De los conceptos relacionados con la inversión, tal vez uno de los más complicados de definir y evaluar, sea el de riesgo.
Sin embargo de la forma de definir y evaluar el riesgo, se pueden sacar bastantes conclusiones de la forma como ve y afronta alguien el proceso de inversión.
En uno de los podcasts, un servidor, aprovechando que se podían plantear cuestiones, lanzó a @arturop precisamente que nos dijera que entendía él por riesgo. A pesar de la incomodidad de la cuestión, la respuesta fue brillante, que riesgo es no ser consciente de lo que se está haciendo.
A la que se pone algo movido el mercado, uno puede comprobar fácilmente como hay bastantes “inversores” que sin duda no son conscientes de lo que están haciendo y simplemente estaban siguiendo el calor de las buenas rentabilidades recientes para emprender su aventura inversora. Y digo aventura porqué los fundamentos de la misma solían ser falacias disfrazadas bajo comodines típicos en esto de la inversión que si uno no los enfoca en relación al riesgo no tienen ningún significado. Que si largo plazo, que si diversificación que si posibilidad de altas rentabilidades, que si volatilidad, que si extrapolaciones estadísticas.
Incluso uno puede observar como hay quienes se aprovechan, de forma más disimulada o menos, precisamente de que hay mucho incauto que no es demasiado consciente de que está haciendo. El mundo de la inversión está lleno de gente que dice querer ayudarnos que sin embargo tiene otros intereses en la cuestión y que raramente nos los suele explicar para que al menos pongamos en contexto y en cuarentena aquello que nos está contando.
El marco de referencia
Recordando el magnífico post de @Cygnus de por donde empezar ( El rincón del principiante ), es clave, en mi opinión, tener un marco mental a partir del cual poder interpretar que pasa y que no pasa en los mercados. Dejar que otros nos pretendan hacer esta labor es pecar de incauto.
Normalmente sus intereses tienen para intentar hacernos interpretar los hechos de una forma u otra. O simplemente es que su capacidad no da para más.
En realidad buena parte del nerviosismo con el que se afrontan ciertos sucesos del mercado vienen de no entenderlos. Harían bien aquellos a los que afectan demasiado o que no los entienden, dedicar menos esfuerzo en revisar cotizaciones y noticias de como interpretar, en base a ruido de corto plazo, los sucesos, y ponerse a leer algunos de los libros sugeridos para entender de que va la inversión.
En esta serie de artículos que voy a intentar realizar sobre el riesgo, no va a haber nada de original, muchas de las cuestiones se pueden encontrar en comentarios y la mayoría tienen su origen en temas tratados en esos libros. Como de costumbre sugiero ir a la fuente original. Creo que es un riesgo invertir sin haber reflexionado sobre El Inversor Inteligente, Los Cuatro Pilares de la Inversión, Como Invertir con Sentido Común, Acciones Ordinarias Beneficios Extraordinarios, Un Paseo por delante de Wall Street o la obra de Taleb, por decir algunos.
Si usted es un inversor curtido probablemente muchas de las ideas allí sugeridas ya las tendrá asumidas por otras vías. Hay conceptos que se repiten en varios de los libros, sin embargo permitan sugerirles que contrasten visiones y que se anden con cuidado con interpretaciones demasiado literales de según que cuestiones.
La magnífica charla de Iván Martín en OMMA reportada en su momento por @Ecijo22 (Blogs, artículos y demás) era sin duda un canto a contextualizar ciertos mantras o a las posibles nefastas consecuencias de aplicarlos sin entenderlos.
no sólo se trata de más o menos riesgo
Volviendo al planteamiento inicial, en mi opinión invertir tiene más que ver a que riesgos nos queremos exponer y/o de que forma, que no con el concepto algo más clásico de si queremos asumir mayor o menor riesgo, partiendo que nada de riesgo significa quedarse igual. Al considerar la inflación eso de quedarse igual no es demasiado realista que digamos.
La gente tenemos incluso tendencia a pensar que ante el mismo riesgo asumido la rentabilidad será igual a medio-largo plazo, pero ya sabemos lo caprichosas que suelen ser las circunstancias en general y el mercado en particular. Precisamente por esto son riesgos, porqué el retorno es complicado de anticipar y más si lo ajustamos a inflación.
Eso no significa ni mucho menos que todos los riesgos sean iguales, pero de esto precisamente es de lo que va invertir, cuales elegimos y de que forma intentamos gestionarlos. En algunos casos bajo una presunción de menor riesgo es fácil que en realidad estemos cambiando un riesgo por otro quien sabe si peor.
El market timing es un perfecto ejemplo, en teoría se asume menos riesgo por tener opción de estar menos invertido en el mercado en circunstancias adversas, en la práctica se corre el riesgo de estar más invertido en las caídas que en las subidas.
Basta darse una vuelta por muchos artículos y opiniones acerca de los mercados cuando se presenta una época que puede ser complicada y como se justifica variar sensiblemente la exposición al mercado de renta variable bajo la premisa de reducir riesgos. En realidad lo que se está disfrazando bajo supuestos argumentos de riesgo, es una clara apuesta por intentar adaptar la exposición a renta variable al comportamiento del mercado.
Lo podemos mirar a la inversa, y como los mismos son los que sugieren invertir más en renta variable cuando el mercado parece ir muy bien, esperando obtener rentabilidades extra con ello en espacios temporales relativamente breves.
expectativas incorrectas
En mi opinión el exceso de expectativas cuando los mercados parecen ir muy bien, es uno de los errores grandes que se cometen. Eso nos desarma cuando se complica el mercado. Debería resultar evidente que a tenor de los sucesos históricos, no resulta razonable esperar que duren eternamente ciertas circunstancias. Parece como si algunos acceden a los mercados pensando que no van a volver a pasar cosas que pasan con cierta frecuencia.
Algunos parecemos con la mosca detrás de la oreja cuando todo parece ir bien, pero mantener cierta actitud escéptica sobre el mercado, es lo que permite entender que esto es sólo una cara. La otra son los mercados complicados. Nos encontramos ante dos caras de la misma moneda y hay que cultivar recordarse de la otra cuando las circunstancias parecen mostrarnos sólo una.
Uno podría haber preguntado hace un par de años si un inversor debería esperar periodos de al menos 5 años donde va a tener complicado tener ganancias en sus inversiones. Incluso ser algo más puntillosos y plantear si ajustando a inflación deberíamos esperar 10 años sin lograr superarla.
Luego podemos plantearlo a la inversa, en un año o época complicada como finales de 2002 o principios de 2009, pero con resultados que se han dado en épocas tremendamente rentables.
El comportamiento reciente de los mercados influyen demasiado en las expectativas y hacen que nos tomemos como decepciones sucesos habituales en términos históricos.
Como de costumbre, el mal llamado inversor conservador, suele ser el peor de todos en estos aspectos. Su miopía acerca del riesgo, aunque le lleva a no querer compararse con índices de renta variable, le suele llevar a compararse con el peor índice de todos, aquel que dice que no hay que tolerar ninguna pérdida de corto plazo.
Hay una aplicación casi inconsciente de esto que se suele hacer que consiste en creer que las ganacias temporales en una inversión ya están como consolidadas incluso en plazos cortos. Leo con demasiada frecuencia afirmaciones con poco sentido como que un fondo defiende bien su valor liquidativo, incluso en fondos de renta variable. La mera volatilidad del activo hace que sea un sinsentido.
Evidentemente la comprobación empírica de que en realidad tenía poco sentido, va a comportar una decepción que en no es culpa del mercado sinó de las falsas expectativas de los inversores.
Recuerden el riesgo no está en que los mercados van a seguir haciendo cosas que han hecho, de una u otra forma, durante toda la vida, el riesgo está en confiar que no las van a hacer simplemente porqué a nosotros nos vendría mejor que no las hicieran.