Es fácil batir al mercado

Esta provocativa frase es el título de un estudio que se planteó si los índices basados en la capitalización bursátil como el S&P 500 serían una buena referencia para evaluar la rentabilidad de los gestores activos. Para ello el autor creó carteras con todas las acciones de ese índice pero donde los porcentajes de cada una eran asignados de forma aleatoria. La elección del S&P 500 fue para no crear suspicacias respecto a problemas de liquidez, pero un Russell 1000 también daría resultados similares.
Una vez creadas las carteras las mantenía durante 5 años sin ningún tipo de cambio ni rebalanceo. El estudio abarcaba el periodo desde 1927 hasta 2014. El resultado es que un 69% de ellas obtenía mejores Sharpe Ratios que el S&P 500 y un 67% de ellas obtenía mayor rentabilidad. Por término medio se obtuvo de esta forma un 4,7% más de rentabilidad final al término de cada periodo de 5 años.
Aquí pueden ver un gráfico comparando el incremento o decremento de valor terminal respecto al índice. Partiendo de 1 $ se llega a 1,77 $ de media de la estrategia frente a 1,69 $ del índice.

Estos resultados están en línea con las carteras de “El mono de Malkiel” que consistiría en escoger anualmente 30 acciones de forma aleatoria y comprarlas de forma equiponderada. Esta estrategia tan simplona también superaría al índice. Volveremos sobre ella más tarde.
¿A qué se debe que carteras aleatorias acaben por lo general batiendo a los índices a partir de las cuáles se han creado?
Una de las explicaciones es que una característica y defecto de los índices es que no están suficientemente diversificados. El peso de la empresa más grande del S&P 500 suele ser 60 o más veces superior al de la empresa mediana.
A esta falta de diversificación se suma que las acciones con más peso son precisamente big caps. Suena a perogrullada, pero no es trivial. Estas empresas por lo general ofrecen menor rentabilidad junto con menor desviación estándar. Gracias a esto último la volatilidad del índice no es muy grande pese a la mejorable diversificación, pero debido a lo primero sí que disminuye su rentabilidad.
Y desde otro punto de vista, un índice como el S&P 500 está compuesto de forma mayoritaria por empresas de sesgo growth (de acuerdo con la clasificación de Fama & French) que teóricamente ofrecen una rentabilidad esperada menor. En los últimos tiempos estas empresas han funcionado excepcionalmente bien y no sabemos que puede suceder en un futuro pero desde luego no ha sido la norma históricamente.
Basándose en estos principios, Robert Arnott, fundador de Reserch Affiliates, realizó un estudio en 2005 que supuso la presentación del concepto de indexación fundamental. Lo que se planteó fue crear índices que en lugar de estar basados en la capitalización bursátil lo hicieran según diferentes criterios, como por ejemplo el valor contable o los beneficios de los últimos 5 años. De este modo, el peso en el índice dejaría de estar ligado al precio pagado por esa empresa y en su lugar estaría ligado a aspectos fundamentales de ella.
En 2013 siguió profundizando en el asunto con otro estudio que fue premiado como uno de los mejores del año. Los resultados eran bastante claros en favor de este nuevo tipo de indexación. Por ejemplo, construyendo un par de índices como se ha indicado más arriba obtenía más de un 11% anual frente al 9,7% del índice ponderado por capitalización.
Pero lo más sorprendente de todo fue cuando testeó unos índices creados con criterios diametralmente opuestos a los anteriores. Haciendo justo lo contrario, los resultados no solo no eran peores que el índice por capitalización bursátil, sino que incluso mejoraban a los índices fundamentales. El rendimiento se disparaba hasta más de un 13% en ambos casos.
¿Cuál fue la conclusión que obtuvieron de esto? Que en realidad no importaba demasiado el criterio utilizado para asignar los pesos en la cartera. Lo más importante era alejarse del índice tradicional. Mucho de lo que se vendía como alfa o smart beta no era más que producto de la aleatoriedad y el rebalanceo periódico.

Quizás llegados a este punto se pregunten cómo puede ser que un criterio y el contrario sean capaces de batir al índice. Si se paran a pensar un poco hallarán la respuesta.
Si tomamos por ejemplo el índice diseñado a partir de los valores contables, ya sabemos que conseguiremos reducir el peso relativo respecto al índice clásico de las empresas “caras”, de altos P/BV, lo cual lleva a un sesgo value y por tanto a mejores resultados históricos.
En el caso de usar el criterio opuesto, dar más peso a las empresas con valores contables más bajos y menos peso a los más altos lo que estamos haciendo es introducir un fuerte sesgo small, puesto que las primeras posiciones serán las empresas más pequeñas del S&P 500 y las más grandes quedarán relegadas. Dicho sesgo es el que permitiría mejorar la rentabilidad también en este segundo caso.

Se pueden hacer muchas críticas al uso o abuso de la Smart Beta o inversión en factores, como ya hice en este post, pero en mi opinión la conclusión a la que algunos han llegado a partir del artículo de Arnott no es del todo justa. No se puede caer en una suerte de relativismo inversor en el que cualquier estrategia es válida en tanto en cuanto sea diferente del índice.
Los cálculos de Arnott son correctos, pero no es lo mismo crear un índice ajustado a los fundamentales que crear una cartera expresamente destinada a buscar exposicion a uno o varios factores. A final de cuentas las rentabilidades extra de las carteras de Arnott, con alfas próximas a 0, siguen debiéndose a diferentes grados de exposición a factores bien conocidos como value y size.
Los estudios sobre factores siempre se han basado en hallar algún criterio que permita discriminar entre acciones con buena y mala rentabilidad futura, comparando el decil, cuartil o tercil superior frente al inferior. Así pues, sabemos que desde el punto de vista de la rentabilidad esperada hay sesgos deseables y otros no y en absoluto son intercambiables.
Volvamos ahora al mono lanzador de dardos de Malkiel. Tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo estas carteras han batido en un buen porcentaje de casos a los índices convencionales. Aquí tienen el gráfico en USA.

A estas alturas tal vez ya se imaginen que el causante del éxito del primate es de nuevo una clara exposición a los factores value y size, que históricamente han funcionado muy bien pese a que en los últimos tiempos no han andado nada boyantes. Teniendo en cuenta que los gestores activos tradicionales no son capaces de batir a los índices convencionales cabría preguntarse en qué lugar los deja el hecho de que carteras sin ninguna alfa lo hayan conseguido e incluso si sería conveniente cambiar la vara de medir sus resultados, al menos para fondos de tamaño mediano o pequeño, carentes de limitaciones debido a su tamaño.
Como reflexiones finales me gustaría destacar la importancia de una adecuada diversificación. A veces tratar de maximizar a toda costa la exposición a un factor para buscar la mayor rentabilidad posible puede llevar a una falta de diversificación que cause más daño que el beneficio conseguido por la exposición extrema al factor. Aquí tienen una tabla con los resultados de concentrar la apuesta factorial. Funciona, pero es más importante equiponderar las acciones en cartera que obcecarse en aumentar la carga factorial sin atender a nada más.

La segunda reflexión es que históricamente ha habido no una sino muchas formas de batir al mercado de forma sencilla, incluso con planteamientos opuestos a lo que dictaría el sentido común, pero eso es el pasado y me atrevería a decir que no va a ser tan fácil en el futuro.
Y por último cabe recordar el consejo del propio Arnott: “Sean escépticos cuando oigan afirmaciones de que una metodología de Smart Beta es irresistiblemente mejor”.

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Excelente post. Aparte de los factores de tamaño y valor, últimamente he pensado que una cartera equiponderada tiene también una componente de riesgo reducido al distribuirlos igualmente, “limitar” las pérdidas y exponer a cierta convexidad. Algo como decía el Talmud. :wink:

¿Se puede medir está componente sistémica de reducción de riesgo o está implícita en la exposición a los factores anteriormente mencionados? Es sólo un pensamiento en voz alta.

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Para batir al mercado, la primera discusión sería saber qué es exactamente el mercado, global en su conjunto, algo que a mi entender que de por sí no es nada fácil.

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Los índices por capitalización son una de las maneras más sencillas de “ordenar” el mercado, quizá no fueron ideados para que alguien invirtiera en ellos, pero terminan siendo la manera más accesible de “subirse al carro” y generan con ello una gran inercia que al final invita a los demás a no perderse la fiesta.

Pero a poco que pensemos, tiene mucha lógica que mejorando ese índice obtengamos mejores resultados, si es que el mercado es tan eficiente, premiará esos valores.

Sumar al factor de capitalización, otros que nos hagan elegir 20 acciones que tengan los mejores ratios dentro de un índice tiene todo el sentido, de ahí la amalgama de etfs que hay en el mercado aunque curiosamente pocos mejoran el sp500, ni siquiera el equal weight, con la avalancha de crecimiento de las faang…

Posiblemente en el futuro algún broker nos ofrezca la posibilidad de realizar un índice propio con nuestros ratios preferidos, un Adarve personalizado a coste cero en el que se tomen automáticamente las decisiones de compra y venta sin más factor humano que la decisión previa de los factores a tener en cuenta, porque lo difícil siempre es eso, seguir el plan, un índice no se plantea nada, nosotros si, actuar como un mono haciendo backtest está muy bien pero luego hay que ejecutarlo y no tocar nada en cinco años y el baile de cifras nos puede jugar malas pasadas.

Un gusto leerle como siempre @Cygnus, este tipo de hilos generan inspiración

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No entiendo como tantos zoologicos tienen que cerrar. Cuando bastaria con deslizar una lista de acciones y un juego de dardos en la jaula de los primates.

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Saludos cordiales.

En mi opinión un pequeño inversor con conocimientos básicos de valoración y gestión racional debe batir el índice. Pero la clave es que sea pequeño (aunque sea profesional si gestiona pocas decenas de millones de euros) porque cuando se gestiona mucho capital ya no hay forma de comprar lo que gusta y se acaba comprando gran parte de Telefónica, Inditex, Santander, Iberdrola… ¡Alguien debe tener esas acciones en su cartera! Y a nivel internacional de forma análoga. Este aspecto me parece importante.

Entonces, como en los fondos pagamos comisiones la rentabilidad media debe estar por debajo de la del índice.

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Yo creo todo lo comtrario, es muy difícil batir al mercado, es decir, al MSCI World.

La recuperación no prevista de esta semana les ha hecho muy optimistas.

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Hola

Estan fácil batir al mercado a largo plazo que casi nadie lo hace, cuanto mas largo es el periodo menos fondos activos lo consiguen…

Un saludo

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Saludos cordiales.

Hay estrategias muy estudiadas como Los perros del Dow, una estrategia de inversión diferente, blog SelfBank.

También comprar valores de mediana y pequeña capitalización.

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Saludos cordiales.

Tiene Vd. razón, pero concédame tres reflexiones:

  • La mayoría de inversores individuales (yo me incluyo en este grupo, el de los mediocres) somos mediocres: compramos por rumores, no gestionamos bien la liquidez, somos víctimas del pánico y de la euforia…
  • Entre los profesionales, muchos gestores tienen más interés en beneficiar a la entidad que al cliente. Para ellos es un éxito quedar cerca del índice.
  • Y la tercera: entre todos los inversores se reparten todas las acciones. Como consecuencia la media ponderada dará lo mismo que el mercado (ellos son el mercado). Si cobran comisiones rebajan los beneficios (del cliente) y entre todos quedan bajo el mercado.

Miren en las Carteras Consenso de Expansión qué resultados sacan los gestores y dónde dejan el Ibex cuando se esfuerzan un poco.

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Para mí la pregunta no es tanto si es fácil o difícil batir al mercado, si no cuando.

¿A corto plazo? ¿A medio plazo? ¿A largo plazo? ¿Utilizaría los mismos vehículos?
¿Ganaron todos los partícipes del Magellan?

Me parece que el SP500 desde el 1972, ha tenido un CAGR de alrededor de 7% nominal… No lo veo yo al alcance de muchos…

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Yo aspiro en el largo plazo a esa cifra, incluso algo superior, sobre el +7,5% luego está lo que suceda fruto de mi habilidad y/o la suerte.

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Vd., amigo, es un lector ávido de +D. Tiene mucha más facilidad de llegar al 7% que otras personas/fondos, etc.

Para mí “es fácil batir al mercado”, me sugiere que hasta mi hija de 3 años puede. Igual lo bate si hace el experimento de Malkiel, pero no es suerte, es simplemente el resultado de una secuencia aleatoria. Podría batirlo, como no batirlo.

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Tres reflexiones para que todos estén contentos:

La primera: “Es fácil batir al mercado”. ¡Y un :egg: es fácil! ¡Mentiroso, embustero!

La segunda: Que no sea fácil no significa que sea imposible o tan difícil como lo pintan algunas estadísticas. Vamos, hay multitud de fondos que hacen closet indexing, o bien cobran comisiones monstruosas, o directamente están gestionados sin ton ni son. Quiero decir, que existe un porcentaje considerable de fondos activos que directamente no tienen ninguna posibilidad y ni siquiera la intención de batir al mercado. No sé como será en otros países, pero dudo que la inmensa mayoría de fondos bancarios en España se diseñen con el objetivo de intentar seriamente batir al MSCI World.

La tercera: Cuando hablemos de batir al mercado solemos pensar en una cartera 100% de renta variable gestionada activamente en todas y cada una de sus posiciones. Lógicamente batir al mercado seleccionando uno mismo 20, 30 o 35 acciones durante 30 años es realmente complicado, empezando por algo tan simple como los gastos del broker y el tiempo que hay que dedicar. Pero hay otras formas de batir al mercado, cogiendo por ejemplo de referencia el S&P 500.

Un particular podría simplemente comprar a fin de mantener durante los próximos 30 años un ETF indexado al S&P 500 con lo que se garantiza el retorno del índice menos las comisiones. Supongamos ahora que este particular lleva sólo dicho ETF en cartera los años que no ve ninguna oportunidad, pero a veces ve oportunidades y decide comprar alguna acción individual, aunque como es sabio y prudente y sabe que se puede equivocar siempre reserva más del 90% del peso de la cartera para el ETF. Alguien con una cartera 95% ETF S&P 500, 5% Facebook durante unos tres o cuatro meses que ha pasado de 150 a 220$ y luego ha vendido para volver a quedarse sólo con el ETF puede haber batido perfectamente al mercado. El éxito no está garantizado pero no hay que romperse mucho el coco ni se corre mucho riesgo, ¿no creen?

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Buena pregunta. Si aceptamos la teoría de que la exposición a factores apunta a una mayor rentabilidad como pago por asumir más riesgo, la desviación del índice tomando sesgos como size o value supondría que estamos asumiendo más riesgos. Que eso en la práctica sea así ya es otra historia.
En cualquier caso la diversificación es la única comida gratis en bolsa. Y si recurrimos a comprobar qué pasa cuando la aumentamos veremos que sin necesidad de aumentar ciertos sesgos nos aseguramos de disminuir la dispersión y evitamos grandes sorpresas negativas (y positivas) lo cual puede considerarse una reducción del riesgo.
Aquí tiene una tabla con carteras aleatorias más y menos diversificadas mantenidas en el tiempo, con y sin rebalanceo anual.

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@Cygnus: He marcado el me gusta número 60, pero es que usted, con su excelente artículo, se merece hacer un tenbagger con ese 60.
Muchas gracias. Como siempre, y por aquello de refrescar el francés: Touché¡¡¡… Chapeau¡¡¡

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Un magnífico artículo como de costumbre.

En mi opinión lo complicado suele ser que conclusiones sacar de según que números, más allá del posible titular.
Aunque uno pueda pensar que lo más importante es el resultado final (algunos incluso dirán que es lo único importante), el problema de ese enfoque es que quizás es la parte que menos se puede controlar del proceso inversor de alguien. Poner el foco excesivamente en ello suele ser foco de todo tipo de errores posteriores.

Cambiar estrategias consistentes, interiorizadas y de inconvenientes bastante bien conocidos, por otras cuyos estos parámetros nos son bastante más desconocidos bajo la promesa de una rentabilidad final superior (y normalmente una temporal reciente significativamente mejor que la que llevamos), suele ser muestra más bien de que podemos terminar bailando al son que marca la música del mercado.

Más allá de que los gráficos puestos sean o parezcan gausianas y sin ánimos de entrar en un debate Talebiano sobre la conveniencia o no de utilizar este tipo de distribuciones de probabilidad, creo que un error de interpretación fácil de cometer es no entender los niveles de dispersión que contienen muchos gráficos. Incluso siendo gausiana una distribución, el efecto de tener una desviación estadística que sea x o que sea 4 veces x cambia notablemente que interpretaciones sacar de la misma.

En los foros o en los debates entre inversores suelen abundar los debates sobre si es mejor esto o eso, y en cambio no se suele incidir sobre la posible dispersión de resultados.
En Bogle o en Bernstein si encontramos referencias a ello.

Al final es tremendamente fácil que un inversor siga estrategias con niveles de dispersión
que no va a tolerar respecto a los datos que maneja promedio, sean más o menos correctos esos datos. Cuando se produzcan esos hechos va a ser inevitable que el inversor, pretenda cambiar de estrategia, pensando que está fallando en algo que sin embargo estaba en la propia esencia de lo que son los mercados.

Me gusta su artículo porque incide en algo que cuando los índices característicos de inversión pasiva funcionan tremendamente bien, se suele tener tendencia a olvidar, y es que se pueden construir muchas formas de indexarse. Vamos que con los índices generalistas vamos a evitar buena parte de esa tan dolorosa dispersión, me parece delicado. Parte de esa naturaleza de inversión está en el propio activo, por lo tanto es inevitable.

Cuando uno está esperando resultados de casi 10% anualizados, le va a costar llevar bien los efectos de dicha dispersión de resultados que históricamente han provocado periodos largos sin apenas rentabilidad (o con rentabilidad ajustada a la inflación casi nula).

Una muestra muy clara de lo mal que se suele llevar la dispersión, es que pasa cuando sufrimos niveles ya elevados de dicha dispersión en negativo, respecto a otras estrategias en particular, o respecto al mercado en general, caso de inclinarnos por estrategias que tienden a separarse más de él.

La tendencia es a esperar que esa dispersión remita de forma rápida. En realidad la naturaleza de la propia dispersión hace que aunque se deba de esperar que ese diferencial negativo termine menguando, las perspectivas temporales sobre cuando, deberían de ser bastante menos optimistas. Incluso puede darse el caso que siga incrementándose. Ya he comentado otras veces lo mal que se suelen interpretar las burbujas a corto e incluso medio plazo. Esperar que según que comportamientos reviertan de forma rápida suele ser un error que lleva a malinterpretar luego la fuente de esos comportamientos.

Cuando a uno se le termina la paciencia para tolerar escenarios adversos para su estrategia, llega a la conclusión que era del todo equivocada, cuando en realidad lo que está comprobando es que su paciencia para tolerar las escenarios a los que le podía llevar dicha estrategia, era limitada y que había menospreciado esos escenarios.

Con esto no pretendo decir que uno no tenga que replantearse nunca su estrategia. Al revés, cuando uno hace cábalas sobre a que escenarios le puede llevar, no debería de menospreciar comportamientos bastante extremos sobre los mismos y preguntarse en que medida estaría cómodo con la misma en ellos.

Esto se ve en los escenarios burbujísticos por parte de algunos que parten de la base que eso es un escenario de burbuja. El hecho de no entender que uno no puede controlar sobre hasta que niveles pueden llegar, hace que uno luego si esa burbuja se hace mayor , piense que ha errado en el diagnóstico inicial cuando su error ha sido más bien no entender la dinámica de las propias burbujas.

Hemos visto en las cartas de mucho gestor value estos últimos años hablando de niveles de dispersiones altas. En algunos poniendo incluso, de forma más implícita o menos, la palabra burbuja.
Más allá de coincidir más o menos con ese diagnóstico, en muchos casos se han olvidado mencionar que una cosa es el pensar si uno debería o no estar en esos activos que ve muy caros y otra muy distinta que eso se traduzca necesariamente en una reversión a la media rápida y una disminunción de esos diferenciales negativos cuando puede pasar perfectamente que eso se alargue bastante en el tiempo y se hagan incluso más grandes esos diferenciales.

No pretendo comparar el mercado actual con esa época, pero fíjense como alguien que hubiera pensado que en 2004 había burbuja immobiliaria en España le habría tocado pasar 3 años donde en lugar de cerrarse ese gap de valoración, no hacía más que incrementarse. Y otro año, 2008, donde la RV sufrió mucho más que el immobiliario español.

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@agenjordi. Otro tenbagger para usted. Ya me había quitado el sombrero pero me lo vuelvo a quitar. Su comentario merece una inclinación, de mi espina dorsolumbar, mucho mayor que la de Iván Redondo ante Torra.

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Excelente post como siempre @Cygnus.
Más allá de la teoría del mercado eficiente, que como comenta David Orrel en su libro Truth or Beauty, en economía al igual que en otras áreas como las matemáticas o la física, a veces se tiende a premiar más la elegancia y la simplicidad de los modelos que su validez empírica, se puede o no puede estar de acuerdo en que los denominados “factores” nos exponen a riesgos, pero lo que sí parece improbable es que todos estos factores sean totalmente fruto del data mining y no reflejen algún tipo de patrón, aunque sea de soslayo .
Obviamente y como siempre que tratamos estos temas, todas nuestras pesquisas estadísticas en este tipo de casos arrojan más dudas que respuestas y pueden incluso no llegar ni a ser sombras en una caverna, sino más bien reflejos indeseados que distorsionan aún más nuestra confusa percepción provocados por la hoguera que nosotros mismos estamos alimentando. Y ya se sabe, solo hay una cosa peor que no tener información al tomar una decisión, y es otorgar demasiado peso a una información que creemos buena, pero que resulta de mala calidad, sesgándonos en exceso por la misma.

Lo que sí parece claro es que en los mercados existe una competencia adaptativa feroz donde todo el mundo intenta llegar a comer a la mesa correcta antes de que se termine la comida, y parece que gracias al descubrimiento de diversos de estos factores cada vez ha sido más difícil encontrar sitio en alguna de esas mesas. Entre los defensores del factor investing incluso se animan a desgranar el éxito pasado de gestores emblemáticos como Buffet o Paramés ( sin quitarles ningún mérito ) y los elogian por saber utilizar estos factores a su favor

El ya mítico paper Buffet’s Alpha: https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=3197185

o incluso con estrategias populares como la inversión por dividendos: https://www.etf.com/sections/index-investor-corner/swedroe-dividend-growth-demystified

También pueden consultar aún más en profundidad como la publicación académica de los factores afectó negativamente a sus rendimientos históricos, e indicios de que ya existía cierta constancia que hedge funds u otros inversores que los utilizaban previamente a ser publicados masivamente en el capítulo 8: Does Publications reduce size of premiums? Del libro de Larry Swedroe “Your complete guide to factor investing”. Y es que, esto nos lleva a una pregunta más profunda ¿Es posible que una estrategia que se conoce siga obteniendo buenos resultados? Les dejo un enlace de referencia donde Cliff Asness responde a esta pregunta con mucho más detalle del que yo podría ofrecer:

Volviendo al tema principal, respecto a la utilización de índices por fundamentales, comentar que la estrategia RAFI no lo ha hecho del todo mal a lo largo del tiempo, sin embargo se ha quedado bastante lejos de batir a sus respectivos índices como Arnott mencionaba que esperaba allá en 2008, aunque no he comprobado todos, aquí tienen el de large-cap.


Y desde un punto de vista factorial, se ve que la mayor diferencia ha sido mayor carga en el factor “value”. Lo cual tiene cierto mérito, ya que básicamente ha estado por encima o igualado pese a la mala racha del mismo. Quizás una de las ventajas o méritos que se le atribuye a este tipo de indexación es que tienden a mitigar/evitar las temidas burbujas de los índices ordenados por capitalización. Sin embargo, en 2008-2009 su rebalanceo hacia entidades financieras parece que no le ayudó demasiado.

Creo que aquí, se toca otro punto importante, las limitaciones de establecer un benchmark, las limitaciones de las regresiones lineales, el ruido… y el timing factorial. La interpretación de “Alpha” y su utilización me parecen peliagudas. Una cartera puede tener 0 alpha, pero haber sabido exponerse a los factores correctos cuando les ha ido bien precisamente. Aunque parezca mentira, las habilidades de market timing de un gestor no se miden bien con el alpha.
Si simplificamos a la ecuación del CAPM solamente utilizando la Beta de mercado, ( sin introducir factores ), “Alpha” sería el valor la intersección en Y.

r = Rf + Beta * (Rm – Rf ) + Alpha
Alpha = r – Rf – Beta * (Rm – Rf )

Aquí en este gráfico se podría ver como Alpha = 0, sin valores negativos, ya que el gestor sabe exponerse a la beta de mercado cuando va bien y no exponerse a ella cuando va mal.

La carga factorial representa un grado de correlación entre el índice sintético generado por carteras que lo representan y la cartera que se está comparando. Es una herramienta útil para saber aproximadamente donde se ubica una cartera y de donde proceden sus retornos, pero tal y como @Cygnus me señaló en su momento solamente es una aproximación superficial y que no permite comparar carteras. Por ejemplo, la carga value de Cobas no es equivalente a la carga value de AzValor, ni la carga Quality igual en Fundsmith que en Magallanes por mucho que los números puedan estar parejos. Puede haber sectores castigados y baratos muy diferentes que nos expongan al factor value por ejemplo. Dejo mis 2 céntimos, que ya me he excedido.

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Un fondo, que tiene que convivir con muchos, tiene que decidir “como y en que” invertir para buscar a “un tipo” de inversor (pienso sin ser doctor en la materia, más bien todo lo contrario). Luego, dentro de su mundo de posibilidades, tiene sus limitaciones. Si además se le pide que tiene que rentar una media superior a … complicado.

Supongo que el tipo de gestor que le da igual la preparación y conocimientos del participe, no busca rentar el fondo, sino vivir de sus rentas. Aquí el porqué de los fondos bancarios y el daño que hacen.

Las opciones pasan por buscar riesgo lo que hace que “la suerte de hoy sea, o pueda ser, hambre para mañana”.

Elegir muy bien un fondo y tener solo uno, durante un periodo concreto favorece un método? Si fuera así, cabe esperar que superen al mercado la mitad de todos ellos más uno durante ese periodo?. Lo desconozco, por lógica no, si fuera así, algo habríamos leído sobre ello.

Seguramente se puede sacar una rentabilidad interesante si se sabe en que fondo invertir y sobre todo que este sepa en que, como y por qué lo hace y si ademas selecciona al participe… :stuck_out_tongue_winking_eye: Invertir en muchos va en detrimento de esas posibilidades.

Es importante no obrar con avaricia, conseguir un objetivo posible, con el menor riesgo. El riesgo y una adecuada diversificación. Tema interesante sin duda. Una narrativa creada, un modo de proceder… un tema interesante sin duda.

Cuando se comenta la necesidad de tener una adecuada diversificación, en busca de una buena rentabilidad con el menor riesgo, ¿que tipo de inversor y situación se busca? En todo ello ¿que importancia para su desarrollo, ocupa en ese entorno el miedo?.

Un adicto a la operativa de riesgo me decía… el problema no es aprender a rentar un capital, es que tras “unas abultadas” perdidas, aunque aprendas, pocos recuperan su dinero.

Hago solo referencia a esta parte de su texto, aunque mi comentario es por todo su conjunto, solo para decirle que en mi presentación hice referencia a que me gustaban los textos de calidad y calidez. He disfrutado leyéndolo. :yum:

Tras esta parada para hacer referencia a su texto continuo.

Voy a poner un ejemplo, que cada uno lo traslade al ámbito de las inversiones: Todos alguna vez ha ido al médico. Tras una realidad, un problema y el oportuno diagnostico, se nos ofrece la posible solución. Tómese esto y en una semana nos vemos. “A ninguno” se le explica las contraindicaciones del tratamiento salvo que lo pregunte y a la industria farmaceutica, entre sacar una cura efectiva o un medicamento para paliar síntomas que les de opción a rentar lo invertido, hacen lo que hacen.

Esta claro que se se puede batir al mercado, si bien lo tienen bien atado. :thinking:

Estar mas o menos diversificado es un modo de expresar un proceder lógico dentro de una estrategia , mas que una referencia a una cantidad de posiciones dentro de una cartera. Del mismo modo estar bien o mal diversificado engloba muchos mas conceptos ya que no solo se puede referir en el conjunto de posiciones de la cartera, sino que no saber y entender que tienes hace que difícilmente pueda estar diversificada. Así mismo la diversificación engloba posiciones y %. Es estar perfectamente diversificada en cuanto y tanto contempla las opciones necesarias para que el equilibrio de rentabilidad y posibilidades se ajusten a nuestras capacidades, procurando estar lo mas lejos de riesgos y el solo hecho de estar en manos de mas de un gestor lo aumenta. Donde uno este cómodo. Difícil… muchísimo.

Saludos

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