Si han ido observando las veces que ha salido el tema, habrán observado como probablemente cada inversor tiene su propia idea de como llevar a la práctica dicho concepto. En la propia evolución de uno como inversor es también muy posible que hayan ciertos cambios en su forma de verla.
En mi opinión casi cualquier implementación de ella, por parte de un inversor curtido, es razonablemente válida. Aquí en el foro hemos visto por ejemplo la cartera de @maa antes de que Adarve empezara su andadura con una gran cantidad de fondos. En el otro extremo tenemos a @Fernando que suele tener el grueso de su cartera muy concentrado.
Lo del extremo no deja de ser una licencia que me he permitido dado que deberíamos intentar encuadrar la diversificación como un aspecto más del proceso completo de un inversor, no un aspecto a analizar de forma separada del resto. Hacer lo segundo suele llevar a todo tipo de errores y malas interpretaciones del mismo.
Vamos a señalar precisamente algunos fallos habituales que se cometen en nombre de la diversificación mal entendida. Errores que en cierto punto todos podemos cometer y precisamente por ello habría que intentar ver posibles decisiones donde la diversificación puede ser una razón para tomarlas, en que medida pueden afectar negativamente a otros aspectos igualmente importantes de nuestro proceso inversor.
-comparar sólo en %
Dado que resulta poco pudoroso ir preguntando a las personas el valor absoluto de sus inversiones, hay cierta obsesión por intentar comparar carteras en %. Aunque facilita la posible comparación, se pierden en el camino ciertos aspectos que pueden ser significativos.
Aunque en ambos casos pueda ser un 5% de la cartera de alguien, difícilmente uno va a tener la misma sensación perdiendo 500 euros que perdiendo 50000. Cuando por ejemplo uno decide diversificar añadiendo activos de un riesgo sensiblemente superior, no necesariamente va a tener las mismas implicaciones aunque sea el mismo % el afectado.
Más allá del resultado final, meter el 5% por ejemplo en un activo tipo bitcoin, puede tener unas implicaciones notablemente distintas. Que su capital total sea mucho mayor no significa que no le pueda dar un valor parecido a la misma cantidad de dinero en valor absoluto.
Hay quien tiene estructuras de cartera en % que es muy probable que no tuviera con un capital significativamente superior, por la naturaleza de riesgo que supone dicho activo. Al revés también puede ocurrir, hay quien puede permitirse sumar ciertos activos de forma razonablemente diversificada a una cartera, que no podrá hacerlo de igual forma un inversor con poco capital. O lo tendrá que hacer de una forma distinta.
-perder de vista la estructura patrimonial completa.
Otra vez las ganas de comparar lo que es fácil de comparar, nos hace perder de vista que para encuadrar correctamente ciertas decisiones de inversión, igual necesitaríamos conocer más en profundidad todo el patrimonio de una persona y no sólo lo que llama su cartera.
Ya he comentado otras veces que la gente suele olvidar añadir su patrimonio inmobiliario cuando valora que % lleva en RV. Otros incluso no cuentan cantidades importantes de liquidez. La percepción de si alguien lleva demasiado poca o exceso de renta variable en su cartera de inversión, puede variar significativamente si le añadimos el patrimonio inmobiliario, que puede ser una fuente notable precisamente de diversificación.
No porque sea imprescindible, sino posiblemente porque mucho mensaje de la industria de la inversión señalando que uno tiene una cartera poco diversificada, se puede interpretar de forma significativamente distinta según cual sea esa pata inmobiliaria.
Es habitual en las redes sociales, cuando la renta variable funciona muy bien, personas señalando la alta rentabilidad de su cartera de inversión. Una cartera de inversión que sin embargo, en otras ocasiones han reconocido que supone una parte baja de su patrimonio. En cambio en cuanto se produce algún episodio de mercado algo complicado, nos suelen recordar precisamente esta circunstancia, que no les preocupa mucho la caída porque tienen otro tipo de patrimonio que no está considerado en la cartera. Algunos incluso lo utilizan para calcular su supuesta rentabilidad, pero claro, sólo los años bajistas.
Si les gusta la economía conductual, sabrán los efectos extraños en nuestra forma de actuar que tiene la contabilidad mental a la hora de evaluar ciertas decisiones. No olviden intentar analizar desde distintas perspectivas.
-creer que a uno le falta de aquello que está funcionando mucho mejor.
La diversificación suele terminar siendo, en no pocos casos, la excusa perfecta para añadir, a la cartera de uno, aquello más de moda. Si por ejemplo el sector x está funcionando tremendamente bien, puede creer que necesita añadir fondos concretos de ese sector. En realidad si tiene fondos generalistas es muy posible que ya tenga o pueda tener de ese sector a través de otras vías. Lo que llama diversificar en realidad es un acto de sobreponderar eso que mejor está funcionando.
Aquí nos encontramos un efecto habitual, de como se transforma una cuestión en realidad complicada como es el del Asset Allocation en una cuestión en teoría fácil de solucionar como puede ser la de diversificación. Caldo de cultivo ideal para que el inversor poco bregado se confunda y crea que va a poder evitar algo que es intrínseco a la inversión: que en cada situación de mercado habrá mejores Asset Allocations que el de uno.
Otro tanto pasa con las cuestiones geográficas. Incluso aquellos que en teoría venden las ventajas de la indexación parecen sufrir el efecto de creer que lo harán mejor que el mercado a la hora de decidir como distribuir la cartera geográficamente.
La diversificación se puede convertir en excusa para tener unas ponderaciones notablemente distintas a las que tiene un índice global. En realidad volvemos al tema del Asset Allocation y en la capacidad de terminar forzando cambios significativos en él de quien sabe que posibles consecuencias.
-No entender la diversificación interna de las distintas opciones.
Siguiendo con el tema de la ponderación geográfica, hay quien parece no querer entender la posible diversificación interna de un activo que consideran como una unidad a la hora de asignar pesos en una cartera. No es una decisión fácil por ejemplo que % asignar a la RV USA. No obstante cometemos un error si vemos como una unidad la RV USA cuando internamente está tremendamente diversificada.
Ya saben que uno de los mejores inversores de la historia, no tanto por la espectacularidad de sus resultados en sí, sino por la sencillez de sus ideas y su sentido común, John Bogle, consideraba precisamente que un inversor USA estaba ya razonablemente bien diversificado sin necesidad de salir a comprar renta variable fuera, aunque tampoco pasaba nada si decidía hacerlo.
Aunque es normal que la RV de un país tenga muchísima más exposición al propio país, también suele contener elementos de diversificación geográfica. Basta mirar la distribución geográfica de sus ventas. Simplificar ciertas cuestiones en exceso nos hace perder perspectiva y, es posible, que nos haga caer en los argumentos de aquellos que igual no terminan de entender del todo la propia naturaleza de un activo.
-Medir mal la diversificación.
Debemos ser conscientes precisamente que las empresas no son entes separados ni entes iguales sino que cada uno tiene sus particularidades. Con lo cual según que formas rápidas para medir según que, se pueden volver tremendamente contraproducentes, si uno es incapaz de ver más allá de ese número.
Por ejemplo intentar medir la diversificación de una cartera de alguien en base al número de fondos o al número de acciones, podría a llegar a ser un punto de partida, pero nunca debería ser el punto final. Que cuente igual una microcap que vende a un solo cliente en un solo mercado que una empresa gigante con presencia en un montón de países y con un montón de productos, debería estar en la mente de aquel que parte precisamente del número de posiciones para contar. No estamos valorando la idoneidad de la inversión sino su posible diversificación, y, no debería de calibrase igual.
-Creer que diversificar es asignar el mismo peso a todas las opciones
Una variante del caso anterior. Donde se cree que para diversificar entre varias opciones, hay que dar el mismo peso a cada una. Aquí hay que tener en cuenta que la naturaleza interna de las distintas opciones, los puede hacer más adecuados o menos para nuestros objetivos o incluso desde el punto de vista de la propia diversificación.
Si en una cartera por ejemplo hay un 60% de RV, y la pasamos a un 30% RV y un 30% REIT’s, ¿estamos realmente diversificando tanto como se puede pensar mirando simplemente números?
Aquí hay que volver a la importancia de intentar conocer con bastante grado de profundidad, la naturaleza de los activos que tenemos en una cartera, más allá de backtest o la idea inicial que podamos tener sobre que es diversficar y como se hace. La RV es un activo que contiene gran cantidad de diversificación interna. Muchos tipos de empresas distintos con problemáticas distintas. En cambio los REIT’s es algo muchísimo más focalizado.
Que en unas circunstancias de mercado los REIT’s lo puedan hacer mucho mejor que la renta variable en general y mejorar el comportamiento general de la cartera, no significa que en otras circunstancias no pueda pasar al revés y, determinados problemas, se ceben en dicho sector. Precisamente es la menor diversificación lo que a veces permite determinados comportamientos.
Aquí hay que diferenciar comportamientos de corto plazo de comportamientos de más largo plazo. Aunque la RV tiende a caer con gran correlación entre sus distintas partes a corto plazo, a más largo plazo, los tipos de riesgos internos son bastante distintos de unas empresas a otras. En cambio si nos vamos a partes muy concretas de la propia renta variable, es muy posible que haya mucha más interacción directa entre las distintas empresas, y haya riesgos que tiendan a afectar a todos por igual.
Al final el que opta por creer que diversificarse es meter tanto de ciertos activos muy diversificados como de otros que son una parte concreta de los primeros, es posible que no termine de entender del todo bien la naturaleza de esas categorías. Considerarlas como un conjunto único facilita realizar simulaciones pero dificulta ver posibles situaciones que pueden darse en un futuro por la propia naturaleza de los activos y no contenida en la simulación.
-no vigilar con si los activos que se añaden para diversificar ciertas partes, cumplen los requisitios que tiene sentido exigir a esa parte o que espera el inversor.
Jeremy Siegel comenta en su célebre Stocks for the long run (Guia para invertir a largo plazo-Jeremy Siegel)
Sea cual sea la capacidad de protección que tenga el oro, lo más probable es que este metal precioso ejerza una considerable sangría sobre la rentabilidad de la cartera de activos de un inversor a largo plazo.
Mirando los resultados históricos de la renta variable respecto al oro, debería uno andarse con cuidado con que ventajas y que inconvenientes suponen unos activos frente a otros cuando uno decide incorporarlos como inversores. Eso de mirar el conjunto en base a backtests a veces nos hace perder perspectiva sobre la tipología de riesgos que implica añadir un activo bajando la ponderación de otro de características algo distintas.
Creer que uno diversifica cuando en realidad está posiblemente cambiando los objetivos de su cartera. Si añadimos activos con cierta capacidad de descorrelacionar, pero con un coste bastante probable a largo plazo en forma de menor rentabilidad, estamos cambiando la probabilidad de una rentabilidad mayor por un intento de mayor protección ante según que circunstancias.
No es necesariamente una mala decisión. Lo que sí es una decisión que puede variar notablemente los objetivos de uno. Como ya he comentado otras veces, cuidado con ciertas decisiones que se venden como razonables pero tienen unas implicaciones a nivel de objetivos que uno no necesariamente debe de aceptar. Diversificar variando objetivos no es lo mismo que diversificar sin variarlos. En el primer caso uno debería valorar hasta que punto está dispuesto a este cambio de objetivos.
Bajo el decorado de cierta racionalidad o de estar tomando supuestas mejores decisiones de inversión, a veces se fuerza en exceso al inversor, a tomar como propios objetivos que no lo son. Luego es obvio que el riesgo que termine saliendo despavorido al darse cuenta de la situación, no es bajo precisamente. Los debates sobre diversificación a veces contribuyen a este tipo de problemas.
-No tener en cuenta las probabilidades para valorar la diversificación real que puede ofrecer un activo.
Volvemos otra vez más a Bogle. Fíjense que para la parte conservadora de su cartera (dejando de un lado el tema inmobiliario) se basta con bonos del estado. En este caso está claro que el objetivo es la seguridad y la consistencia, no la rentabilidad y, como él mismo comenta, tampoco la inflación.
Uno podría creer que sumando los bonos de otros estados o sumando otro tipo de bonos, se incrementa la diversificación de esta parte. Sin embargo es muy probable que estemos perdiendo parte de su objetivo inicial, la consistencia y la seguridad.
Bernstein, algo más partidario de poder incluir otro tipo de bonos, admite, en sus escritos post 2008, que había infravalorado el posible riesgo de cierto tipo de bonos de pasar por problemas ante según que circunstancias.
Uno puede imaginarse alguna circunstancia concreta donde igual podría ser una mala decisión, tener sus reservas de capital en bonos usa, por parte de un inversor norteamericano. Lo que igual no tiene en cuenta es como terminaría afectando a sus sustitutos esas circunstancias.
Para un inversor español igual se complica decidir quien juega el papel de un bono USA. ¿un bono alemán lo sería? Pues tal vez, ahora mismo, sin embargo ya ven en este caso como no nos guiamos de los resultados históricos para extrapolar rentabilidades (la de la primera mitad del siglo XX de este tipo de bono no es que fuera mala es que fue nefasta).
No obstante lo que quiero señalar es que si, para una parte concreta de la cartera, cambian un activo con unas propiedades y con una probabilidad relativamente baja de sufrir determinados problemas, por según que otros, deben de valorar si el nuevo activo cumple esas propiedades o en que modo le expone a uno a otros riesgos distintos.
Vamos que más allá que sea algo distinto, eso no mejora la diversificación por sí sola. Deberá uno mirar la naturaleza de los riesgos a los que expone y, aunque sea imposible calibrarlo completamente, ver hasta que punto esos riesgos son más o menos probables que aquellos a los que expone aquello al que supuestamente complementa.
Uno difícilmente diversifica cuando asume probabilidades distintas pero muy superiores que van en contra de lo que busca para esa parte.
-activos bien conocidos por otros desconocidos.
Aquí viene la segunda parte de lo que estábamos comentando en el punto anterior. Se cambia parte de un activo que se conoce razonablemente, por otro que se conoce bastante menos, creyendo diversificar. En muchos casos sin querer asumir los posibles inconvenientes que puede implicar y sin ganas de profundizar en el mismo.
Los debates sobre diversificación o las razones a favor de la diversificación, sumando nuevos activos o estrategias a los/las que uno ya tiene/implementa, no deberían servir de excusa para no ver la necesidad de profundizar en el conocimiento de aquello que uno quiere añadir.
Y en caso de no verlo claro o no terminar de entender bien ciertos supuestos, es dudoso que eso sirva realmente para diversificar. Cuidado que hay ciertos riesgos inherentes a los activos o a las estrategias que luego en la práctica va a tocar saber manejar en cierta forma.
Si uno no los va a saber entender o gestionar , cuando aparezcan los problemas, en lugar de diversificarse, lo que está haciendo es sumar activos tóxicos a su cartera. No porque lo sean necesariamente sino porque el efecto en la práctica va a ser parecido a que lo fuesen.
No estoy diciendo que uno deba de mantenerse impasible con su forma de entender la inversión aunque ello implique renunciar a cierta diversificación. Más bien lo que quiero remarcar es que uno, si decide plantearse incorporar otras opciones, debería intentar ser igual de exhaustivo y exigente como lo es con las partes que ya tiene incorporadas.
La diversificación no protege contra ciertos tipos de ignorancia.
-confundir menos riesgo con mayor rentabilidad.
Las ventajas que puede ofrecer la diversificación para un inversor, de forma semejante a la que puede ofrecer el rebalanceo o el DCA, tienen que ver con cuestiones relativas a la gestión del riesgo. Eso, no tiene porque traducirse en una mayor rentabilidad final ni en una probabilidad de mayor rentabilidad final. Aunque sí podría contribuir a evitar desastres de cierta magnitud.
Confundir eso con una probabilidad de mayor rentabilidad final, puede llevar al inversor a equivocarse a la hora de interpretar las consecuencias de ciertos tipo de decisiones o a tomarlas por motivos equivocados.
Tal vez lo vamos a simplificar excesivamente y eso va a limitar la aplicación del ejemplo, pero pongamos el caso que un inversor busca un tipo de fondo o un tipo de acción para dedicarle un 5% de su cartera. Si encuentra dos opciones razonables, y no tiene forma clara de decidirse por una u otra, puede optar por poner la mitad en cada una de las dos opciones. Eso es una forma de diversificar. Ante una decisión donde no tiene elementos suficientes para decidirse, elige dividir por la mitad entre ambas opciones.
Cuidado que eso no debería ser excusa para no hacer ciertos análisis previos. Hay quien lo confunde con dividir entre opciones que no ha valorado lo suficiente. Tampoco deberíamos dividir alegremente cuando vemos claramente que uno de los dos nos puede convenir más que el otro. Aquí probablemente sea mejor decisión, elegir a uno solo, o destinar la mayoría de esa parte para esa opción. Meter el mismo % en dos opciones con grados significativamente distintos de convicción, es posible que se termine deshaciendo dicha posición cuando aparezca una mala época y tenga sus efectos esa menor convicción.
Volviendo al tema de la rentabilidad, es evidente que si elegimos dividir la posición entre las dos opciones, una va a terminar sacando mejor rentabilidad que la otra. Con lo cual uno podría tener la tentación de derivar que debía haber optado por una sola. Sin embargo este razonamiento no tiene sentido si no tenía elementos de juicio para decidirse por una de las dos opciones.
Es el clásico ejemplo que ayuda a ver porque el análisis de riesgo debe de acompañar el análisis de rentabilidad y acordarse de valorar no sólo las opciones que podrían haber salido mejor sino las que podrían haber salido peor.
-creer que la diversificación protege de sufrir ciertos problemas.
Diversificar suele significar intentar restringir en que medida nos pueden pasar factura problemas localizados. No obstante ya pueden ver que me mojo bastante poco sobre la capacidad de la diversificación para evitar según que tipo de problemas.
Aquí un error suele ser creer que diversificando se evitan los problemas. Más bien lo que se hace es garantizar que casi cualquier problema de cierta relevancia, le pueda terminar afectando a uno, eso sí, de forma bastante delimitada.
Pongamos un ejemplo concreto con la situación reciente en Rusia. En una cartera diversificada, es muy probable que uno tenga afectación vía Rusia, ya sea porque tenía algunas acciones concretas, porque tenía empresas con presencia más o menos importante en Rusia o porque tiene activos a los cuales, la situación provocada por la guerra, ha terminado perjudicando.
Como de costumbre, hay que evitar focalizarse en un problema concreto, lo cual nos lleva a dedicar exceso de esfuerzo en evitarlo a toda costa, provocando que uno termine expuesto quien sabe si a riesgos peores. Algunos fondos razonablemente diversificados con exposición superior dentro de su categoría a Rusia, no necesariamente han sido los peores.
Hay quien interpreta que está mejor diversificado quien le afectan menos según que problemas. Dependerá de la naturaleza del problema. En todo caso, quien menos le afectan según que problemas, es porque está poco diversificado en cosas afectadas por el problema. Si cambia el tipo de problema, igual es al revés. Recuerden lo que pasó con cierto tipo de empresas con el Covid. No era que esas empresas fueran inmunes a cualquier tipo de problema dada su capacidad de hacer frente a un problema tan grave. Era que la naturaleza del problema les favorecía.
-Crisis graves y diversificación.
Parece que las crisis graves serían el escenario predilecto para evaluar que tal funciona la diversificación de uno. Pero una vez nos encontramos con dos problemas habituales.
En primer lugar la forma de analizar que tal ha funcionado una cartera o el patrimonio de uno en una crisis grave. El que se centra excesivamente en el corto plazo utilizando medidas como el drawdown máximo, posiblemente sacará conclusiones distintas del que está más pendiente de en que medida afecta a sus resultados a largo plazo. Fíjense por ejemplo como personas que sufren lo indecible con sus posibles posiciones en renta variable, llevan bastante mejor pérdidas en el sector inmobiliario, incluso en casos muy complicados como el post 2008.
El segundo problema es lo que comentábamos en el apartado anterior. Y es las peculiaridades de cada crisis. Y la forma como afectan incluso a las expectativas. Bajo una frase como que uno tiene una estructura patrimonial o una cartera en otros casos, que protege de la inflación, hay quien cree cosas muy distintas: el que cree que significa que su poder adquisitivo no se va a resentir significativamente a largo plazo, del que cree que eso es a más corto plazo, del que cree que eso significa que puede esperar tranquilamente la rentabilidad histórica de sus activos sin que la inflación tenga sobre él ningún efecto.
Con las crisis importantes se suele cometer el error de dar exceso de probabilidad a aquellas crisis que nuestra estructura de cartera soportaría algo mejor y dar excesiva poca probabilidad a aquellas que sería al revés. Incluso a veces no se es consciente en que medida el efecto contagio puede convertir a una crisis que parece del primer tipo a una que parece del segundo tipo.
De forma parecida a como comentábamos que siempre habrá Asset Allocations que funcionarán mejor que el nuestro a largo plazo, también los habrá que lo harán mejor en épocas de crisis. Pero esto no es una simple cuestión de diversificación. Diversificar no es coger lo necesario de cada cosa una vez ya se sabe el resultado concreto. A veces ocurre justo lo contrario. Los que montaron en los años posteriores a la crisis de 2000-2002 , carteras para pasar mejor esta crisis, les pilló la de 2008 bastante más expuesto a activos problemáticos, que el que hubiera hecho una cartera normal sin dar excesiva relevancia a lo que había pasado recientemente.
-no enfocar bien la concentración en un fondo.
A menos que uno se vaya a un fondo muy generalista y con muchas posiciones, es inevitable que uno termine con una “porción” distinta de mercado que el índice con el que se compara un fondo o incluso con uno algo más específico.
Esta concentración en lo que sea, geográfica, sectorial, por número de valores, de estilo,etc. tenderá a tener cierta capacidad de diferenciar al fondo de su supuesto índice de referencia, sin ninguna necesidad que intervenga ningún tipo de habilidad. Ya saben lo de los monos lanzando dardos.
No voy a entrar a discutir sobre la supuesta habilidad de un gestor, estrategia, etc., simplemente recordar que ciertos resultados son posibles sin necesidad que haga intervención algún tipo de habilidad. Atribuimos con excesiva facilidad a la habilidad, resultados que son atribuibles a otro tipo de factores. O, lo que creo más peligroso, negamos el posible efecto de otro tipo de circunstancias que pueden tener un peso notable.
Esto nos lleva a que nos cueste aceptar que incluso existiendo la habilidad de un gestor o estrategia para lograr mejores resultados que una determinada referencia, esos factores externos pueden provocar un comportamiento sensiblemente peor. Basta mirar la forma de concentración que tiene un determinado producto para entender el tipo de circunstancias que pueden provocar que el fondo lo haga sensiblemente peor que una referencia.
Los fondos con amplia presencia de small caps sufrirán cuando las empresas de mayor tamaño lo hagan sensiblemente mejor, los fondos que evitan ciertos sectores lo harán cuando esos sectores funcionen mejor que el conjunto del mercado, o los fondos con mucha presencia geográfica en una zona lo hará cuando esa zona se quede algo rezagada. Si un fondo (o un inversor) se centra en 20 valores concretos, por poner un número, si esos valores se comportan sensiblemente peor que el mercado, pues ya sabemos cual va a ser el resultado de ese inversor, en ese periodo temporal.
Parece de perogrullo lo comentado, no obstante luego cuando uno ve los análisis de los resultados de un fondo o de una cartera, ya sea YTD o sea incluso a plazos ya algo mayores, no se suele encontrar precisamente, al menos en primera instancia, con que se asuma tan fácilmente. En lugar de buscar entender que ha pasado parece que se trata de clasificar los méritos logrados.
Tal vez lo más delicado es ver como parece que no se termina de ser consciente de los posibles resultados a los que uno se expone cuando toma según que tipo de decisiones. Se quieren carteras concentradas de algún tipo con supuesta capacidad de diferenciarse del mercado, pero luego no se asume que esta diferenciación puede aparecer en negativo.
Como de costumbre, hablemos de diversificación/concentración o hablemos de otros aspectos de la inversión, parece que hay la tentación de buscar lo positivo de según que decisiones sin querer asumir la tipología de inconvenientes que puede suponer.
-el ejemplo empresarial
Suele ser interesante ver lo que se cuece en el mundo de la empresa respecto a alguna cuestión que nos preocupa como inversores. En este caso sería la diversificación.
Aunque uno, a igualdad de condiciones, preferirá un negocio diversificado a uno concentrado, eso no va a significar que un negocio deba de intentar diversificarse a toda costa. Una empresa ampliará su negocio a nuevos mercados o a nuevas áreas, en la medida que eso le sea rentable por sí solo, no por el mero hecho de “diversificar”.
A veces, incluso el empeño por diversificarse, lleva a directivos mucho más listos que nosotros, a perder de vista aquello con lo que realmente su empresa es capaz de aportar valor.
Precisamente nos advierte eso de lo fácil que es cometer errores incluso por parte de gente con más habilidad y disposición de información de calidad, que nosotros. Con lo cual no nos queda otra que intentar ser cuidadosos.
Admitir argumentos en favor de lo que sea sin analizar con cierta profundidad el efecto sobre el conjunto del proceso inversor, suele ser el escenario ideal para tomar decisiones de las que uno se termina arrepintiendo.
Comprar visiones de otros sobre que puede significar algo como diversificarse, suele también terminar implicando que uno cambia su visión del riesgo o sus objetivos inversores por los de esos otros.
PD1: recuerdo como en el podcast donde me entrevistaron, comenté que Cobas Internacional sería mi elección caso de poder contratar un único fondo. Más allá de lo acertado/desacertado de la respuesta (más bien lo segundo), recuerden que una cosa es un supuesto teórico, y otra muy distinta la realidad.
En su momento fui bastante poco cuidadoso con el comentario y precisamente este tipo de cosas debemos vigilar, como a veces nos ponen o nos ponemos ante disyuntivas que no existen, más allá de los intereses de cierta parte de los actores del mercado en plantearlas de esa forma.
PD2: Les dejó enlaces a algunos artículos de @Fernando donde ya se puede intuir que las empresas tienen poco de estático y por lo tanto son una fuente viva de diversificación o cocentración según cual sea su dinámica.