El Arrendajo, familia de los Garrulos
ARRENDAJO, EL PÁJARO QUE PLANTABA ÁRBOLES
EL MEJOR AMIGO DEL ROBLE
Ehrenfried Pfeiffer afirma que el arrendajo es capaz de sembrar y repoblar con mayor eficacia que cualquier ser humano y recoge en este sentido los estudios del profesor Auguste Bier:
“Las bellotas y los hayucos caen siempre al pie del árbol que los ha creado. Pero el roble crece mal bajo el roble, como el haya bajo el haya. Si el silvicultor desea reproducir la especie debe trasladar las semillas y vigilar su exposición a la luz.
En la naturaleza virgen estos árboles no tendrían más que un área de expansión muy limitada si no existiera un pájaro lo suficientemente hábil para intervenir y cuidar su propagación de un modo asombroso. Esta ave es el arrendajo.
Transporta bellotas y hayucos en su pico y en el buche, los hunde en el suelo, y a menudo incluso bajo la cobertura vegetal, preferentemente bajo el tapiz de agujas de los pinos- haciendo el trabajo mejor que el silvicultor.
Repuebla toda la superficie del terreno con gran regularidad, y nunca pone demasiadas bellotas a la vez; las planta siempre a igual distancia unas de otras, de lo que resulta una siembra de árboles ordenada y viable.
De vez en cuando siembra en líneas que guardan la misma distancia entre las plantas. Su tarea favorita es enterrar las semillas a la sombra de los viejos pinos, lo que ofrece dos ventajas. La primera es que los jóvenes robles y hayas crecen mejor bajo la ligera sombra de éstos, y además esto constituye una perfecta rotación a largo plazo.
Conocemos sus buenos efectos en la agricultura. Toda una multiplicación bien equilibrada cubre así amplios espacios de un extremo a otro del bosque y ningún arrendajo invade jamás el territorio de su vecino. Aquí también los pájaros siguen un plan perfectamente establecido.
Me asombro siempre de que los jabalíes no toquen nunca las bellotas plantadas por el arrendajo mientras desentierran hasta la última de mis siembras, a menos que la rodee de una alambrada. Por qué y cómo sucede eso es un secreto del arrendajo.
El arrendajo es el creador de nuestros bosques. Allí donde no existen podría crearlos si el hombre le dejara hacer y no dificultara su trabajo o lo destruyera una vez concluido. El arrendajo tiene para el paisaje y para la conservación de los bosques una importancia enorme; bastaría poner a su disposición las semillas necesarias dejándolas allá donde caigan o diseminando nuevas…
…Naturalmente, el pájaro entierra semillas para su consumo; esto es un ejemplo evidente de los servicios recíprocos que se prestan la planta y el animal. La primera es protegida por el pájaro al que alimenta con sus frutos, al menos durante gran parte el año. El arrendajo de los bosques caducifolios no busca solo las semillas del roble y el haya, pues planta también avellanas, nueces, castañas.…
Cuando Se trata de conseguir una reforestación metódica nada puede compararse a la labor del arrendajo, del que incluso podría decir que sobrepasa al silvicultor. En este aspecto aún no se ha comprendido la magnitud ni el sentido de su intervención, que parece única en la naturaleza a pesar de ser tan interesante desde el punto de vista teórico como práctico y que cada cual puede verificar con sus propios ojos”.
La exactitud del texto anterior, publicado en la obra “El semblante de la Tierra” en 1942, se ha podido ir constatando a lo largo del tiempo. En 1994, un artículo titulado “El arrendajo, el mejor repoblador de Europa”[2], firmado por los investigadores Alexis Ducousso y Rémy Petit, resumía los principales trabajos científicos sobre la función de los arrendajos como repobladores de bosques.
En efecto, gracias a estos pájaros, en 6000 años los robles han recolonizado Europa desde España, Italia y Turquía donde se habían refugiado durante las glaciaciones, hasta Escandinavia. Los estudios palinológicos demuestran que hace 13000 años, Quercus robur y Quercus petraea se encontraban acantonados en las regiones del sur de clima más benigno y hace 7000 años, ya se habían extendido prácticamente hasta su área de distribución actual. Esto supone unas velocidades de desplazamiento del bosque de unos 500 metros por año.
Los córvidos y de forma muy particular los arrendajos, son en gran parte responsables de esta repoblación eficaz que llevan a cabo sembrando sistemáticamente las bellotas en las mejores condiciones posibles para su germinación. Coinciden exactamente en este caso los intereses de los árboles, que encuentran un perfecto diseminador y los del pájaro que entierra las semillas para almacenarlas y no llega a consumir una gran parte de ellas que se convertirán en futuros bosques, que a su vez alimentarán y albergarán futuras generaciones de arrendajos.
Pero veamos algunas de las conclusiones más relevantes de estos trabajos: el arrendajo es una especie forestal, cuyas poblaciones ocupan territorios en una densidad de unas 5 ha. por pareja. Las bellotas son su fuente de alimento más importante sobre todo en otoño que es además la época de almacenaje. Gracias a la costumbre de enterrarlas, el arrendajo dispone de este recurso durante todo el año, aunque una vez germinadas, tan solo se alimentará de los cotiledones.
De cualquier forma escogerán cuidadosamente las bellotas más maduras y sanas, con un peso superior a 2’5 grs., apartando las que puedan estar parasitadas e incluso las que tienen el pericarpio (la cáscara de la bellota) mejor conservado y por tanto son más resistentes a los ataques fúngicos.
Seleccionan así las más ricas en reservas nutritivas y por tanto más aptas para germinar y las transportan en viajes en los que pueden llevar entre 4 a 7 bellotas alojadas en el esófago mas una, generalmente la más gruesa, en el pico. Si hay poca fructificación, buscarán los árboles que estén dando bellota en un radio de unos 10 k. a la redonda y harán el almacenamiento en las inmediaciones de la zona de nidificación.
A lo largo del año irá recurriendo a su extenso almacén conforme a sus necesidades y su prodigiosa memoria le permite encontrar con frecuencia a la primera tentativa las bellotas. Ni siquiera un manto de nieve le impedirá localizarlas.
. El arrendajo escogerá sobre todo las sembradas por él, pero también otras plántulas del año que puedan proporcionarle este recurso.
Las bellotas que no son enterradas, quedan más expuestas a la intensa depredación de parte de roedores, corzos, ciervos, etc. y sufren los rigores de la sequía y el frío, mientras la “siembra” de los arrendajos las deja en las condiciones idóneas.
Estas plántulas anuales sembradas por el arrendajo se reconocen fácilmente por la marca del pico en forma de V que quedan en el pericarpio, se constata así que pese al consumo que hace el pájaro, más de la mitad de las bellotas enterradas germinarán formando una plántula capaz de sobrevivir.
Pero por si fuera poca su contribución a la expansión de los robledales, los arrendajos tienen también una importante función en la depredación de orugas que atacan con frecuencia las flores femeninas o devoran las plántulas jóvenes.