Si bien es cierto que en la mayoría de los casos cuando se compra una cotizada lo lógico es esperar que las acciones de la misma suban para obtener una revalorización (ya sea por comprar lo que pensemos es una ganga para venderlo cuando alcance nuestro precio o por comprar un compounder que esperamos reinvierta los beneficios en sí mismo o… por análisis técnico jejeje) esto no tiene por qué ser cierto en todos los casos, Así qué… ¿Cuándo nos puede llegar a interesar que las acciones de una compañía no suban nunca?
Lo más evidente es simplemente cuando pensamos que la empresa va a seguir siendo una buena compañía y en un momento futuro vamos a disponer de un dinero para invertir del que no disponemos en el momento presente: lo que viene siendo el aumentar la posición de toda la vida.
Si lo que compramos es una empresa relativamente estable, incapaz de reinvertir en su negocio todo lo que genera y nuestro horizonte de inversión (por lo que sea) es de muy largo plazo (idealmente toda la vida) en principio lo que suceda con la cotización es irrelevante; si uno no tiene pensado vender… ¡qué importa que suba o que baje! Pero claro, cómo a pesar de la reciente moda de invertir a bulto, uno invierte para obtener un retorno, si este retorno no va a venir por la venta de la compañía tendrá que venir de algún lado: los dividendos/distribuciones de la empresa. Entonces aquí se abre una nueva disyuntiva: si el inversor se va a fundir todos los dividendos (por razones tan peculiares como podría ser que prefiere ir disfrutando de la vida a ser millonario al cumplir los 100 años) el que la acción suba o baje es también bastante irrelevante. Ahora si el inversor piensa reinvertir parte (o todo) el capital recibido en la misma compañía, la cosa cambia ya que lo interesante es que la cotización como mínimo no suba y preferiblemente que baje todo lo posible para ir reinvirtiendo el capital a las mismas o mejores tasas (si esto se combina con que la empresa mejore con el tiempo y suba de modo sostenido la distribución estaríamos en el mejor de los mundos). Bueno y el lector inteligente tal vez piense: “todo esto está muy bien pero si el negocio se deteriora y queremos vender.” Pues… el lector inteligente tendrá toda la razón pero, creo no debemos olvidar que en tal tesitura habría que introducir una nueva variable: el ser capaz de detectar el deterioro y actuar antes de la mega castaña que sin duda se pegará la cotización y… entonces poco importará la subida previa de la acción.
La empresa (estable) también podría, además de repartir dividendo, recomprar acciones (cosa de la que no soy un gran entusiasta) y aunque el que un programa de recompras sea beneficioso para el accionista depende de las perspectivas futuras de la empresa lo cierto es que cuanto más abajo compre sus acciones mejor (aunque solo sea debido a que con la misma pasta comprará más acciones). Una variante parecida es si la empresa compra las acciones y en lugar de amortizarlas nos las regala y si las compra para regalar a los directivos/empleados: de lo malo que sea barato.
Un dividendo especial por ejemplo por la venta de parte de la empresa (poniendo la empresa en valor) acompañado de una cotización baja, permite reinvertir el dinero de la venta en el “core” a mejor precio.
Otro motivo es el fiscal (esto depende de la situación de cada inversor). Es posible que interese que aumente el valor (la capacidad de la empresa para generar) pero no suba la cotización mucho. Por ejemplo para no pagar impuestos como patrimonio. Relacionado con este tema fiscal (y es cierto que no es lo habitual) es posible que se den circunstancias curiosas (como en algunos LP) en las que la fiscalidad del inversor más la de la empresa sea más eficiente repartiendo (y el repartir grandes cantidades empuja además la cotización hacía abajo).
Psicológicamente se aguanta muy bien. Y si ocurre lo que no queremos tampoco es una tragedia.
Estas son un poco las razones que se me ocurren. Por cierto, algo interesante es que todo esto es impensable para un fondo de inversión ya que hay un valor liquidativo que defender ante el participe o para el inversor que disfrazado de fundamental o técnico solo se limita a mirar gráficos meteóricos de cotización y, sin embargo, hay por el mundo algunos holdings cuyos dueños hacen lo posible por mantener abajo la cotización pero esto… es solo una sospecha.