La palabra perder suele tener unas connotaciones negativas que tal vez apelan en exceso a la parte sentimental de las personas y terminan con una oposición excesivamente frontal a aquello que igual se les está proponiendo como opción a explorar para ellos.
Pasa algo parecido incluso en foros de inversión donde ya se suelen tener ciertos conocimientos y sin embargo suele molestar más de la cuenta cuando aparecen los típicos comentarios que tal fondo (o acción) que nos gusta y que tenemos en cartera, “pierde” respecto a otras opciones.
Ojo que eso no significa que no pueda tener su utilidad en según que circunstancias. Se busca que la persona se estrese algo y ver como reacciona su parte sentimental respecto a la más racional. Una prueba a la que el mercado nos suele someter de vez en cuando.
Tal vez sea más interesante plantearlo en términos de riesgos. Al final la inflación suele ser un riesgo a considerar y del que es fácil olvidarse cuando no está. Sacrificar por ejemplo gasto presente para tener un gasto futuro mayor no es igual sin inflación que con inflación disparada.
Sin entrar en términos de pérdidas, una de las claves es que la persona entienda que no es lo mismo el dinero que el poder adquisitivo. Dinero tiene el mismo pero no tiene la misma capacidad adquisitiva. El dinero al final es un instrumento.
Si se mete en renta variable también le tocará asumir pérdidas notables, ni que sean temporales. El famoso miedo a la volatilidad que una cosa suele ser la teoría y otra la práctica. Al final tendrá que estar dispuesto a asumir ciertos riesgos para contrarestar otros que también existen como la inflación.
En la persona que le cuesta a empezar a invertir, hay cierta dosis de prudencia que suele ser interesante conservar en parte durante su futuro viaje inversor. Lo importante es aprender a encuadrar esos riesgos y verlos en relación a otros. Perdiéndolos en exceso, el peligro que esa persona termine persiguiendo cantos de sirenas, es significativo.
Entre las personas que se niegan a invertir salvo en alguna cosa sencilla immobiliaria y aquellas que asumen en exceso riesgos que no entienden y buscan quimeras, casi prefiero que un amigo se mantenga en la primera que no salte a la segunda, aunque claro hay opciones intermedias mucho mejores. Pero ni todo el mundo está necesariamente preparado para ello ni deberíamos confundir nuestros objetivos vitales con los suyos.
Hay viajes que son de lo más agradables cuando uno está convencido de ellos pero que se pueden complicar notablemente cuando uno los inicia bajo unas expectativas equivocadas.