Mucho se ha escrito en las ultimas semanas sobre el golpeado sector del automóvil. Podría decirse que hemos pasado de momentos en los que muchos de los gestores patrios lo amaban, comprando OE´s y Tier1 etc… a teóricos precios de derribo, a leer a algunos gestores (incluso a algunos buenos amigos),describiéndolo en las últimas semanas como "trampas de valor".
Yo no se si serán o no trampas de valor, pues seguramente hay empresas dentro del sector que lo sean, pero personalmente creo que en un sector como este, meter a todos en el mismo saco, me pone los pelos como escarpias.
No se si los gestores estarán o no en lo cierto, pero como esto va de pensar, y yo tengo mi opinión propia, errado o no, ahí van mis cincuenta céntimos automotrices.
En primer lugar, quisiera decir, que si uno lee los informes de las grandes consultoras (yo también los leo), pues realmente ves, que su descripción es la que comentan los gestores, y es bastante lógico, pues entiendo que la única forma de acercarse al sector, es básicamente leer esos informes (no me los imagino visitando las fábricas y conociendo el detalle cada sector, pues sería del todo imposible), pero esto provoca un fenómeno curioso para mi, que yo llamaría el de los “cardúmenes opinantes”, que son grupos de inversores, que se retroalimentan y que siguen una determinada línea de pensamiento repetida básicamente en los informes, que en muchos casos (para mi) , poco o nada tiene que ver con la realidad.
Siempre he sido un firme defensor, de que lo mejor que puede hacer una persona, es manejar pocos “palos”, de modo que se haga bastante eficiente en los mismos, por ello me desconcierta profundamente, cuando oigo algunas afirmaciones con gran solemnidad, pero bueno, eso ya es deformación profesional, y como soy una persona bastante limitada, créanme que mucho más de lo que pueda aparentar, pues es fácil que el equivocado sea el que escribe.
Hace unos meses, cuando me preguntaban sobre que comprar, recomendaba prudencia, pues los volúmenes estaban bajando. Yo creo que estaba claro que algo se estaba cociendo en auto, y que si bien, no era mal momento para iniciar posiciones para aquellos que compran con mentalidad de empresarios (mentalidad de verdad, no aparente), era bastante probable que meses después la situación se agravara. Digamos, que uno juega con ventaja, porque sabes (o intuyes) a través de los medios de producción que compran los Tier1, por donde nos va a lucir el pelo unos meses más adelante.
Por resumir la introducción. Si uno compra con mentalidad de empresario y ha vendido en las últimas semanas, algo falla, y para ti, en efecto has comprado una trampa de valor. Una trampa que te has hecho a ti mismo, vendiendo barato y (quizá) volviendo a comprar caro, cuando las nubes desaparezcan.
Me parece bastante correcto que uno no quiera comprar auto, porque piense que es un sector terriblemente cíclico, porque los márgenes son enanos y al menor viento de cara se ponen rojos, o porque le tenga manía a Henry Ford y a la revolución industrial. Lo que me parece absurdo es vender compañías buenas, “esperando a que escampe”, “por prudencia”. Esto es muy lícito para hacer market timing, pero si uno se considera inversor-empresario y conoce bien las compañías, los momentos de compra son (o se acercan), ahora.
Primera parte. ¿Qué demonios está pasando en el sector?
Hay una grandísima cantidad de opiniones, informaciones, desinformaciones etc… pero realmente, nadie sabe lo que está sucediendo, y todos especulamos. Algunos por intentar arañar rentabilidad a compras/ventas, y otros porque tenemos “piel en juego”, y básicamente comemos de esa máquina maravillosamente querida y odiada, llamada automóvil.
Durante los últimos años, el crecimiento en auto ha sido realmente fuerte. Era bastante común, desarrollar un proyecto para una plataforma determinada, y que se duplicasen los medios de producción semanas después del lanzamiento, para poder cubrir la demanda. Está claro que la alegría va por barrios, y si el modelo en cuestión no entraba por el ojo del consumidor, pues poco había que hacer, pero si el modelo se vendía con alegría, estábamos ante una situación habitual.
Se habla mucho del coche eléctrico, del coche autónomo, de China, de la posible recesión, del cambio en los hábitos de los millenials, y un sinfín de factores, que probablemente desemboque en un “entre todos la mataron, y ella sola se murió”, pero que tienen un impacto muy diferente, y muchos de ellos, son sólo, ahora mismo, simple y llanamente….ruido.
Bajemos un poco el microscopio, para ver que se cocina por el mundo…
2018 ,España y Francia, fenomenal. Alemania, tarjeta amarilla.
En 2018 se pudo ver, que la rentabilidad de plantas españolas y francesas, fue bastante positiva, siendo lastrados en cómputo global, por unos resultados bastante flojos de nuestros colegas germanos, entre otros.
Del abatimiento por márgenes que viran al sur, se ha pasado a una profunda melancolía, que impregna las conversaciones con los grandes jefes bávaros, y en mi opinión, dos palabras son el cocktail que ha provocado el maremoto germano:
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Sobrecapacidad. Las plantas han aumentado fuertemente la capacidad fabril, basada fundamentalmente en una demanda que venía muy deprimida después de la crisis que comenzó en 2008-2009, y que en muchos países se revertió hace no demasiados años.
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China. Menor demanda de la estimada, Trump y sus juegos de manos, etc… que han impactado y siguen impactando.
¿Y fuera de Alemania?
Durante los últimos años (en mayor medida), la industria europea ha pasado de estar centrada en Europa, a abrirse fuertemente a nivel global. Plantas en EEUU, México, Asia, Marruecos, Turquia, alguas de ellas con una nivel técnico bajo, que ha hecho un infierno producir con calidad en esos países…
En resumidas cuentas, se ha quemado capex como si no hubiera un mañana, y se ha aumentado la capacidad manufacturera. Pero claro, abrir plantas está muy bien, pero en una industria con tanto conocimiento necesario, a muchas de ellas les cuesta arrancar y por tanto, la rentabilidad se reduce.
En otros casos, el aumento de los costes tras algunos años de bonanza, que se ve incluso en la movilidad de los profesionales, ha impactado también en cierto modo.
La elongación del muelle
Como comentábamos en el punto anterior, el sector que venía de ser fuertemente golpeado, comprimió durante años la demanda. Solo hay que ver , para cualquiera que tenga interés, lo rápido que han avanzado durante los últimos años las letras de las matrículas de los coches, comparados con lo lento que avanzaron los años de crisis. Ya saben, en detalles sencillos se resume bastante información.
¿Si me compro un coche diesel, no podré venderlo y tampoco entrar en el centro de mi ciudad?
No se si a ustedes les ha pasado, pero tras los desafortunados ,anuncios políticos de la guerra a los motores de combustión, mucha gente está desconcertada y no sabe que vehículo comprar.
- Si uno se compra un motor de combustión ¿podrá venderlo dentro de diez años? ¿estarán prohibidos? ¿podré entrar en los centros de las ciudades (que poca gente entra, pero vaya)?
- Si uno compra un coche eléctrico. ¿Va a poder recargarlo cuando se vaya a visitar a sus tios al pueblo? ¿Tengo suficiente dinero para comprar ese coche, sabiendo que probablemente me hará falta otro de combustión? ¿Los coches eléctricos que hay ahora en el mercado son fiables 100% o están todavía en un estado “de lanzamiento”?
Estas y otras dudas hacen que , de nuevo, la demanda se vuelva a comprimir y muchos compradores, quieran esperar que de nuevo, se vayan las nubes para volver a comprar.
Las multas a los fabricantes
Para acabar de añadir incertidumbre, los constructores están o han provisionado unos cuantos miles para cuando reciban las multas que saben que les van a poner.
¿Y los cochecitos autónomos?
Pues en mi opinión, lo del coche autónomo y tal, es puramente ruido. Básicamente porque la mayor parte de sistemas está en pañales, y todavía no se ha acometido una regulación seria para los mismos. Hoy en día, gracias a Dios, se han mejorado mucho los sistemas de asistencia a la conducción, que podríamos calificar como “semi-autónomos”, pero por mucho que haya fervores defensores del autopilot de Tesla y demás, no me verán a mi y a mis descendientes circular con eso por las carreteras hasta que no esté bien testado. No tengo ningún interés en visitar a San Pedro antes de tiempo, así que los primeros fiambres, que los ponga otro.
Los cambios en los millenials, que ya no quieren coches.
Venimos de una época en la que en todas las familias llegaron a tener casi un coche por cada persona, lo cual no es lo más eficiente ni lo más ecológico, pero tampoco creo que vayamos a pasar todos a no tener coches directamente.
En mi opinión, un sector totalmente dependiente de los volúmenes, adaptará los precios a la demanda. La producción Lean, con menores lotes, y cambios rápidos tipo SMED, harán que de nuevo, la industria se adapte de nuevo a menores volúmenes.
Por si no lo saben, una bonita costumbre del auto es firmar contratos que disminuyen el precio cada año un 2%-3%, que el proveedor debe paliar automatizando y mejorando los procesos de fabricación.
Si hay un sector acostumbrado al cambio inminente y a vivir en crisis perpetuas, sin duda es este.
Dicho todo esto…¿Cuál es mi predicción?
Mi predicción es que la “demanda embalsada” antes o después volverá a fluir. ¿Cuándo?..pues no tengo ni idea. En mis predicciones internas he calculado que probablemente para 2020 las cosas se verán distintas, pero a día de hoy, mi visibilidad es bastante baja, así que lo que diga tiene la misma fiabilidad que una escopeta de feria.
La vida de las plataformas suele ser de unos cuatro años, y a los dos se suelen introducir re-stylings, así que la posible “sobrecapacidad” se irá autoregulando con los nuevos modelos que reducirán algo (no mucho, porque los fabricantes saben que la demanda volverá), y como todo ecosistema que se precie, volverá al equilibrio.
Respecto a la electrificación, creo que los híbridos enchufables, sean los ganadores de los siguientes años, por combinar lo mejor de dos mundos.
Y esto es más o menos lo que yo pienso. Si a ustedes les gusta el auto, ahora es cuando deben empezar a mirar bien con cariño. Sin prisas, y sabiendo bien, que lo importante es buscar compañías excelentes, de calidad. O también pueden vender ahora cuando todo el mundo está pesimista, y volver a comprar cuando todo suba, pues todo el mundo sabe que comprar caro y vender barato es lo que todo buen inversor en valor debe hacer…¿o era al revés?.