Yo esto lo he comentado mucho en este foro. La Beta o la desviación típica (la volatilidad) es un dato que ocurrió que nada dice de lo que va a ocurrir.
Es el problema de los estudios estadísticos en algo de una naturaleza bastante peculiar como es el mercado. Uno tiene los datos que tiene y los periodos tienen factores importantes que los diferencian de otros periodos,
Si encima vemos la poca memoria del inversor o sus pocas ganas de revisar a fondo según que circunstancias históricas, termina buscando solidez en argumentos numéricos que tienen su utilidad pero que normalmente quiere llevar a extremos donde dejan de tener sentido.
Como comentaba hay que ver simplemente lo que ha cambiado la historia del primer semestre de 2020 al primer semestre de 2022. Más allá de circunstancias estructurales que existen y son importantes, basta ver como se aprovecha la coyuntura para sostener la narrativa que interesa en cuanto a la gestión del riesgo.
Como le gusta decir a @Fernando el estilo value suele depender, en según que casos, que se corte la sangría decreciente del negocio.
Cuando el daño se vuelve estructural, en lugar de meramente coyuntural, también suele ser una hipótesis que incluye que el negocio va a mejorar.
Yo creo que esta sensación está relacionada con que era lo que mejor había estado funcionando.
En el value también se depende del tiempo que tarda el mercado en reconocer que la posición está infravalorada. O al menos ese tiempo puede cambiar notablemente la rentabilidad. Cuando un gestor tiene la habilidad y la suerte de pillar unas cuantas donde se reconoce muy rápido la infravaloración, los resultados son significativamente distintos de cuando la situación se invierte.
Tampoco no es lo mismo la forma en que se produce ese reconocimiento. No es lo mismo una OPA que se produce con el valor cerca de máximos que una que se produce unos meses después que el Covid penalizara tremendamente la cotización, y el negocio a corto plazo.
Me suelen gustar mucho este tipo de artículos precisamente porque insisten en los fundamentos de los resultados de las inversiones. Y suelen mostrar errores que son fáciles cometer cuando uno se confunde y extrapola lo que por fundamentales no debería extrapolar.
De Peter Lynch me gusta precisamente esa distinción bastante simple que hace del tipo de empresas y como se cometen errores graves cuando se confuden un tipo con otro. A Lynch no le importaba invertir en cualquier tipo de ellas, eso sí en base a no confundirse de tipo de inversión.
En los meses post-covid vimos precisamente como algunos confundían un negocio de rápido crecimiento con un negocio sólido. Y creo que estos últimos meses estamos viendo como se confunden negocios cíclicos con sólidos o también en algunos casos, con decrecimiento.
Cuando uno escucha que son sostenibles en exceso crecimientos muy altos por la calidad del negocio o que viene un superciclo de 30 años, ya se puede imaginar, que están confundiendo unos con otros.
Este gráfico es el que debería de ver todo inversor para que entienda de dónde vienen las rentabilidades.
Estoy siendo un poco pesado con la última carta de Bestinver (parece hasta que les estoy promocionando ), pero el inversor medio debería de entender cómo se consigue la rentabilidad.
Efectivamente, yo de esto fuí consciente en 2.018 con el Comgest growth europe opps. En muy poco tiempo pasó de tener un alfa bestial con una beta de 0,8 a tener una beta de 2.
Hay datos que parecen muy fáciles de interpretar y otros que son más complicados.
Sacar una conclusión de la beta parece un juego de niños, mientras que sacar conclusiones algo más elaboradas , tipo de donde proviene la rentabilidad, se complica.
Lo segundo suele requerir un esfuerzo que el inversor que lleva poco tiempo en ello, cree que no merece la pena, mientras las cosas le vayan bien o muy bien.
En algunos casos incluso se pone de culo cuando lo convierte en algo personal, creyendo que se duda de sus capacidades, cuando es él, quien no las quiere utilizar.
Recuerdo no hace tanto como se popularizó, en ciertos entornos, que no hacía falta hacer ningún número para invertir, que lo importante era entender el modelo de negocio. Ya ven donde acabaron algunos que con ello justificaban según que tipo de inversiones.
No hay que confundir que el modelo de negocio no sea muy importante con que no sean importantes otros factores.
En el caso de la beta, si no encajamos el resultado dentro de otras consideraciones, es un valor que puede significar cosas muy distintas. De todas formas creo que puede tener su utilidad, pero claro, hay que mirar bastante más allá del número. Vamos es el inicio del proceso no el final.
Al inversor que utiliza la beta para descartar según que fondos por su falta de tolerancia a según que, le puede ser útil. El que crea que le ofrece un grado de protección excesivamente alto respecto a otras opciones similares, necesita profundizar bastante más en su conocimiento de la inversión, para recordar que el tipo de activo condiciona muchísimo la volatilidad y que si invierte en renta variable tendrá volatilidad de renta variable. Algo más o algo menos según el producto y las circunstancias, pero la componente principal será significativa precisamente por ser renta variable.
Aunque no fue un caso tan exagerado, recuerdo una diapositiva que ya reseñé en un comentario del Seilern de hace 3 años (incluso antes que pasara lo del Covid), sobre que los datos de los fondos de los últimos años, estaban siendo mejores de los que un inversor debería esperar. Tanto los positivos de captura de subidas, como los negativos de comportamiento en las bajadas.
Un comentario que no suele ser tan fácil de realizar por parte de una gestora, aunque también supongo que depende de a quien va dirigido. El libro de Peter Seilern en cambio parecía sumarse el hype de la época.
Totalmente, para mi su libro constituye una red flag a la hora de una posible inversión con Seilern, justificando invertir en acciones de mucha calidad a cualquier FCF Yield siempre que esté por encima de la tasa libre de riesgo.
Tienen un universo de inversión tan limitado que cuando las valoraciones suben no queda otra que mantener posición. Cosa que no pasa en otros fondos que son más una cesta como Yacktman o Gqg partners.
Por ejemplo, y a lo mejor me cuelo, de ahí que este año otro fondos muy similares como Guardcap o incluso el global de comgest donde el equipo es más sensible a los múltiplos hayan tenido mejor comportamiento este año:
Incluso muchas veces dentro de una misma gestora hay equipos donde pasa esto. Por ejemplo, tuve la oportunidad de hablar con un analísta que trabajó en Comgest un tiempo y me comentaba esto mismo, que por ejemplo, el equipo del World es más sensible a las valoraciones, sin embargo, el equipo de Europe Opps dejan correr más a las empresas. Esto es algo que se ve en un simple vistazo a la cartera vía Morningstar.
Pues créame que no lo entiendo, aunque yo solo invierto en tres ETF y los pocos bonos que puedo.
Aunque 64 + 80 + 357 = 501 que son casi los 500 de rentabilidad.
Del dividendo no puede salir beneficio porque es un dinero que sale de la empresa. Si volvemos a invertirlo nos da lo mismo que si no se hubiera dado a no ser que lo invirtamos en otra empresa más rentable.
El PER y el BPA son parámetros relacionados. El PER se calcula dividiendo el precio de cada acción entre el BPA.
El BPA es lo que se gana por acción y eso es lo que debería subir la acción.
Puede ser que una empresa aumente su BPA y caiga su cotización porque en ese momento el mercado no la quiera o no la pueda comprar, pero eso haría bajar el PER y la haría más atractiva (¡hombre gana más y cuesta menos!), pero el PER es un parámetro y el BPA es una realidad.
No entiendo qué quiere decir. ¿O si lo he entendido? ¿Puede explicármelo?
La rentabilidad de las acciones viene dada por dos variables:
-crecimiento de sus beneficios por cada acción en circulación (aquí entran también los dividendos que te va entregando puesto que se van acumulando)
-a cuánto se pagan dichos beneficios (PER o cualquier otra métrica que coja.
Sólo esos dos factores determinan la rentabilidad que usted obtendrá como invesor.
Vamos que para ganar usted dinero a largo tienen que ocurrir las siguientes cosas:
1 que cada año las empresas ganen más
2. que cada año las empresas ganen dinero y se vaya acumulando eso que ganan
3. que el mercado pague más por la empresa
Vamos a quitar de la ecuaciòn la recompra de acciones y cosa por el estilo que también influyen.
Así es. Eso más lo que haya ido ganando y ha ido guardando en su cuenta corriente o en la suya porque se lo ha repartido.
Así es, por eso le he comentado que otro factor que influye es a cuánto se pagan esos beneficios.
O sea, que el negocio está en comprar una empresa barata, es decir, con un PER bajo y que tenga muchos beneficios. ¿Eso existe? Sí existe a veces, por ejemplo después de la crisis de 2008 en USA hubo muchas que llevan subiendo más de 10 años porque cayeron mucho y tras la crisis ganaron mucho aprovechando que los tipos eran tan bajos.
Por supuesto, y por esto es que por ejemplo ante caídas de mercado grandes, mientras que unos sólo se plantean vender esperando a la próxima tendencia alcista (o por otras razones) otros están pensando todo lo contrario, comprar.
La razón es que si el negocio no se ve afectado (o la afección es temporal) uno puede comprar activos a precios de ganga, con lo que no sólo se beneficia del crecimiento de los ingresos, dividendos, etc. de una determinada empresa, si no que cuando el miedo pase también se llevará gratis una rentabilidad “X” por el múltiplo.
Ojo, esto no quiere decir que haya un múltiplo para compra / venta, es más bien un rango lógico y todo depende del negocio subyacente.
Vamos a poner un ejemplo, desde 2.018, el múltiplo medio que ha pagado el mercado por BrK ha sido de 1,37 veces su valor contable. Por otra parte, hemos tenido un mínimo de 0,92 veces en pleno COVID y un máximo de 1,74 veces en 2.018.
Como vemos, cuando el mercado tira la empresa es una oportunidad para comprarla con una posible palanca adicional para la rentabilidad final. Pero no significa que comprar la empresa a 1,7 veces valor contable implique no tener rentabilidad, si no que igual hay que ser más paciente a que el valor contable de la empresa suba o a que un evento negativo a nivel general o para la empresa haga que el mercado decida que el múltiplo que se va a pagar los próximos años no supere un determinado nivel.
Ahora mirando otro holding como Fairfax India, vemos como el múltiplo sobre el valor contable no ha dejado de caer desde hace años. Pues igual, estar ahora mismo a 0,6 veces valor contable constituye un motor de rentabilidad a futuro (o no).
Pero cuidado que las interpretaciones a toro pasado también contienen una buena dosis de narrativas que insisten en los factores que a uno le conviene enfatizar y ningunean aquellos que no.
Kindleberger precisamente tiene gran habilidad para mostrar como en las interpretaciones de sucesos pasados importantes en los mercados, uno suele tener tendencia a olvidarse de elementos que pudieron tener influencia significativa para que pasara lo que pasó o, como uno se centra en un tipo de eventos y olvida otros que pudieran sugerir una interpretación bastante distinta de lo que pasó.
En el complicadísimo periodo de entreguerras de la primera mitad del siglo pasado, hubo un hecho que suele aparecer en no pocas lecciones financieras, la hiperinflación alemana. Considero positivo que se explique este episodio. Sin embargo no tengo tan claro que no se deba de explicar conjuntamente con lo complicada que fue la situación en esa misma época en UK y no precisamente por seguir una política monetaria similar a la alemana.
Kindleberger va incluso más allá y sugiere que los errores respectivos de ambos países en esa época, llevaron luego a tomar malas decisiones monetarias, en sentido contrario. Vamos que UK luego tendió a tomar decisiones excesivamente laxas por el mal recuerdo de dicho periodo y en Alemania fue un poco a la inversa.
En estos días con la aparición de la inflación también vemos que hay quien nos recuerda como “acertó” con que la inyección masiva de dinero post 2008 traería inflación. Ya me perdonarán pero eso que ciertos efectos lleguen con tanto retraso, dificulta mucho, si se tiene cierto rigor intelectual, poder validar este tipo de conclusiones.
Mientras parece algo más fácil sostener que la inyección masiva de capital y ciertas ineficiencias producto del cierre del covid, han provocado inflación, parece mucho más complicado sostener que hay que buscar la causa en la actuación post 2008. No porque no pueda ser incluso razonable, sino porque a medida que nos vamos atrás en el tiempo, el número de factores de posible incidencia se va complicando muchísimo más de lo ya de por sí complicado que es de inicio.
En las cartas trimestrales/semestrales de algunas gestoras patrias hemos visto precisamente algunas interpretaciones bastante peculiares de lo que ha pasado este primer semestre del año. No porque no sean verdad los datos que aportan sino por el encuadre que hacen de los mismos y por contraste con como interpretaron el primer semestre de 2020.
Insistiendo mucho en la notable caída del S&P500 en dólares. Alrededor de un 20% al cerrar el semestre. Y señalando que no había habido un semestre tan malo en varias décadas. No obstante que el mayor rango de la caída (al menos hasta ahora) coincida casi con el semestre es más una curiosidad estadística que una medida de la gravedad, al menos de momento, de la situación vivida.
En el año 2020 la magnitud de la caída fue sensiblemente superior aunque no coincidió con el semestre natural.
A final del año 2018 hubo una caída de nivel similar (tal vez algo menos). De hecho uno puede mirar el dato estadístico sobre la frecuencia de caídas de alrededor del 20%. El inversor debería asumir que le puede tocar pasar una cada no mucho tiempo.
Por otro lado la otra parte importante de la cuestión es como miramos la rentabilidad. Fíjense como está en dólares. En Euros la historia ha sido distinta. Si quieren comparar para el inversor español, y ponen la rentabilidad de sus fondos en euros, igual deberían de recordar insistir en mirar también la rentabilidad del S&P500 en euros. Al menos como complemento.
Ya ven como la historia en euros es algo distinta. Si no hacemos este tipo de ejercicio uno podría llegar a la conclusión absolutamente demencial que una cartera formada por el S&P500 ha batido holgadamente a su índice de referencia.
¿porque esta insistencia en hablar de lo mal que lo ha pasado el S&P500 este semestre insistiendo en los datos negativos? ¿porque la diferencia de actitud con las caídas del coronavirus donde se instó a la paciencia, al largo plazo y al comportamiento nervioso del mercado a corto plazo?
La respuesta es fácil en algunos casos, porque mientras en esta caída lo han hecho mucho mejor que el S&P500, en la otra lo habían hecho sensiblemente peor.
Y claro algunos llevaban 5 años por lo menos insistiendo en el enorme riesgo que podía ser invertir en el S&P500 a esos niveles y que sus carteras eran mucho mejores, más defensivas e iban a dar mejores resultados.
¿valida el resultado del primer semestre ese tipo de discurso? Vamos ¿acertaron o no acertaron?. Pues dependiendo del plazo temporal que lo miremos podemos tener una sensación u otra distinta. Si miramos simplemente este semestre concluiremos que acertaron de lleno. Pero a poco que nos vayamos para atrás y incluyamos la crisis del coronavirus y algunos años más atrás, igual la sensación sobre que han acertado o no, cambia significativamente.
Como de costumbre estamos en un plazo temporal abierto. Y por lo tanto dentro de 3-5 años podemos tener otra sensación distinta. Lo que cuesta asumir es lo poco que les hace falta acertar a algunos y como se empeñan en ponerlo en el epicentro de la cuestión, para que consideren que han acertado.
Obviamente aquí habrá resultados dispersos entre distintos fondos y con algunos tendremos más la sensación que lo han hecho muy bien que con otros. Lo que cuesta saber es que se ha acertado y que no, realmente.
Si nos vamos a inversores particulares, donde no tenemos una rentabilidad fiable ni un seguimiento trimestral de cartera, más se complica la cosa. Por no hablar que uno puede tener razón en según que y luego no saber gestionarlo o simplemente que la traducción de ello a rentabilidad sea nefasta. En las punto com la mayoría de los que se metieron acertaron de lleno que internet cambiaría el mundo.
¿Pero hay alguien que pierda invirtiendo? Si un doble dígito anual justito (da igual que sea en RV, pisos o en Chupa Chups) es de perdedor total .
Me recuerda un poco a cuando hace 13 o 14 años había que invertir para cubrirse de la hiperinflación que iba a venir. Y ahora más de una década después, todo el mundo se cuelga la medalla cuando los motivos nada tienen que ver con las tesis que se vendían.
Al final yo cada vez estoy más convencido de que todo es lo mismo y las etiquetas son ficticias: intuir cuales va a ser los flujos futuros, ver lo que se paga por ellos y asignar una probabilidad. Luego ya pues que una empresa crezca al 20% puede ser más probable a que otra simplemente no se deteriore o viceversa.
Ufff esos diez años entre 2000 y 2010 con rentabilidad prácticamente nula… aguantar esa travesía para obtener esa rentabilidad es lo difícil. Se dice fácil mantener a largo plazo…