Partiendo de la base de que aprecio mucho al compañero @Waits y la calidad de sus aportaciones, que de todo lo que se haya dicho en este hilo se quede con el que le da la razón dice muy poco de su capacidad crítica, si me permite el atrevimiento.
Yo, que de econometría y de administración de empresas ando justito, pero que de sentido común ando un poco mejor, voy a ver si soy capaz de transmitirle lo que le he repetido con anterioridad, y para lo que siempre me ha salido por la tangente, con un ejemplo mucho más mundano.
Esta es la historia de Juan, Pedro y Andrés. Son 3 hermanos que acaban de heredar de sus padres un buen puñado de hectáreas de olivos (no puedo evitarlo, la tierra me tira). Ninguno de los 3 acabó la ESO pero los 3 entienden de campo.
Los 3 reciben la misma extensión de terreno, con el mismo número de olivos, de la misma variedad y de la misma edad. A esto los finolis le dicen ceteris paribus.
Juan está casado con una farmacéutica que gana sus buenas perras en la farmacia, y como no necesita el dinero de las aceitunas que cosecha cada año para comer, cada año invierte el dinero obtenido en comprar más tierra y poner más olivos. Juan no entiende de diversificar, pero en su cabeza está clarinete que “contrimás olivos tengas, más aceitunas recoges”. Además me permito la licencia de añadir que la compra de esta nueva tierra cada año le evita pagar impuestos por las ganancias obtenidas. Es mi historia y la cuento como quiero, ea.
Pedro está soltero, sin hijos y no tiene grandes vicios. A veces se para en el bar a tomarse un medio de vino, pero gasta poco. Es lonchafinista sin saberlo. Pedro solo necesita para comer el 50% del dinero que gana con la cosecha. El otro 50% lo reinvierte en comprar más tierra y poner más olivos, como su hermano el que pegó el braguetazo con la farmacéutica y vive a cuerpo rey.
Y Andrés está casado y tiene 3 churrumbeles como 3 soles, que comen como limas porque están en edad de crecimiento, y raro es el año que le sobra un duro de la cosecha para poder comprar más tierra.
Volvemos al pueblo 20 años más tarde. ¿Cual de los 3 hermanos producirá al año más kilos de aceitunas?
-
Fíjese que no he preguntado por quien tendría la finca más valiosa, aunque sea obvio. La pregunta es quién de los 3, 20 años después, gana más perras. Cuartos. Jurdeles. Parné. Viruta.
-
La respuesta a esta pregunta es independiente de si durante los 20 años de proceso ha habido sequías, lluvias, plagas o incendios. Y es independiente porque solo estamos teniendo en cuenta la asignación de capital de 3 empresas, no las características peculiares de cada una.
-
Para producir más aceitunas hacen falta más tierra y más olivos. En mi cuento, por simplificar, no existen los abonos ni los olivares superintensivos en seto.
Para crecer hay que invertir capital. Anda leche, ¡pero si los abonos también valen dinero! Es que a veces tengo la sensación de que algunos creen que las empresas crecen solo porque les da el sol.
Dicho esto, no todas las empresas “de dividendos” son tan malas como Timonónica ni todas las empresas “de crecimiento” son tan buenas como Amazon.
- Si la idea es cobrar los dividendos para volverlos a invertir en la misma empresa, es como el abuelito que todos los meses va al banco a cobrar su pensión, solicita un reintegro, coge los billetes, los cuenta y le dice al cajero que se lo vuelva a ingresar en su cuenta. Pero ojo, pagando por ello.
Solo espero que no me diga algo del estilo “pero es que puede que Andrés cultive los olivos mejor que Juan”
Yo practico el Sancho Panza Investing, y espero que me funcione.
EDITO: después de un mensaje muy interesante de @Underhill para aclarar que en mi cuento la tierra para comprar es infinita y siempre está al mismo precio. Por simplificar.