Creo que Burry o la extrapolación del formato en el que es entrevistado, igual se equivoca al sacar según que conclusiones, pero si pone el foco en dos cuestiones importantes de la indexación:
-los flujos de capital. El inversor ya indexado no genera distorsiones pero el que entra en productos indexados sí que las genera. El nivel de estas distorsiones posiblemente sea discutible, pero existir existen.
-como se van a gestionar posibles problemas de iliquidez cuando se presenten. No creo que sea un problema ni mucho menos exclusivo de la gestión pasiva, basta con recordar el posible caso de Woodford, pero la gestión indexada tampoco es inmune a ello. El ejemplo de 1987 igual serviría de advertencia sobre ello.
En mi opinión, uno de los mayores problemas de la gestión indexada, (también de la activa), es que determinados riesgos son inherentes a la propia naturaleza de la renta variable y pensarse que se ha encontrado una solución magistral para evitarlos puede traer consecuencias delicadas de gestionar, cuando aparecen situaciones que los muestran en toda su crudeza.
Por ejemplo pensar que un producto como un ETF nos puede dar liquidez siempre sobre un conjunto grande de acciones que en si mismas no tienen que ser líquidas siempre.
Otro ejemplo y es que el indexarse puede evitar los riesgos que tiene el análisis fundamental de empresas concretas. Más allá de la diversificación que puede ofrecer, el riesgo que tiene el análisis fundamental de empresas es el propio riesgo inherente a la renta variable, la parte de incertidumbre asociada a la evolución de las propias empresas. Dado que la cantidad de ejemplos de buenos gestores que se han equivocado “valorando” empresas es enorme, me permitirán que no ponga ningún ejemplo pero que sí les ponga algún otro en el sentido contrario. Vamos cuando los errores inherentes a la situación fundamental de las empresas termina pasando factura al índice de turno por mucho que no haga análisis fundamental. El Eurostoxx 50 en 2007 iba bien cargado de bancos y ya pueden ver cual ha sido su comportamiento los últimos 10-15 años, incluyendo reinversión de dividendos.
Analizar riesgos no es fácil y asignarles mayor o menor importancia tampoco. Hay riesgos que igual son más fáciles de evitar y otros que en cambio no se pueden y como mucho lo que se termina haciendo es cambiándolos por otros. Elegir que riesgos se asumen no deja de ser una decisión con una componente personal importante, siempre con el añadido que casi seguro los hay que uno está infravalorando.
La historia en este sentido del propio Burry es de lo más curiosa. En el libro de La gran apuesta está bastante bien explicado, con las limitaciones de este tipo de historias “a posteriori”. Como una “inversión” de lo más lógica, en teoría, sobre que ciertos préstamos no se podrían pagar, se le convirtió en algo bastante más complejo de gestionar.