El Índice de Precios de Consumo (IPC) cayó un 0,3% en julio en relación al mes anterior, aunque disparó su tasa interanual hasta el 10,8% puntos, su nivel más alto desde septiembre de 1984 y seis décimas por encima de la registrada en junio, según los datos definitivos publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Hola Pablo, no quiero dejar pasar la oportunidad de comentar sobre este viejo, y en mi opinión no del todo acertado, adagio de la industria alternativa nacional, aka el value hijpano.
La sentencia es algo así como: “la macro no se puede prever, así que céntrate en lo que sí(la micro o economía de la empresa)”. Donde la versión turboalimentada reza: “la macro no se puede prever, céntrate en lo que puedes controlar ( )”.
¿Cómo es exactamente que la macroeconomía no se puede pronosticar pero la micro para saber si una cosa está barata sí? Sabiendo como sabemos que lo que determina el valor de una empresa o conjunto de empresas no es la performance actual sino la futura de aquí al día del juicio final. Más aún, Teniendo en cuenta que la distinción entre macro y micro no es más que una separación académica arbitraria fruto de la creciente especialización científica. Si todo está interconectado, y lo que llamamos macro influye en la economía de la empresa, y la macro no se puede adivinar, ¿cómo valoramos entonces?
Un ejemplo extremo pero ilustrativo a la par que muy real. Marzo de 2020. Sin la intervención de la FED en el mercado de deuda y, sobre todo, sin el enchufe fiscal del senado/congreso o quién fuera responsable, probablemente habríamos vivido un episodio tipo años 30 del siglo pasado. O al menos una recesión más larga que la de 1 mes que tuvimos. Si los CF de la economía mundial hubieran sufrido una dentada durante esta primera parte de la década, el valor presente de los CF futuros se habría reducido un 10/20/30/quién sabe por ciento.
En cambio vivimos un asomo de cambio de paradigma, que decía Tooze en Apagón, con la colaboración de las autoridades fiscales y monetarias, que convirtió a los Estados Unidos en el consumidor de último recurso, y por Levy-kalecki un rebote de los beneficios empresariales del 15, seguido por un período de inflación de doble dígito que no se había visto en 30 años, seguido por cualquiera sabe qué
Estamos en marzo de 2020, ¿Cómo valoramos nuestro universo de inversión?
Al que me diga que calculamos el eps normalizado y multiplicamos por 15 le pongo 2 velas negras
Por claridad, no estoy defendiendo que la macro sea especialmente adivinable. Sugiero que el mundo de la inversión es bastante más incierto de lo que algunos pretenden vender. Tan incierto como la vida misma, que hoy estamos aquí, y mañana cualquiera sabe
Saludos!
Al final lo único que puede hacer un inversor es posicionarse en empresas que crea que a largo plazo lo van a hacer bien e intentar pagar lo mínimo posible por ellas.
O como dice Helm, intentar buscar las menores minas posibles y dejarse llevar por el mercado
Magníficas siempre sus puntualizaciones.
Esto ya lo comenta Minsky en su Estabilizando una economia inestable. Como con las actuaciones del estado como prestamista de última instancia más una fuerte batería de inversiones en caso de crisis, algunas recesiones acaban justo donde raramente acabarían con otro tipo de actuaciones: con las empresas subiendo beneficios.
Obviamente Minsky ya advierte de las posibles consecuencias en forma de inflación fuerte o de prácticas todavía más arriesgadas en ciertos aspectos, si no hay reformas legislativas adicionales o según el tipo de mecanismos que se utilizan para inyectar dinero.
Aquí tenemos una muestra más de lo complicado que resulta saber lo que se acierta o se falla de las predicciones macro. Porque que un evento como la crisis del Covid termine generando inflación fuerte, es complicado afirmar que valida las predicciones macro previas sobre que la inyección de dinero post 2008 generaría inflación.
Cuando se produce un evento capaz por sí solo de generar un determinado efecto, resulta difícil afirmar que se ha confirmado que los previos lo han provocado, cuando en más de una década no han aparecido.
Aquí tal vez está la gran contradicción de ciertos negocios alrededor del mundo inversor. Recuerdo perfectamente como durante la crisis del Covid, las cartas de los gestores afirmaban que los beneficios de sus empresas se verían poco afectados, cuando sin esas actuaciones de los estados (especialmente USA) que tanto critican (con cierta razón), sería difícil esperar que no hubiera ciertos daños importantes en esos beneficios al menos a medio plazo y, quien sabe si a largo plazo.
Volviendo a lo que comenta Minsky, uno espera que se sostengan ciertas leyes de la economía básica que funcionan muy bien en entornos sencillos (lo que Minsky llama todo el rato con cierto tono de guasa, supuestos heroicos) pero que se complican notablemente cuando hay estructuras de financiación bastante más sofisticadas e imbricadas.
Totalmente de acuerdo, quizá simplifiqué demasiado mi frase. Creo que podría rectificar usando la respuesta de @camacho113 a: si está nestle barato, compra. Desde luego si veo una empresa balue barata a per 3, seguramente sea porque está en el infierno y no se sabe que va a pasar con ella…
No soy fan de de solo mirar si la empresa está barata, sino además si tiene flujos de caja estables, márgenes operativos poco variables, poder de marca y demás… si hago ticks en características así y además pienso que está barata, la macro si me da más igual
Hola, tendríamos que acordar una definición operativa de qué es barato. Pero desde luego si con baratura nos referimos al valor económico del activo subyacente, el PER no es un indicador.
¿Cómo sabemos que Nestle está barata? ¿Cómo sabemos que una empresa a PER 3 está barata? Piensen que muchas empresas, no todas, que terminaron desapareciendo estuvieron en algún momento a PER 3 antes de quebrar.
Cuando afirmamos que una empresa xyz está “barata”, y con barato nos referimos al valor económico tal como nos lo contaron Fisher y JBW, estamos explícita o implícitamente formulando un juicio acerca de variables económicas futuras. Microeconómicas, si quieren. En concreto, de los flujos de fondos que la empresa generará de aquí a la eternidad. Que a su vez implica, otra vez, de forma explícita o implícita, un juicio sobre los drivers de valor: retorno sobre el capital invertido y ventas.
Ni que decir tiene que estas variables de la economía de la empresa, por su condición de futuras, son por definición desconocidas y tienen que ser pronosticadas.
Además, estas variables están, en mayor o menor medida, influenciadas por factores macroeconómicos: demografía, instituciones, política fiscal/monetaria, etc.
Eso en lo referido a los flujos de fondos. Si además queremos expresar el atractivo como un valor presente, descontando flujos futuros, estamos haciendo, explícita o implícitamente, una afirmación acerca de los tipos de interés.
No sé si con estas 2 fantasmadas he sido capaz de trasladar esta idea de que la frase value de marras es, cuando menos, desacertada.
Saludos!
Estando muy de acuerdo con lo que dice, el tema no es las que quebraron a PER 3 en absoluto, hay que comparar con las que quebraron en toda la distribución de PERs.
Además, si mal no recuerdo, estadísticamente PERs más bajos son mejores que PERs altos, en el largo plazo y sobre todo el universo de inversión. Pero claro, una sola empresa es ya lotería.
Como usted bien sabe, dado su abierto rechazo a los backtests, en un mundo no ergódico, no estacionario y adaptativo, la estadística frecuentista tiene un valor muy limitado: lo que ha venido pasando no tiene por qué seguir pasando.
Me cito citando a su admirado Grantham
Saludos!
Es correcto, aunque no entienda de esas palabrotas que esgrime. Pero también es cierto que si luego resulta que sí se repite, mala señal sería que no hubiera sido así en el pasado.
Sobre Grantham y otros partidarios del chartismo, no comment.
Lo dejo por aquí a pesar que sé perfectamente que está usted haciéndose el sueco
El carácter adaptativo de los mercados es más o menos la movida de la reflexividad de Soros y las ideas nacidas del Instituto Santa Fe.
Lo intenté explicar en una ocasión en el foro:
Por supuesto, donde pone empresas con dividendos crecientes pueden poner cualquier otro activo. En el caso que nos ocupa, los PERes bajos.
Lo de la estacionariedad y la ergodicidad ya lo explico cuando me den stock options de +D.
Saludos!
edito para añadir el argumento original de JG:
Le falta un punto rojo.
Venga va, la estacionariedad que es fácil. Creo que fue Taleb quién lo explicó de una forma muy didáctica en uno de sus libros.
Nos dice que imaginemos que tenemos una urna con bolas rojas y negras. Digamos, 60 rojas y 40 negras. Si sacamos el suficiente número de bolas, veremos que, en promedio, 6 de cada 10 son rojas.
Esta información nos puede potencialmente servir para tener un edge en una hipotética apuesta, supuesto que esta información no esté ampliamente distribuida y las odds estén mal valoradas. Por ejemplo, que nos ofrezcan ganar 1€ por euro apostado si la siguiente bola es roja.
Pero luego nos dice que, tirando de analogía cartesiana (@AlanTuring ), imaginemos que detrás de la urna hay un genio maligno, cuyo único propósito en la vida es hacernos la p. un lío, que sistemáticamente cambia la composición de las bolas de la urna a su antojo. Ahora, por mucha evidencia empírica que tengamos, el pronóstico acerca del color de las bolas futuras es imposible.
¿Cómo es el mundo en el que vivimos? ¿el de la urna de las bolsas fijas o el del genio maligno?
La ergodicidad se la dejo a @dunkelheit, que aunque tiene la fea costumbre de abrir con 1.c4, es un experto en filosofía matemática.
Con este mi último comentario en el foro, a partir de ahora me pondré el punto rojo y me dedicaré a leerles.
Saludos!
No sabía que era Ud. seguidor del conocido filósofo cuántico Aleksander Lukashenko.
Olvídese del punto rojo y siga aportando sabiduría, mire mi caso, ni punto ni historia y todavía no me han baneado.
Por cierto, Helm, no lo tome a mal, no se Ud. pero yo ya he ido un par de veces al Punto Roma, es lo que tiene la vida.
Para recordarlo cuando nos sacan el excel diciendo que si hubiésemos invertido en el S&P500 durante 70 años el coste actual de un menú en mcdonalds a la semana, ahora seríamos millonarios.
El problema es que el coste de la mayoría de cosas hace 70 años poco tenía que ver y los salarios tampoco.
Nuestros primos Zumosol y también de Sánchez, Scholz y Alemania, y nosotros ya somos amigos de Macron y de Francia.
Seguro que es una medida transitoria, como la inflación.
Como noticia llamativa está bien. Perp al final si se ponen mas caros que la competencia acabarán vendiendo menos.
Como por aquí pulula mucho jovencito y a fin de ejemplificar lo que nos ha señalado Agenjordi, sirva lo que sigue como ejemplo de cómo actúa la inflación, es personal, espero lo disculpen.
Mi primer trabajo serio fue a los 16 años, tras unas oposiciones entré en un banco muy religioso que tenía fama de pagar bien a sus empleados. Primer sueldo anual neto, en 1973, de 168.000 pesetas, no estaba nada mal, solo ganaban más en mi categoría los que trabajaban para la actual La Caixa y Popular, saliendo a razón de 12.000 pesetas mensuales por catorce pagas, casi el doble del salario mínimo en dicho año. El horario de trabajo era de 8 a 3, incluidos los sábados, todos ellos. Para que tengan una referencia, un casado, con dos hijos, en una compañía de seguros de primer nivel, cobrando sueldo y puntos, entre 8.000 a 10.000 pesetas mensuales, siempre neto, no recuerdo las retenciones por el IRTP, el anterior impuesto al IRPF y demás gabelas. Y se cobraba en efectivo, la pasta iba en unos sobrecitos. En mi pueblo, éramos muy pueblerinos, nos definían a los triunfadores con la siguiente frase: “Vale mucho, escribe en un banco” ¡Que tiempos!
Pues bien, 50 años justos después, he cumplido recientemente 66 años, estas 12.000 pesetas son 72 euros con 15 céntimos, es decir, nos vamos a comer unas pizzas con los dos nietos y con la bebida y los postres aún he de poner 15 euros más, es decir, 14.500 pesetas.
Y si, cierto es que, invirtiendo el equivalente a 1.000.000 euros de hoy en 1932 en Abbott, más la reinversión en dividendos, hoy serían veinte mil potrocientos millones de euros, por lo que hay que felicitar a John D. Rockefeller, único tipo en el mundo que llevaba esa cifra en su billetera junto con el Marajá de Jaipur. Consideren que el presupuesto del estado español en 1940 fue de 1.200 millones de pesetas, es decir, unos 7,2 millones de euros, lo que es hoy un chalet apañado en esas urbanizaciones de lujo donde residen futbolistas.
No sé qué cifra es necesaria para plantearse la independencia financiera, depende de numerosísimas variables personales y las que puede ofrecer o bien exigir el futuro, intentar adivinarlas me parece una quimera, eso sí, en función a lo que he vivido, supera en mucho esos 600.000 euros de los que hablan, en mucho, insisto, y sin que ello suponga un exceso de alegrías en cuanto al gasto. No quiero ni pensar, no perderé el tiempo, lo que pueden costar esas pizzas con mis nietos dentro de 50 años, no ya por la edad que tendré entonces sino que, ya talluditos mis nietos, que las paguen ellos y nos inviten a nosotros, a fin de cuentas, los 35.876 euros de la cuenta serán, entonces, una bagatela.