No sé si tienen esa misma sensación que tengo yo, de que si bien antes, hace unos años (tampoco demasiados, que yo lo he vivido), cuando los fondos más conocidos por estos lares lo hacían muy bien, la narrativa era que tenía sentido que lo hiciesen mejor que los índices, y se cargaron bien las alforjas de ellos, en detrimento de los indexados (me incluyo), y ahora que los índices, los índices top, han humillado a los gestores value, la narrativa es que tiene sentido que los gestores no batan a los indexados a largo plazo, y hay muchos inversores que han tenido la epifanía y traspasado sus fondos de gestión activa a gestión pasiva, sino todo buena parte de los mismos, y se han erigido en adalides de la verdad indexada (y no hay quien les tosa).
A mi en cambio ahora me cuesta comprar un S&P500 o un MSCI World. Debe ser un sesgo de no poder comprar lo que ha subido mucho. Lo que sí se han ganado es mi respeto, un “me lo apunto para la próxima”, para la próxima que bajen más de la cuenta o que se tiren años sin hacer nada. Pero es eso, me da la sensación de que si en tres o cuatro años, por decir algo, los índices top han obtenido un resultado mediocre, o muy inferior al de los fondos de gestión activa, muchos volverán a tener otra epifanía y harán rebosar sus alforjas de estos (y en ese momento, cuando algunos compremos el MSCI World, pareceremos los raros, y no se podrá decir nada a favor de los mismos).
Porque claro, medir el largo plazo también se ve influenciado por los resultados a corto y medio plazo. Si te marcas tres años de quinces o veintes por cientos la media a largo plazo quedará mucho mejor, sobre todo si ese largo plazo no lo es tanto, mientras que al revés, si haces dos o tres años regulares hundes la estadística a cinco o diez años. Que igual siguen los índices humilladores humillando al personal value muchos años más, pero a mi me cuesta verlo.
Que tengan un feliz día amigos.