No creo que el problema para las rentabilidades que uno saca a 15 años sean cuestión del momento donde se entra. Al final si a uno le pilla ya en una fase adelantada de sus aportaciones, aunque su rentabilidad sea muy buena en global, a 15 años seguirá sacando una rentabilidad mediocre.
Es como el DCA, una muy buena estrategia pero que no sirve para según que. A medida que uno va acumulando el capital, para disfrutar de los efectos parecidos que tiene el DCA cuando se tiene poco, hay que rebalancear la cartera. Pero claro a costa de reducir muy probablemente la potencial rentabilidad final.
Hay obviamente la opción de ser algo más agresivo con los movimientos de activos de lo que uno considera más caro a otras cosas más baratas, pero ya sabemos también, como nos ha mostrado el mercado estos últimos 5 años, para según que fondos, que también tiene sus riesgos.
Salirse de buenos negocios caros que uno conoce razonablemente bien para irse a negocios peores mucho más baratos y que cuyo conocimiento de sus dinámicas es significativamente inferior, también puede producir malos resultados, como ya se ha visto.
En todo caso mi reflexión viene por el tema de la dispersión presente en inversión en general y en renta variable en particular. Uno no puede actuar, decidir y sacar conclusiones como si dicha dispersión no existiera o fuera poco significativa. Aquí toca incluirla en los análisis.
Las premisas bajo las que uno decide sufren dispersión y por lo tanto uno se puede encontrar en periodos significativos donde no son las que creía o donde funcionan significativamente peor de lo que creía.
O al revés, a veces uno mira un periodo largo y cree ver unas premisas que en realidad no son tales, sino simplemente el resultado de cierta dispersión donde se ha visto favorecido cierto tipo de activo. Por ejemplo a 10 años un fondo indexado al S&P500 le está sacando un 10% anualizado a uno de Emergentes.
Esto no es una muestra de superioridad del S&P500, ni que fuera el caso que existiera. No tiene sentido pensar que esa superioridad se puede traducir en un diferencial de rentabilidad tan elevado. Aquí estamos viendo a la gran dispersión existente en este tipo de comparaciones, actuando en toda su magnitud.
Pero una vez hemos entendido la magnitud de esa dispersión, resulta difícil poder asegurar que el hecho de tomar una decisión ligeramente mejor que otra, vaya a convertirse en un resultado mejor que otro a 10-15 años.
Creo que es bueno buscar como mejorar la cartera y la forma de invertir de uno, el proceso que llamamos. Pero la forma como esto se va a traducir en resultados finales, mucho cuidado porque puede diferir significativamente de lo que uno estaba pensando.
Hay muchas formas de invertir que van a funcionar razonablemente bien a largo plazo. Ahora saber la que va a funcionar mejor los próximos 10-15 años creo que es un ejercicio de funambulismo. A medida que se conoce el peso de según que factores en el resultado final, uno tampoco debería de obsesionarse con ello.
Y luego ya sabemos de la propia sensibilidad a cambiar de carril a poco que las cosas vayan mucho mejor en otras estrategias o en otros activos.
Creo mucho mejor centrarse en como gestionar la propia forma que uno quiere invertir que en comparaciones que al final uno debe de ser consciente de que hay ciertos riesgos que son intrínsecos con la propia naturaleza de la inversión. Si uno ve riesgos de la renta variable en la forma como invierten otros y no los ve en la forma como invierte uno, es muy posible que no esté analizando bien la forma como invierte y la naturaleza de los riesgos que le va a tocar asumir, de una forma u otra.
La enorme dispersión es también una buena explicación de porque ciertas estrategias que han funcionado muy bien en el pasado, no hay garantía que lo hagan mejor en el futuro. La mera dispersión favorable en el pasado dificulta una rentabilidad futura mejor.
Que uno sea capaz a posteriori de econtrar alguna forma de identificar momentos donde variar de una cosa a otra o ponderaciones mayores en según que activos para aprovecharse de los buenos resultados pasados, una vez ya han pasado, no significa que uno haya encontrado las leyes que gobiernan dicha dispersión. Más bien significa que está predispuesto a arriesgar que esa dispersión le vaya a cobrar cierta factura por esos resultados favorables pasados de cuando no estaba, cuando precisamente se expone a ellos.
La dispersión ayuda también a entender porque hay quienes están predispuestos a asumir según que riesgos y otros que son excesivamente reacios a ellos.
Cuando el riesgo se ha visto excesivamente favorecido se tiende a creer que el riesgo es mucho menor y cuando se ha visto excesivamente penalizado se tiende a creer que el riesgo es muy superior.
Lo que ha asistido los últimos 2 años con cierto tipo de valores, es una gran muestra de ello. Yo no se lo tendría en cuenta más de lo necesario a algunos que se han lanzado a ello como si hubieran descubierto el santo grial.
Al final la dispersión muy positiva de resultados favorables a ello (a corto plazo) a la que estaban asistiendo les estaba llevando a creer que el riesgo que asumían era muy inferior al que habrían podido establecer si hubiesen buscado resultados estadísticos pasados en lugar de fiarse de los ejemplos a los que estaban asistiendo y buscando el apoyo de algo tan futil como habitual en los mercados financieros como una narrativa que parecía más bien un cuento de Disney.
La dispersión también nos lleva a una encruzijada ética complicada. Y es la que se produce cuando uno recomienda a otros. Debería saber que la mera dispersión puede terminar provocando que aunque lo que plantea es mucho más probable que la opción que tiene esa otra persona actualmente, eso no significa que necesariamente se traduzca en mejores resultados.
O también existe la posibilidad que no tenga la convicción para aguantar el tiempo suficiente en ello hasta que frague. En estos casos aunque existe la tentación de culpar a la otra persona, no debemos olvidar que le estamos haciendo recomendaciones para ella, no para nosotros y es difícil saber que presuponer y que no.
En cierta forma recomendar a la otra persona que se mire ella misma las distintas opciones e intente entender ventajas e inconvenientes que le suponen, no deja se ser una forma de escabullir el bulto pero una actuación de lo más razonable cuando uno entiende los posibles efectos de la dispersión.
Buscar las cosquillas, dentro del respeto, a otros sobre sus decisiones de inversión no es una mera formalidad que queda bien. Es una forma de advertirles como funciona realmente en lo que se han metido y como la dispersión presente en el mercado, les puede terminar buscando dichas cosquillas en un grado significativamente mayor, de forma mucho menos distentida tocándoles lo que realmente duele, su dinero.