Los mecanismos mentales por los cuales uno toma las decisiones siempre suelen tener más complejidad de lo que parece. De hecho no creo que sea casualidad la gran influencia que ha tenido la economía conductual.
Quizás también a veces, ni que sea inconscientemente, uno termina confundiendo su labor. Una cosa es ayudar a alguien a tomar decisiones y otra cosa es pretender tomarlas en su lugar. Con el añadido que no es fácil marcar una línea en donde termina una y empieza la otra.
No soy padre pero soy profesor. Y no es fácil distinguir cuando alguien, un padre o un profesor, quiere ayudar a alguien a tomar una decisión de cuando quiere tomarlas en su lugar.
De hecho mirando en las redes sociales de finanzas o incluso de otros temas, uno puede detectar como muchos debates terminan derivando en un intento de imponer ciertas visiones del mundo o de ese tema en particular. Vamos que hay argumentos muy lógicos cuando uno parte de ciertas premisas pero eso no quita que igual necesita dar por sentadas esas premisas que otros no tienen porque compartir.
Aquí también puede verse a la inversa cuando uno se ve aconsejado por otros. Como suele generar rechazo cuando uno tiene la sensación que le imponen algo. Algo habitual tanto en relación padres-hijos como en profesor-alumno.
No hace mucho ha habido cierto revuelo por el cambio de la normativa sobre los tapones de las botellas. Algunos incluso lo han percibido como un ataque a su libertad de elección, cuando en realidad era más bien un cambio de la opción por defecto como se comenta en el interesante libro Un pequeño empujón-Richard Thaler,Cass Sunstein .
Más que entrar en la cuestión concreta, lo que quiero remarcar es como las interpretaciones de como nos condicionan las decisiones de otros cambian significativamente cuando uno pasa de ser el que las recomienda a ser el que recibe las recomendaciones.
De hecho hay un efecto curioso entre inversores. Se suele ver como bastante razonable dedicar cierto % a opciones más especulativas. Sin embargo luego parecemos no entender que aquellos a los que recomendamos tengan instintos parecidos.
Lo que a veces interpretamos como que esa persona está abriendo los ojos al tema de la inversión, en realidad es su instinto a especular el que le lleva a preguntarnos sobre el tema, ni que nosotros tengamos otro planteamiento de la cuestión.
A veces te encuentras personas que te conocen y que cuando te preguntan ciertas cosas, en realidad lo que están buscando es justificación para tomar una decisión que en ese momento el cuerpo les pide pero que su parte racional se muestra reacia a tomar.
Lo que han comentado algunos muy acertadamente de ayudar a otros a saber como iniciarse en el mundillo y luego donde profundizar, sobre el tema que sea, en realidad a veces es un mecanismo de autodefensa contra la propia necesidad de imponer a otros nuestro camino y de decidir por ellos en lugar de ayudarles a decidir lo que ellos consideren adequado para ellos.