Mi coche es un Volvo V50, del 2003, se acerca a los 280.000 Km. Y el mecánico me ha dicho que tengo coche para rato, otros 30.000 con suerte y dado que realizo unos 3.000 Km. al año, el resto en moto, antes cerrará los munícipes el pueblo donde vivo a los coches de este estilo a que me desprenda de él. Luego, ya veremos.
De Volvo tiene la carrocería, los interiores y algún gadget adicional de seguridad, eso es sueco. El resto, chasis, motor y sistemas de funcionamiento es Ford, la propietaria de la marca cuando lo compré yo, lo que se ha comentado aquí, asunto de costes, en realidad es un Escort Familiar.
En materia de coches y motos hay mucho postureo y utilizo una frase a la que tengo manía y, no obstante, utilizo cada vez con mayor asiduidad: es lo que hay. Lo entiendo, monto en moto y, de vez en cuando, no lo voy a negar a tan inteligente auditorio, realizo algo de postureo, poco, hay que quitarse el casco y ahí asoma la tragedia, solo me miran las mujeres de más de ochenta años y tengo la sensación que no miran así a sus nietos, ya creciditos. Estoy acabado, mi rudeza permite asumirlo.
Tengo bien claro y desde hace muchos, pero muchos años, que ya puede Ud. llevar el más precioso Maserati, buen coche y le felicito, pero si lo que hay que determinar es su nivel económico, o me enseña su balance y patrimonio auditado o no es posible emitir una opinión. Hoy, para que uno se dé la vuelta, o te dejas más de 200.000 € o ni te miran. Mucho dinero para ser un coche.
La moto es otro asunto, como le de a la lengua desvirtúo el hilo y me llaman la atención. Puede haber postureo, innegable, pero salvo que necesites una para el trabajo, tráfico congestionado, callejuelas, etc., comprarse una moto simplemente por afición y diversión, es una decisión tan irracional que solo puede adoptarse cuando actúas movido por el corazón, sé que la frase ha quedado profunda. Todo lo que hagamos a continuación solo intentará paliar mínimamente, en el mejor de los casos, el elevado riesgo que supera al de los coches por mucho.
Pensarán que lo anterior es muy triste, pues no, estoy preparando otro viaje a los Alpes, esta vez italianos y austriacos, ojalá los dioses me sigan bendiciendo con sus parabienes, solo de pensarlo se acelera el corazón, los que tenemos estos cacharros somos así, es lo que hay.