En relación a un vídeo que volví a ver hace una semana después de tener un pequeño debate con uno de los protagonistas del mismo, he recordado con cierta nostalgia esa época y unos cuantos sucesos que me gustaría compartir con ustedes.
Estoy seguro de que muchos de los miembros de esta comunidad lo recordarán o lo habrán visto alguna vez.
-“La vivienda nunca bajará” (Versión larga):
-“La vivienda nunca bajará” (Versión corta):
Después de escuchar los comentarios y las réplicas que se hacían en este programa a los que no pensaban igual, me ha recordado un poco a la actualidad y la cierta polaridad que se está creando en los mercados, acerca de lo que no deja de subir y los argumentos que se dan ciertas veces para argumentar dichas subidas.
Si alguna vez alguien me preguntase por una habilidad o cualidad que creo que destaca en mi persona, aunque seguramente sea errónea y únicamente la perciba yo desde mi punto de vista, es la capacidad de hilar y de recordar de una manera vívida los sucesos y los hechos del pasado.
Cuando menciono esto, me refiero a poner todo el recuerdo en perspectiva con imágenes tan vívidas como si de ayer mismo se tratara. Conversaciones, lugares, personas, olores…
Recuerdo aquellas épocas con cierta nostalgia y por lo que en mí marcó toda esa burbuja.
No les enrollaré demasiado contándoles mi vida pero resumiéndolo, el hermano de mi madre se montó una empresa de intermediación inmobiliaria en pleno auge y por otro lado mi padre, segunda generación ya, tiene una empresa de mármoles y granitos la cual sigue gestionando a día de hoy y por lo que dice, seguirá hasta el final de sus días.
Por otro lado les comentaré que tengo amigos que por aquellas épocas sin haber estudiado, siendo peones de albañilería, se levantaban una pasta todos los meses muy superior a la que cualquier pobre recién licenciado o con ya varios años de experiencia, pudiera conseguir o tener.
Hasta tal punto era semejante pasta, que recuerdo ver por la calle a chavales en mi pueblo de Toledo con 18 años y el carnet recién sacado, con coches con marcas tan lujosas como BMW, Audi etcétera y, pensando en comprase ya su primera vivienda.
¿Quién por esas épocas pensaba en estudiar con lo fácil que era salir del colegio a los 16 años y levantarse semejantes salarios?
Todo este rollo que les he contado, es para hilarlo ahora con los dos sucesos que posteriormente ocurrieron. Se trata de sucesos que tienen mucho que ver con la avaricia y la prudencia. Dos palabras más que acertadas para asociarlas con la inversión y con los mercados.
Evolución de los precios de la vivienda
Uno de los recuerdos más vívidos que tengo de esas épocas, es el de un viernes por la tarde estar en la pequeña oficina que tiene mi padre charlando y que de repente, viniera un “promotor” allá por el año 2005 a ofrecerle trabajo. Se trataba de suministrar y colocar todo el material para una promoción de 300 viviendas en una localidad de la provincia.
Hasta esa época en la empresa de mi padre, los ingresos generados por el sector de la construcción representaban aproximadamente el 50% del total de sus ingresos y el 50% restante, se generaban del sector funerario (Si puede llamarse así). A pesar de todo el auge, nunca quiso alejarse de la diversificación tan famosa que en este foro mencionamos constantemente e hizo, que mantuviera siempre unos ingresos más equilibrados.
Él ya en la mayoría de las veces cuando estábamos comiendo, comentaba que empezaba a estar mosca de la cantidad de casas que se estaban construyendo y de los cambios que estaban teniendo las construcciones de las promociones de manera contractual y formal. Se cuestionaba continuamente si semejante barbaridad era sostenible en el tiempo y otras numerosas preguntas que cualquier persona con dos dedos de frente, debería de haberse hecho.
Al principio en pleno auge, los promotores antes de empezar a construir las casas y sobre plano, tenían todas “vendidas” con la señal ya por adelantado pagada y con la autorización de la hipoteca los futuros compradores. Los promotores por aquellas épocas pagaban con pagarés a 30-60 días máximo y únicamente, el que había trabajado toda la vida en la construcción se dedicaba a construir.
Según fueron pasando los años, los pagarés llegaron a ser de 180-210 días y las señales que se daban por las casas que se iban a construir, dejaron de existir.
Gráfico de déficit de exportaciones
Todo esto se lo cuento porque la persona que entraba en ese día del año 2005 en la oficina de mi padre que les he mencionado antes, era un señor que en su vida había tenido relación con el ladrillo, no sabía ni de qué materiales se componía una casa y, ni siquiera sabía a quién podía contratar para llevar a cabo dichos proyectos.
En el momento que mi padre empezó a hacerle preguntas (Las recuerdo como si se las hubiera hecho esta misma tarde), las respuestas hasta a mí me parecieron aberrantes.
-¿Cuántas tienes ya vendidas o te han dado señal de las mismas?
“Tengo vendidas cero pero ya sabes que casa que se hace, casa que se vende y cada año por más”.
-¿Cuáles son las condiciones de pagos que me propones?
“Pagarés no garantizados a 210 días”
-¿Te han proporcionado los bancos la financiación para arrancar con el proyecto? ¿Tienes el terreno ya?
“El banco me adelantará el 10%, el resto a través del sistema de pagos “diferidos” se va autofinanciando automáticamente”.
Hubo bastantes más como este señor y de hecho a esta persona, mi padre ya la conocía de antes. Pasó de ser un humilde trabajador un año antes, a llegar con un Mercedes clase S de color negro (Si recuerdo bien era el modelo 320) nuevo, que probablemente lo tomaría de renting o vaya usted a saber.
Toda esta historia para comentarles que fue ese, el día en el que mi padre dejo de aceptar trabajos del sector de la construcción del miedo que cogió ese mismo viernes pensando en la burbuja que se estaba cocinando si hasta este señor iba a construir.
Gráfico de desempleo en España
De hecho y hasta el año 2009 (Casi 4 años a la contra), tuvo empleados que comenzaron a montarse el negocio por su cuenta convirtiéndose en competidores directos de él, tuvo que aguantar risas y alardeos de gente que seguía “forrándose” en el sector y lo más doloroso, posteriormente tuvo que ver cómo a muchos de sus colegas de profesión y antiguos empleados, les embargaban todos sus bienes por haber sido avariciosos y codiciosos.
No se piensen que esto era tan lógico y obvio para verlo en esas épocas, ya acaban de ver el vídeo que les adjunté en la parte superior cómo la gente había dado por hecho, que era normal que esto sucediera año tras año.
Para concluir la historia y que no quede un tocho infumable, acabaré contándoles que mi tío aún tiene deudas y propiedades mal compradas por esa época a la espera de la recuperación de sus inversiones. Eso sí, esos años los vivió a todo trapo y se endeudó hasta las orejas viviendo por encima de sus posibilidades.
Por otro lado, la enseñanza pura que pude llevarme en mis propias carnes de la manera que tuvo mi padre de actuar ese día y los posteriores, no dejándose llevar por la avaricia en parte, ha marcado mi vida de una manera más que positiva yo diría.
Al final y cuando más lo reflexiono más creo en ello, somos en parte los sucesos experimentados, la gente de la que nos rodeamos y las vivencias tenidas.
Pasen un feliz año nuevo todos y reflexionen acerca de la actualidad con este texto.
¿Qué recuerdos tienen de esa época?