Reflexión no solicitada:
Quienes más deberían preocuparse por las burbujas son los inversores que entran en el mercado impulsados por el miedo a perderse las rentabilidades aparentemente fáciles y rápidas que caracterizan las últimas fases de una burbuja. Paradójicamente, los inversores que se verán potencialmente más afectados por una burbuja son, precisamente, los menos preocupados por la existencia de una burbuja.
El inversor a largo plazo, en cambio, suele mantener su posición durante todo el ciclo: la formación de la burbuja, su estallido y la posterior recuperación. Sufre la caída, pero también se beneficia del incremento de las valoraciones previo al estallido. Digamos que “surfea” la burbuja.
Es muy común ver posts en los que la recuperación de una burbuja se mide de pico a pico, pero creo que también hay que analizar el caso de los inversores que comenzaron a invertir unos años antes del estallido de la burbuja. Ahí es donde se encuentran la mayoría de inversores a largo plazo.
El inversor que comenzó a invertir 5 o 10 años antes del crack de 1929 ya estaba recuperado en 1933 sin tener en consideración los dividendos. Gráfica del Dow Jones Industrial Average en dólares y sin dividendos:
El inversor que comenzó a invertir 5 años antes del estallido de dos grandes burbujas, la de las puntocom y la inmobiliaria, no sufrió pérdidas nominales. Gráfica del MSCI World en dólares y sin dividendos desde 31 de enero de 1995:
Y si hubiera comenzado a invertir 3 años antes, la pérdidas nominales serían mínimas:
Personalmente, lo que más me inquieta no es tanto el pánico en los mercados, sino las repercusiones que este puede tener sobre el empleo. No siempre van de la mano.