La taberna de los Value Investors. General

Antigua pero no obsoleta. Es precisamente la ideología que permitió el desarrollo de lo que hoy en día son las principales potencias económicas. Lo expuse brevemente en otro hilo. Si uno estudia los procesos de industrialización de las grandes potencias de la actualidad - Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Japón, Corea del Sur, China – los intereses de la nación política prevalecieron en todos los casos sobre los principios del “libre comercio y mercado”. Los datos están ahí para quién tenga interés en consultarlos. Uno puede consultar, por ejemplo, las políticas económicas de la dupla George Washington y su secretario del Tesoro, Alexander Hamilton, en la constitución de Estados Unidos: la creación de un banco nacional, la acuñación del dólar estadounidense como reemplazo del dólar de a ocho español, las fuerte medidas proteccionistas, mediante impuestos y aranceles, a los productos extranjeros. Impuestos y aranceles que continuaron hasta el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945 como unos de los más “salvajes” del mundo. O cómo pasó Inglaterra de ser uno de los países más pobres de la región, cuya economía se basaba en la exportación de lana en bruto a Holanda, a tener la industria manufacturera más potente del mundo, que le permitió a la postre dominar el comercio internacional (Imperio mediante). Pista: no fue a base de políticas “laissez faire”. O el proceso histórico de la unificación de Alemania, que dio comienzo con la creación de la “Zollverein”, la Unión Aduanera de los Estados de Alemania, a principios del siglo XIX, con la práctica “estatalizada” de espionaje industrial a Inglaterra que acabó a la postre con la creación del primer sello “Made In (Germany)” en Inglaterra como forma de estigmatización a los productos de origen alemán.

Podría seguir, pero creo que los ejemplos son suficientemente explícitos para entender que a escala estatal la economía es geopolítica, y fueron (y son) las políticas proteccionistas junto a un paquete de medidas impulsoras las que permitieron (y permiten) el desarrollo de una economía estatal potente en sus estadios primitivos. Únicamente cuando se ha constituido una economía competitiva, con una escala de producción que permite reducir costes, la apertura comercial no solo es deseable, sino imprescindible. No sin antes glorificar, de forma cínica, los éxitos de los principios del libre comercio como el origen de sus procesos de industrialización; como el que le pega la patada a la escalera una vez la ha usado para trepar para que el resto no pueda subir. En la actualidad basta con contrastar el discurso de Xi Jinping en favor de la globalización frente las medidas politicoeconómicas reales puestas en práctica por el Partido Comunista de China, tanto interna como externamente. Vaya usted a intentar una OPA en sectores estratégicos de Estados Unidos, Alemania o China, verá lo que ocurre.

Un saludo

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