ese gap de valoración, no hacía más que incrementarse. Y otro año, 2008, donde la RV sufrió mucho más que el immobiliario español.