No se preocupe que este cacao mental lo hemos tenido todos en un momento u otro. Y otros que creían que lo tenían superado, al calor del viento favorable de mercado de los últimos años, están volviendo a explorar el cacao mental, en cuanto se ha empezado a revolver en serio el mercado.
La cuestión aquí es si se siente con las ganas de asumir un tipo de decisiones que no son fáciles de asumir. No siempre es la mejor decisión precisamente asumirlas. Imagínese que uno empieza a invertir en renta variable en 2007 y a principios de 2009 le tiene que explicar a la mujer o a otros familiares, que se ha “evaporado” la mitad del dinero que se metió allí.
El problema es que la fuente de impaciencia no le vendrá del hecho de tener o no asesor. Le vendrá de los propios resultados. Habrá épocas donde va a necesitar mucha “paciencia” para llevar razonablemente bien lo que está pasando en el mercado.
No se engañe, que haya mucha gente presumiendo de cartera y de lo bien que le va la inversión, a corto plazo, es un síntoma de mercado alcista, no una muestra que sea fácil conseguirlo de forma sostenible y que uno siempre disfrute de esta sensación.
No es mala idea contratar un asesor financiero. El problema es cual. Y no es fácil valorar si lo hace bien/mal.
Este año aunque lo haya hecho bien el asesor, a menos que no haya tenido bastante suerte, estará en negativo, mientras el año pasado incluso haciéndolo bastante mal es probable que terminara en positivo.
Al final hay temas donde delegar en exceso, puede ser tremendamente peligroso. Más si uno no sabe donde se mete. Encima, en lugar de ser uno consciente de sus limitaciones y buscar asesores prudentes y conscientes de los riesgos del mercado, es fácil que uno termine siguiendo una versión light del prototipo de individuos que habitan en el hilo de los Vendehumos.
Es fácil hacerse trampas al solitario. Uno no cree tener la capacidad de gestionar todos los inconvenientes que implica invertir, pero cree que tiene la capacidad de detectar a personas que le van a vender la fórmula mágica para forrarse.
En otras redes sociales de inversión (finect, rankia…) le ponen en contacto con asesores independientes. Ya le digo que de todo he visto entre los potenciales asesores. Algunos que parecían bastante sensatos y otros bastante más dudosos. No se engañe, al final es una forma de captar clientela como otra. Lo cual no significa que no puedan aportarle valor, pero también se lo pueden restar.
Al final tendrá cierto trabajo en valorar si el gestor que elija le aporta valor o no. Yo, aunque no le guste, le recomendaría seguir mirando y remirando, a ver si va viendo la luz. En realidad, aunque le digan lo contrario (otra vez signo de mercado alcista), no tiene prisa para empezar a invertir. Más vale hacerlo bien que precipitarse metiéndose en toda clase de charcos.
También puede probar, si ya tiene una cartera, y algunos objetivos, a explicar su cartera y ver, que opiniones al respecto recibe. No se tome mal las críticas, que al final serán una forma de intentar ayudarle a reflexionar sobre la misma. Y la decisión final seguirá siendo igualmente suya. Para bien y para mal.