La taberna de los Value Investors. General

Lógicamente la empresa tratará de repercutirlas en el precio del producto o servicio, que necesariamente será más caro si la empresa tiene esa capacidad de repercutirlo al mercado (no siempre es así) y por tanto afectará a su demanda ya que habrá consumidores que no podrán o no estarán dispuestos a pagar ese precio, afectando de esta forma a la actividad económica.

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Saludos cordiales

Según la Wikipedia,

En 1942, se implanta el Seguro Obligatorio de Enfermedad y en 1945, en el Fuero de los Españoles se da ya un cuadro bastante completo de seguros sociales. En el artículo 28 se dice: «El Estado español garantiza a los trabajadores la seguridad del amparo en el infortunio y les reconoce el derecho a la asistencia en los casos de vejez, muerte, enfermedad, maternidad, accidentes del trabajo, invalidez, paro forzoso y demás riesgos que pueden ser objeto de seguro social».

En 1963 aparece la Ley de Bases de la Seguridad Social cuyo objetivo principal era la implantación de un modelo unitario e integrado de protección social con una base financiera de reparto, gestión pública y participación del Estado en la financiación. A pesar de esta definición de principios, muchos de los cuales se plasmaron en la Ley General de la Seguridad Social de 1966, con vigencia de 1 de enero de 1967, lo cierto es que aún pervivían antiguos sistemas de cotización alejados de los salarios reales de trabajadores, ausencia de revalorizaciones periódicas y la tendencia a la unidad no se plasmó al pervivir multitud de organismos superpuestos.

La Ley de Financiación y Perfeccionamiento de la Acción Protectora de 1972 intentó corregir los problemas financieros existentes al incrementar la acción protectora, con los correspondientes recursos que le dieron cobertura financiera.

Esto se debió a que el gobierno del Gral. Fco. Franco era consciente del desastre que ocurría si se dejaba a cada uno que fuera el responsable de tomar sus previsiones, más en un periodo en que España no era un país rico

Un sistema digno de previsión es caro y como Vd. dice, la empresa es quien lo paga y solo puede repercutirlo en sus clientes.

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Me parece que Bismarck se dio cuenta antes que Franco. Y el tema no era tanto el desastre que ocurriría si cada uno tomaba sus previsiones, pues venía siendo así desde siempre, sino el hecho de hacer a la población cada vez más dependiente y sumisa al Estado.

Con el bien común y el beneficio del que manda sucede lo mismo que cuando al perro le das una pastilla envuelta en una loncha de chopped.

Le podemos dar todas las vueltas que queramos, y adornarlo con frases grandilocuentes y parrafadas enormes, pero al final la esencia del asunto no es otra que la de parasitar al pueblo. Y así lleva siendo toda la vida y será hasta que venga el meteorito.

Hoy me he levantado anarcocapitalista😂

Luego hay que ser pragmático y el sistema que tenemos posiblemente sea el menos malo. Pero me gusta llamar a las cosas por su nombre.

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Pues créame, lo pongo en duda.

Eso sí, no le descubro nada si para seguirle, además de los pinganillos en las orejas, tendré en la mano derecha el diccionario de la RAE, en la izquierda el Moliner y en el centro, ya veremos como opero con él, el diccionario de sinónimos y antónimos de la Espasa Calpe.

Verificaré el contenido de su intervención, también tengo el diccionario de filosofía de Ferrater, cinco tomos, añada el de economía de Tamames, ocho tomos y el diccionario de ciencias morales y políticas de la Real Academia del ídem. Puede observar que estoy preparado para cualquier evento.

Además, si se aviene a ello, no voy a presionarle, solo quiero que lo sepa como un “bonus”, he preparado un breve mail con el siguiente texto: “Lo de Grossbaum sí que es nivel y no lo suyo” que remitiré a Helm, ya no sé qué hacer para que se decida a realizar el curso, más que nada para amortizar lo que me ha costado el tratado de contabilidad de Amat, cuatro tomos, el de KPMG, tres tomos y la Texas científica TI-NSPIRE CX II, una pasta, oiga, una pasta. Seguiré perdiendo dinero, pero al menos será con fundamento. A su criterio, Grossbaum.

Saludos.

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Saludos, @iguerrero.

Pero en Prusia.

Y tanto.

Ahí estamos. Pero hay que pagarlo, solo digo eso y que si sale del bolsillo del empresario antes tendrá que haber salido del bolsillo del cliente.

Llamarlas de la forma que más adecuada le parece.

No sé si este era el objetivo principal. ¿Cree que la intención del gobierno del Gral. Franco no era reducir la pobreza, sino someter al pueblo sibilinamente?

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La de Franco y la de cualquier otro dirigente que busque perpetuarse en el poder (¿no lo buscan acaso todos?). La reducción de la pobreza solo entra en la ecuación si secundariamente beneficia al de arriba, pero lo de buscar el bien común como objetivo fundamental no termino de verlo.

Aquí el único que antepone el bien del otro al suyo propio es un padre con un hijo, y no siempre.

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¿Cómo puede decir eso de los políticos?

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hay un matiz importante que es que siempre y cuando el mercado (o la empresa) sea viable; si no lo es, se lo comen accionistas y acreedores, y el precio subirá de golpe porque el mercado no estaba preparado para absorber esos costes; es una lástima, pero no existe la gallina de los huevos de oro

No, lo que pasa es que no se pueden hacer comparaciones exactas, hay otros factores que influyen. Pero la lógica es sólo una.

No, no estoy de acuerdo esto es como aquel borracho que buscaba las luces debajo de la farola porque “es que en otro sitio no se ve”

O también puede ser que sea lo que llama Vd. “el contexto” lo que combata la pobreza y la desigualdad, a pesar de las subidas del salario mínimo.

No se qué decirle, lo de aprovechar los sesgos no es algo que hacen únicamente las empresas, lo hace todo bicho viviente. Pero de ahí ya cada cual con sus preferencias, su racionalidad y, claro sus sesgos. Que yo he visto a Monedero comiendo en un restaurante gourmet, oiga

Efectivamente la economía es algo dinámico y que afortunadamente siempre sigue moviéndose.

Es posible que estrictamente esto sea como dice. Ahí está toda la teoría sobre “bounded rationality” y demás, la tragedia de los comunes, etc. Pero claro el que algo no sea blanco no quiere decir que sea rojo, digo negro, digo el color que le guste a cada uno. Es un falso maniqueísmo. Lo cierto es que con los incentivos correctos se pueden alinear los intereses particulares con los globales, pero no a costa de “envilecer” a los primeros. ¿O es que el que quiere que todo vaya a mejor para todos no lo hace porque son esas sus preferencias?

Aquí no estoy de acuerdo, creo que esta es una opinión más política frente al resto de su razonamiento. Seguro que hacen cosas de estas pero también han creado mucha riqueza.

Esto es así, pero no se puede decir esto para luego pasar a decir…

O soplar o sorber pero no las dos cosas al mismo tiempo.

No, esto es un poco hacer trampas. Lo que sí sabemos es que con menores costes es difícil que los márgenes empeoren o que disminuya la competencia. En el peor de los casos nos quedaremos igual. Otra cosa es que políticamente Vd. prefiera que haya una redistribución hacia otros fines. Pero en el mejor de los casos un interesado también podría decir que la parte que es capaz de retener la empresa iría a premiar a los que crearon el valor e incentivaría competencia, proyectos similares, etc.

A la lista que pone sobre las economías europeas le podría añadir que le falta contexto, igual que en el tema del salario mínimo.

Por favor, no confundamos la contabilidad analítica que manejan las empresas internamente con la realidad. Que también hay mucha gente que en las empresas grandes vive de estas cosas.

Esto se corresponde totalmente con mi intuición también. La cuestión es que si el mercado está en equilibrio entre oferta y demanda, es decir si hemos llegado al margen que anula mayor competencia, el bajar los costes de momento irá a la butxaka (igual que cuando el Estado imprime dinero para gastarlo él, los beneficiados son los que más cerca están de la teta)

Yo diría que más bien conspiranoico, que anarcocapitalista. Que no hay que pensar que los políticos no quieren hacer cosas buenas por sistema.

me parece que ha ido Vd. muchas veces de chupitos con las secretarias y no sabe ya ni lo que dice

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Yo no he dicho que no quieran por sistema. No digo que los políticos sean unos seres malvados cuyo unico objetivo sea hacer el mal.

Digo que lo bueno o malo que le suceda al pueblo no son sino efectos secundarios derivados de la persecución de sus objetivos personales.

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No había leído nunca el término “greedflación”:

“ La confianza de los responsables políticos se ve reforzada por la reversión de un fenómeno denominado greedflación , que significa que a las empresas les resulta más difícil trasladar los costos salariales adicionales a sus clientes.

Un poco relacionado con lo que comenta Arturo.

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Es una buena pregunta. E intuyo que no vamos a estar de acuerdo. A mi juicio, y partiendo del principio de que por coste entiendo sobre quien se acaba materializando, ontológicamente ningún coste corre a cargo de la empresa; pues, no es precisamente esa la esencia de una empresa privada? Qué es el beneficio, que rige la lógica empresarial, sino el excedente monetario fruto de repercutir todos los costes de producción sobre el consumidor? Que en la propia praxis haya empresas que no logren ese objetivo no significa que en esencia esa no sea su finalidad. De la misma forma que, si se me permite la analogía, que haya préstamos bancarios que no se devuelvan, no significa que la esencia de un préstamo bancario, su razón de ser, sea el interés que produce ese préstamo. Su existencia está determinada por ese principio. Tanto que, de no cumplirlo, deja de existir en esa forma concreta. No sólo es así ontológicamente, sino que queda corroborado histórica y empíricamente. En agregado, la categoría de “empresa capitalista” ha permitido históricamente materializar ese principio del beneficio.

Cuando se crea una empresa, no se empieza a producir “en el vacío” para luego lanzar al mercado el producto a ver qué precio le asignan los consumidores. Sino que se hace todo un trabajo de planificación previo en el cual se hace un análisis de los costes de producción, un estudio del mercado, una proyección de precios (no en el vacío, sino en relación a los costes de producción, los bienes alternativos, el poder de compra, las curvas de demanda…) para decidir si merece o no la pena producir. Qué dicta si merece o no la pena empezar la producción? La tasa de ganancia: la rentabilidad del capital invertido, tanto en su valor absoluto, como en relación a las rentabilidades de otras opciones de inversión alternativas. Como bien comenta, ese trabajo de prospección es incierto. No garantiza que acabe materializándose (aunque en agregado lo haya hecho, y por eso seguimos produciendo bajo una lógica del beneficio). Hay empresas que tienen que soportar los costes de producción porque no logran encontrar la forma de repercutirlos sobre el consumidor. Si lo prefiere, estaría dispuesto a admitir semánticamente que la empresa adelanta los costes de producción, pero siempre con la intención de recuperarlos (más un margen) posteriormente en la venta. La idea de empresa capitalista implica necesariamente que todos sus costes de producción están incluídos en el valor de cambio.

Estoy de acuerdo. Por eso desde un principio he comentado que no se puede hacer cualquier cosa. Que lo que debería primar en política es la prudencia. Pero la prudencia implica también tener en consideración otras magnitudes más allá de las puramente econométricas. El dinamismo y el desempeño de un mercado no se refleja únicamente en las cuentas de resultados empresariales. Pero insisto, más allá del momento coyuntural, a mi juicio el problema estructural de la economía española no se resuelve en las cotizaciones sociales. En este sentido el mercado español no es ninguna anomalía dentro de la eurozona. Su estructura de costes laborales está en sintonía con la de gran parte de sus vecinos. Y, de hecho, si nos ceñimos al valor monetario de su fuerza de trabajo, resulta ser un país bastante competitivo dentro de la eurozona.

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Creo que hay que distinguir entre la intencionalidad de la medida y sus resultados reales cuando se aplican en distintos contextos. Entiendo que por “lógica” quiere decir que la intención política de aplicar un salario mínimo es siempre la de combatir la pobreza y la desigualdad, pero que las consecuencias económicas no siempre se alinean con las intenciones. Ese es precisamente mi punto. Que aislar el factor “salario mínimo” sin tener en consideración el contexto no permite predecir las consecuencias económicas, por ejemplo, sobre el mercado laboral. Si en un contexto determinado la única variable que se modifica es la del factor “salario medio” (dejando todas las otras variables inalteradas), el producto emergerá de la interrelación del factor “salario medio” con el resto de factores, no de una relación causal lineal “salario medio → resultado”. De eso se sigue que si en el nuevo contexto emergente, es otra la variable que se altera (dejando esta vez el nuevo valor del salario medio inalterado), surgirán nuevas relaciones entre factores que podrían llevar a un resultado diferente al primer caso, aunque el valor “salario medio” sea idéntico en ambos contextos. Es la clásica relación de retroalimentación bipolar entre factores que encontramos en todo tipo de sistemas complejos, como puede ser un organismo o en la propia economía. Por lo que no se puede concluir categóricamente que el salario mínimo sea beneficioso para una economía, pero tampoco perjudicial.

Efectivamente. Las empresas no hacen más que sacar provecho de aplicar un conocimiento científico que se tiene sobre la conducta humana. Otro tanto se podría decir sobre, por ejemplo, la política. Mi punto es que, mientras prácticamente todo el mundo ve y entiende que una parte fundamental de la estrategia política (sobretodo en un contexto democrático en el que el éxito político depende de convencer al mayor número de votantes cada 4 años) se vale de herramientas de manipulación conductual, pocos ven y entienden que no se diferencian demasiado de las estrategias empresariales. De hecho, hay un contínuo transvase de técnicas de manipulación entre ambas categorías. Uno podría perfectamente, y de hecho se hace, coger un libro de marketing empresarial y aplicarlo a una campaña electoral. Aún así hay personas que creen genuinamente (ingenuamente diría yo) que todas sus decisiones de consumo brotan libremente de su consciencia. Que están libres de toda manipulación. Que son sujetos autónomos aislados de su entorno. Y que a la hora de relacionarse en el mercado de bienes y servicios son capaces de ignorar toda influencia externa. Esta perspectiva choca frontalmente con el hecho de que uno de los mayores mercados del mundo, que incluye a algunas de las mayores y más rentables empresas del mercado, sea el de la recolección y tratamiento de datos con fines publicitarios. El marketing es el arte mediante el cual a través de distintas técnicas de manipulación psicológicoconductual se logra que una decisión total o parcialmente dirigida tenga la apariencia de libre y autónoma. Por eso los manuales de marketing recurren siempre a interactuar con el inconsciente de las personas. Y por eso las empresas están constantemente explorando nuevas técnicas de mercadotecnia que permitan dirigir las decisiones de consumo. Se me ocurre por ejemplo la moderna rama del neuromarketing, que, a pesar de que en muchas ocasiones es puro esoterismo, es el fiel reflejo de que la idea subyacente debajo del marketing es buscar los mecanismos inconscientes de las conductas de consumo. El problema de fondo es que el axioma económico de que un mercado sin injerencias (políticas y jurídicas se entiende) es la forma más eficiente y óptima de autoorganización porque resulta ser la suma de las decisiones libres y conscientes de los individuos, se tambalea cuando nos damos cuenta de que no es necesario introducir un Deus ex machina, en la figura del Estado por ejemplo, para que haya injerencia en los procesos de decisión de consumo.

Mi intención nunca ha sido “envilecer” a ninguna persona concreta, máxime cuando desde el marco teórico en el que me muevo considero que las personas concretas (con nombre y apellido) tienen un rango de acción limitado determinado en este caso por su posición dentro de las relaciones de producción. Mi sujeto operativo en la economía nunca es el individuo aislado, sino el individuo en cuanto parte de grupos operativos. No es que la persona desaparezca, es que está totalmente codeterminada por las relaciones socioeconómicas. Esto me permite disociar por así decir a la “persona concreta” de la figura que representa dentro de las relaciones de producción. Así, por ejemplo, me alejo del marxismo más vulgar (que por otra parte es un marxismo que no ha entendido a Marx) que ve al capitalista individual como la representación del mal en la tierra, cuando, a mi juicio, la cualidad moral o ética de la persona que hay detrás de los medios de producción es irrelevante, dado que sería una “víctima” más de las relaciones de producción al verse obligado a proceder como exige la propia dinámica del sistema para conservar o acrecentar su capital. Es decir, un Robert Owen del s.XXI está abocado al fracaso dado que el sistema actual, un capitalismo financiarizado en el que el capital fluye hacia aquellas empresas más rentables, premia a quién busca maximizar el beneficio. Y, por lo general, maximizar el beneficio implica supeditar cualquier otra acción a esa lógica.

Pero es que no es posible disociar los efectos económicos de las consecuencias sociales y políticas. La economía no está flotando en la estratosfera. Los mercados y las empresas no se sitúan fuera de la sociedad en la que operan. La política, la economía y el tejido social se entretejen. No podemos hacer un balance de puras magnitudes económicas sin tener en consideración toda una serie de resultados que, aunque no sean mediciones tan cuatificables como podría ser el cálculo del PIB, tienen la misma importancia a la hora de hacer un juicio de valor. Es decir, en el cálculo de costes y beneficios no podemos incluir únicamente datos numéricos económicos. Hay costes o beneficios que son difícilmente cuantificables económicamente pero que son igual de reales. En el caso concreto de las redes sociales, efectivamente han generado riqueza cuantitativa y cualitativamente (muy concentrada dicho sea de paso). Pero también conlleva sus costes, sobretodo con la deriva de los últimos años (no tienen nada que ver Facebook en sus primeros años con Tik Tok, y sin embargo incluímos a ambos en la categoría “redes sociales”). Creo que no estoy descubriendo América si digo que en muchos sentidos estamos hablando de una verdadera epidemia dentro de las nuevas generaciones. Los que investigan el tema hablan de efectos muy similares a los de las drogas: adicción, cambios en los patrones de conducta, desconexión con la realidad. A mi juicio, si las cosas siguen así, no tardaremos en ver “centros de desintoxicación de rrss”. Es imprescindible a mi juicio incluir estas consecuencias sociales en el cálculo económico. De lo contrario llegaríamos al extremo de justificar cualquier resultado social con el fin de generar un progreso en las mediciones de ciertas magnitudes económicas. Por esa regla de tres podríamos también legalizar y promover el uso de las drogas recreativas para generar empleo y hacer crecer el PIB. A mi juicio, hay una pregunta que tiene que hacerse toda sociedad en su relación con la tecnología y la explotación económica de esa tecnología: es la tecnología un bien en si mismo o tiene que ponerse al servicio de un bien mucho más trascendental? El hombre tiene que ponerse al servicio de la tecnología o es la tecnología la que tiene que ponerse al servicio del hombre? Es prudente dejar que el desarrollo tecnológico y su mercantilización sigan su propia lógica a expensas de la sociedad en la que se despliega? Bajo la lógica de la maximización del beneficio cuales son los incentivos empresariales que permitan sopesar todas esas consecuencias “extra económicas”? No abogo por prohibir el uso de redes sociales, bien administradas son una buena herramienta para según qué usos, pero tiene que existir un contrapeso que permita cancelar los incentivos perversos que están provocando la deriva de los últimos años. Y lógicamente ese contrapeso no va a brotar mágicamente de quienes se benefician económicamente del uso malsano de la tecnología. Sería como pedirle al camello que deje de suministrar al adicto. Su modelo de negocio requiere de la existencia de la figura del adicto.

No me he explicado bien. Quiero decir que ese es el razonamiento de quién demanda la supresión de las cotizaciones sociales. El mío es precisamente el de criticar ese razonamiento por la razón antes expuesta de la formación de los precios.

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Más bien fue una forma pragmática de detener el avance del movimiento obrero en la Alemania recién unificada. Hay que entender el contexto en el que se encontraba Europa a mediados y finales del s.XIX. Estamos hablando de la Europa de la comuna de París de 1871 entre otras revueltas obreras, con un movimiento sindicalista en auge. El SPD ya era en esa época el partido socialista más potente de Europa. El propio Bismarck intentó frenar ese avance por medio de la ley. En 1878 aprobó la ley Antisocialista que ilegalizaba a los partidos obreros y ponía trabas a los sindicatos. Pero tras unos años con la ley en vigor se dio cuenta de que por mucho que formalmente ilegalices algo, si las condiciones materiales que originan el descontento no mejoran, es una batalla perdida. La solución fue implementar en la década de los 80 una serie de reformas y seguros sociales. Que, por otra parte, esta opción ya circulaba en Alemania a través por ejemplo de la “Asociación pro Política Social”, un movimiento de profesores que se dedicaba a defender la reforma social como opción a la lucha de clases marxista. En este sentido, más que a la población en abstracto, la intención de Bismarck era tener a los socialistas bajo control.

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No, la esencia de una empresa privada es crear valor produciendo algo. Ese algo es algo que alguien prefiere tener a costa de transferir parte de sus opciones de tener otras cosas a la empresa, que prefiere precisamente lo contrario.

Creo que nadie está diciendo esto, que sea el problema único y exclusivo, el bálsamo de Fierabrás que lo curará todo.

Uf la lógica de la finalidad que se persigue no me atrevo a aventurarla. Lo que quiero decir por lógica es que cualquier cosa con un precio mínimo excluye a las de calidad inferior y además reduce la demanda (bueno en el mejor de los casos igual la deja igual)

Hasta que no venga alguien y demuestre de alguna manera muy plausible que ese ingreso adicional que obtienen unos a costa de otros mejora toda la economía, me quedaré con la navaja de Occam de la microeconomía.

Un conocimiento científico que ha caído en la crisis de la reproductibilidad y cada vez se caen más experimentos canónicos.

No se si esto viene de Freud, pero desde mi ignorancia, tampoco lo acepto.

Partiendo de estas premisas dudosas que le cuestiono más arriba, y con la diferencia muy fundamental de que en el mercado, sin Estado de por medio, cada uno se arriesga y con el Estado son lentejas.

No hablaba de Vd., disculpe el malentendido.

Vd. lo ve como maximizar el beneficio otros lo pueden ver como maximizar el valor.

Esto es el terreno abonado de las opiniones políticas.

Estoy seguro de que nuestros antepasados hablaron en términos similares de otras innovaciones. Esta es la opinión de algunos como Haidt y no digo que, parafraseándole a Vd. en ciertos contextos no se sean perjudiciales, pero esto es como todo. Y hay múltiples experimentos ya (ojo que no abdico de que luego haya que ver que son reproducibles) que plantean múltiples dudas sobre la “epidemia”.

No, esto es un razonamiento maniqueo, blanco o negro. Mi tema “cualitativo” es que mi libertad acaba donde empieza la de Vd. Y hay muchos temas que a nivel de valores no tengo claros, y nunca los tendré, pero me gusta ponerme ese horizonte e ir en esa dirección.

¡Qué manía tienen algunos de Vds. con el utilitarismo!

Otra vez una falacia de falsa dicotomía acecha en su pregunta. Si sustituimos “desarrollo tecnológico” por cualquier otra cosa ¿suena igual de bieo no mal? El dinero es tecnología, ¿nos oponemos a su mercantilización?

Hay muchos otros incentivos perversos que no se han atajado antes. ¿Por qué estos son peor, máxime cuando el tema de la adicción, epidemia, etc. no está ni de cerca de estar confirmado?

¿Quién decide lo que está bien o mal? ¿Una nueva inquisición a la altura de lo que nos expresan con mayor o menor descaro los nuevos guardianes de la moral del triangulito rojo?

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Yo me retiro de la conversación y apelo a la ley de Brandolini a costa de parecer maleducado, total ya no me queda reputación que perder :crazy_face:

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Expectativa alta y control de riesgo = bomba de relojería.

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Ahí van los del AT:

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Estos dos compartimentos están dados de baja desde hace algunos meses por lo que se observa en los hechos relevantes del gestión boutique V de andbank.

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Perras Earning. Perras Earning.

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