Siempre suele ser delicado pronosticar y también es delicado extrapolar.
A veces ciertas políticas funcionan hasta que dejan de funcionar. O a la inversa, hay cosas que parecen no funcionar hasta que lo empiezan a hacer.
Por ejemplo en los felices años 20 con una rentabilidad brutal, los gobiernos fueron republicanos. Sin embargo ya sabemos lo que terminó pasando en 1929 y como la receta de aislacionismo más dejar que el mercado se recuperara solo, que tan bien había funcionado esos años, se giró de forma dramática.
Vamos que yo recomiendo ser positivo, no obstante veo siempre un punto delicado de equilibrio entre ser optimista y no terminar siendo temerario. No lo digo por Trump. Lo digo porque las rentabilidades de los últimos 15 años están muy por encima de las históricas.
El problema para algunos no es tanto que la rentabilidad histórica de los próximos 15 años sea del 2% o del 7%, igual su problema es que esperan que las condiciones de mercado sigan siendo las de los últimos 15 años.
Los que conocemos bien a @MAA sabemos que combina especialmente bien prudencia y optimismo. Lo cual incluye gran capacidad para tolerar episodios complicados. Sin embargo me temo que algunos que creen que los están combinando bien, en realidad quizás el optimismo les termina nublando la prudencia.
El optimismo es una cualidad importante en los mercados. Es la única manera razonable de que a uno le caiga como una losa encima cuando el mercado se complica lo suficiente. Pero en realidad no debería ser una cualidad opuesta a la prudencia sino complementaria.
Una buena forma de detectar quien defiende sus intereses delante de los nuestros, cuando nos incita al optimismo pero sin una dosis de la necesaria prudencia.
Lo más probable es que Trump esté sólo unos 4 años más, con lo cual, para un inversor en renta variable, es casi corto plazo. Lo importante no es saber si Trump la va a liar algo más o algo menos. Más bien que el único escenario muy dañino en temas de su persona es que la líe gordísima, lo cual es dificilísimo de pronosticar y de baja probabilidad.
No obstante hay problemas que si serán importantes a medio/largo plazo, tiene un análisis que va mucho más allá de la figura de Trump. Al final, ni que nos guste personalizar en alguien concreto, los problemas no suelen ser la persona concreta, sino las circunstancias que existen más allá de la persona concreta.
Llevo muchos años viendo como suele ser una estrategia habitual en muchos ámbitos culpar a personas concretas, que pueden tener una dosis importante de responsabilidad, pero que en realidad, los problemas suelen tener una dinámica mucho más profunda cuando son importantes.