Son las 6:32 de alguna mañana, en algún punto de Europa. A veces es Francia, otras Alemania, Reino Unido… el despertador suena y te levantas.
Lo bonito de los centros de I+D, es que las compañías suelen situarlos en zonas bastante bucólicas. A una distancia prudencial de los principales parques de proveedores de los constructores.
El interés en la industria del automóvil por captar talento, hace que sea bastante normal ver gente que viene de correr, zonas de esparcimiento, y todo ese rollo importado de Google, que hace que estos centros sean realmente atractivos.
En ocasiones, por los temas tratados, tienes la suerte de poder entrar en las zonas más confidenciales. Lógicamente, el NDA es lo primero que firmas. Si se te va la lengua, o haces alguna foto que no debas, uno señores con cara de pocos amigos se encargarán de arruinarte, primero a tu empresa, y después a ti.
Pasan los meses, los años, y trabajas con japoneses, americanos, sudafricanos, y prácticamente con cualquier nacionalidad imaginable. Cambian los productos que se investigan. Van y vienen las modas. Ahora estamos con el tema eléctrico, y hace unos años con la disminución de peso. Como en la novela de Horacio, muchos de los que hoy están en la gloria fallecerán y muchos de los que hoy están en desgracia, volverán a ver restaurada su reputación. Es un mundo agresivo, duro y bronco, que me recuerda bastante a los entornos en guerra continua. Alguna vez bromeas con algún amigo que te encuentras en un aeropuerto, sobre la similitud de los que viajamos, con los reporteros que se mueven en zonas de conflicto. Gran parte de los viajes se basan en resolver crisis, muchas de las cuales no han pasado, dentro de una mayoría que nunca pasará.
Siempre digo lo mismo, “es un sector espectacular para trabajar, pero quizá no para invertir”. En esto también me echó una mano, mi amigo @Fernando, descubriéndome otras industrias mucho menos afectas a los ciclos.
Escribo estas líneas, porque en algún momento sale a colación Tesla, y en cuanto escribes el nombre, una legión de fanáticos (y de gente muy educada, también, por supuesto), de ambos bandos acude a la particular melé.
Siempre he sido bastante equidistante con Tesla, fundamentalmente porque es una compañía en la que no invertiría ni con una pértiga de 6 metros, pero que creo que ha hecho bastantes cosas buenas por el avance del futuro de la humanidad. Elon me parece un psicópata de lo más simpático. Un tipo dispuesto a jugarse el todo por el todo, con tal de llenar un ego que se adivina infinito. Esos señores son la quintaesencia de la evolución humana. Tan necesarios como los leones que se comen a las gacelas, como para ser el acicate que genera disrupciones en sectores enteros. Desde aquí mi admiración, Elon. Me gusta lo que haces, aunque no la vida aparejada, necesaria para poder hacerlo. Ser un Mesías, es un trabajo agotador a tiempo completo, y uno empieza entrar en una edad, en la que le sobran muchas cosas, y procura no jugar con fuego, para no perder las que realmente son importantes.
Los motores de combustión llegan a su fin. Será una muerte lenta y prolongada, en la que es muy probable que las fusiones de Tier1, sean la tónica habitual. No tengo muy claro que desaparezcan en los siguiente veinte años, pero si que es bastante factible que la proporción sea exactamente la inversa a la actual. Una pena para los nostálgicos del olor a gasolina, y amantes de Arias Paz en general, pero esperemos, que ello traiga un futuro más ecológico, cosa que ciertamente a día de hoy no tengo claro.
Dejemos a Tesla un poco. Vamos a ver al Cavallino Rampante.
Ferrari. Ese rojo y veloz, objeto de deseo. Codiciado por cualquier oligarca que se precie, es uno de los símbolos de estatus más reconocidos que existen. Sus fábricas son realmente bellas, tienen hasta zonas con plantas, en un contraste encantador. Sus números son todo lo contrario al color de la marca. Verde que te quiero verde. Bien intenso.
Hay quien compara Ferrari con Renault, o Tesla,o con cualquier fabricante generalista. Esto es algo que me produce una perplejidad pasmosa.
Básicamente es comparar Dior con Inditex. Por supuesto que ambas pueden tener un gran valor, pero su negocio NO es comparable. Un bolso de Dior se vende por unas razones, diametralmente opuestas a un bolso de Inditex. Si no se lo creen, dense una vuelta por Paris.
Y aquí empiezan los líos mentales.
Tesla ha vendido una gran cantidad de vehículos, y va a seguir vendiendo MUCHOS más. Eso es algo, completamente lógico y deseable. El pequeño problema, es que los targets de Tesla han ido variando.
Elon no quiere ser la empresa que más dinero gane, como pueda ser Ferrari. Elon quiere ganar.
Este punto es interesante, porque ganar es conseguir que los modelos de Tesla sean los más vendidos, y por lo que yo veo, gran parte de su estrategia va por ahí. La megafactoría en China es un claro ejemplo de ello. Tu no te metes en un país donde sabes que te copian, y que te va a costar repatriar incluso flujos de efectivo, si no buscas una producción masiva.
Como no quiero que me denuncien, no enumeraremos los motivos por los que las marcas europeas tienen un pie puesto en China, y otro lo mantienen en Europa. No, no son sólo los costes logísticos.
Este pequeño matiz, quizá sea la causa por la que bastantes accionistas de la compañía piensan que el creador que la llevó donde la llevó, es el mismo que la está poniendo en riesgo.
En mi humilde opinión, Tesla podría haberse afianzado como el vehículo de lujo, y otro gallo cantaría, pero ya hemos visto que no quiere parar ahí.
¿Qué es una marca de coches hoy en día?
Este punto también me resulta apasionante, pues como ya hemos explicado hoy en día, los constructores son básicamente compañías ensambladoras. En la industria hemos visto las modas del outsourcing y después del insourcing, para acabar con un batiburrillo, que persigue quedarse con las operaciones de mayor valor añadido, e ir sacándose de encima todo aquello que no aporta valor. Es el Lean manufacturing, baby. Si un señor toda su vida ha hecho volantes, sólo volantes, y además les vende volantes a casi todas las marcas, es mucho más fácil que aproveche las economías de escala, y que pueda dedicar mucho más esfuerzo en I+D a mejorar revestimientos, botoneras, ensamblajes etc… Esta es la magia de los Tier1, y el motivo por el que si puedo elegir, en este sector preferiría invertir en un Tier1.
Son todos estos Tier1 los que generan la mayor cantidad de ingeniería en un vehículo. A veces el constructor puede contratarlos con un Build to print , para que básicamente fabriquen el producto, pero incluso en ese caso, la colaboración suele aportar bastante, pues fabrilmente, créanme que los Tier1 saben bastante mas que los ingenieros del constructor.
El Tier1 fabricante de las baterías del futuro, es muy probable que ya lleve unos cuantos añitos experimentando con ello. Vivimos un momento similar al de los videos Beta y VHS, en el que aún no está claro quien ganará la partida.
Pero entonces…¿quien ganará la partida?
Pues no lo se, no tengo la menor idea, pero si creo que decir que Volkswagen es un short, me confirma lo que ya pensaba, acerca de algunos que van más perdidos que una bañera en alta mar. Volkswagen está sufriendo a base de bien con la bajada de volúmenes, como está sufriendo todo el sector, pero tiene una I+D, y un parque de Tier1 que da verdadero miedo.
No se quien va a ganar, pero tengo bastante claro, que si las estrategias siguen por donde veo hoy en día, en los siguientes dos años, vamos a ver unas bellezas de automóviles espectaculares.
Aquí, por ejemplo, vemos la estrategia de JLR, que tiene unos modelos bastante majos con SOP´s para 2020-2022, interesantes. ¿Serán mejores o peores que Tesla? Pues eso lo veremos con el tiempo, pero en un sector donde las tecnologías diferenciales son muy pocas, lo más probable es que no sean peores.
En fin, que terminamos aquí estas breves disquisiciones sobre negocios y batallitas. Y recuerden, que más allá de las cifras de ventas, de los CEOs carismáticos, y de los informes de research de tios con gomina que no han pisado una planta de producción en su vida, están las estrategias de unas compañías bastante celosas de su intimidad, pero que operan dentro de un sector donde al final “nos conocemos todos”.
Nadie, absolutamente nadie, puede saber de todo. Yo no tengo ni idea de si tendré razón o no, y si les soy sincero, esta cuestión, me la trae al pairo, entre otras cosas porque no voy a invertir aquí. Para eso ya tengo mi compañía donde decido junto a mis socios donde es mejor enfocarnos dentro de la cadena del valor del vehículo. Lo que si tengo claro es que a mi me salieron los dientes en esto, y que me gusta el olor a fábrica, los psicópatas negociadores y la tecnología, así que no, no me digas que estoy equivocado por no haber tenido una epifanía sobre Tesla.
Respeto tanto la epifanía de los Muskianos como el odio cerval de los que piensan que quebrará, pero para mi como ya he dicho es una batalla estúpida. Sólo es un borracho buscando las llaves debajo de la luz de la farola porque donde se le han caído no se ve.
Lo divertido del auto de los siguientes meses, va a estar en los Tier1. Y si no, al tiempo
Que pasen buena tarde,