Muy interesante este tema que se abrió. Si un inversor que empezo invirtiendo poco a poco y al tran tran consiguió amasar este millón de euros, pienso que no tendrá ningun problema con los 900K restantes. La pregunta es ¿Cuanto dinero necesitas para vivir? Si tu manera de vivir no cambió en demasia perder un 10% o un 40% bajo mi punto de vista no tendria que ser ningún problema.
Opiniones de Alibaba?
Crece (poco) y es decepcionante el bajo crecimiento en Cloud, respecto a otros (¿quien se lleva el mercado?)
El internacional crece >50% a expensas de quemar dinero y duplicar pérdidas….
Como le sobra el cash va a dar 2% de dividendo. Pues bueno, quieren premiar al accionista.
No termino de ver darle la vuelta a la situación. Me preocupa el poco crecimiento y esa falta de madurez en Cainiao e Internacional, aunque Cainiao se supone que es por incentivos.
No se, me deja frío.
Yo me preguntaría las cosas desde otro punto de vista:
¿Cómo ha crecido con respecto al mercado?
Creciendo al 8% mientras China se va al garete no está tan mal si lo ponemos en ese contexto.
¿A qué se refiere con irse al garete?¿al mercado inmobiliario? Porque China crece a más del 5% año sobre año. Es verdad que fue mayor antaño, pero no está tan mal ¿no?
Lo decía básicamente por las burbujillas que ha habido y el frenazo en crecimiento.
Creo que bastante gran institucional lo ve asi:
KERNEN: And you’d invest in China, when? There’s no – there’s never too strong a word?
DRUCKENMILLER: We exited China in 2018. We haven’t made a single trade in security there other than their currency once in a while, I won’t say which way. I will never invest in China as long as the current leader is there. The reason I’ll never say never is if they had a change in leadership, I’d at least consider the situation. But to me – I didn’t invest in Russia, and I’m not investing in China. There’s so many exciting things going on in the United States, in Argentina, and Japan, why in the world would I ever want to put money in China? And frankly as an American, outside of my investment day job, I feel very good about that decision.
Obviamente no será así en todos los casos pero, dados los antecedentes, no me parece descabellado que este tipo de opinión esté bastante extendida.
De hecho hay un gran sesgo político cuando comenta que como americano,se siente bien no invirtiendo en China, vamos No dar de comer al competidor.
Pero esto no se si es una buena decisión ni personal ni como gestor de dinero de otras personas.
Como gestor de fondos debería buscar el rendimiento, dentro de la ética, para sus inversores. El problema quizá es que si considera no ético invertir en China sospecho que es mas por ser competidor directo en la posición de hegemonía mundial que por preocupaciones éticas de otra índole. Habría que ver en que otros países si invierte. Si es por miedo a que ocurra como con Rusia, si occidente se ve arrastrado a un conflicto, directo o indirecto con china, creo que será la menor de las preocupaciónes donde invertir.
En el mundo cabemos todos.
Yo entiendo que sí o sí China, India, Corea y en general asia tiene muchos números de crecer.
Invertir ahí también es extraer riqueza de oriente para traerla aquí.
Es decir como “ occidentales” (europa, australia, EEUU…) participar de las riquezas que van a generar implica beneficios que repercuten en nuestro crecimiento, si este capital extraido de allí genera riqueza aquí.
A veces es costoso compartir tu pedazo de pastel cuando estás acostumbrado a ser el primero en escoger , tanto el tamaño del trozo como en la parte mas suculenta( la que lleva cerecita y chocolatina), pero a veces, si hay estabilidad, tocandote menos en porcentaje pasa que en valor absoluto te toca más porque en colaboración el pastel se ha hecho mas grande.
Para mi, invertir en Asia es como meterle el dedo a la nata del trozo que les toca, y me temo que les toca un trozo grande. Despues ya llevaremos esa dedazo de nata a gestamp
Bien interesante lo que comenta.
Coincido totalmente.
También creo que hay bastante inversor justo con el sesgo contrario .
Creo que no es necesario ni llegar ese extremo: simplemente un enfriamiento gordo de las relaciones podría terminar con un montón de inversiones comprometidas sin necesidad de ningún conflicto armado. Además, China lo tendría realmente fácil porque el que está infligiendo la legalidad de un país es el inversor occidental.
Supongo que al final, si existen dos grandes bloques contrapuestos, le corresponde a cada uno dilucidar si le merece la pena invertir en el bloque opuesto, con los problemas y riesgos asociados adicionales que ello conlleva (por mucho que a uno le pueda gustar) o si se queda en su “casa” invirtiendo en otras cosas.
Coincido pero es que prácticamente con cualquier multinacional en la que uno invierta (directa o indirectamente) ya va a tener exposición a Asia.
Alguno acertará…
En IBKR y Saxo Bank parece que han limitado las compras de bastantes empresas pequeñas en Hong Kong. No lo sé de primera mano, porque no invierto en estas latitudes pero parece algo a seguir. En Twitter han puesto esta respuesta de IBKR por si le puede servir a alguien:
Empieza en la página 19 del documento.
Muy interesante
VAya susto me he dado. Por un momento pensaba que lucifer y toda su tropa estaba invirtiendo en oro
A mi me parece que se nos está yendo un poco las cosas de las manos
En el titular de la noticia aparece…**el eje del mal. **
Y entras dentro y es China India Turquia y Rusia.
Merece más la pena leer El mundo today que toda esta cantidad de propaganda y ruido para tenernos bien acojonados.
El “eje del mal” es el nombre que se le pone a los países que deciden salirse del sistema petrodólar. No es un simple rótulo. Literalmente se les considera el enemigo. Se les declara la guerra, como a Irak o Siria, o se les embarga o sanciona, como a Venezuela o Irán. Detrás de prácticamente todos los conflictos militares o diplomáticos en los que estén involucrados los Estados Unidos en Medio Oriente se puede rastrear algún tipo de desacuerdo con el sistema petrodólar. A Saddam Hussein, que en buena parte de su presidencia recibió el apoyo y protección de los Estados Unidos, se le hace la guerra en 2003 porque decide aceptar el Euro como moneda para exportar el petróleo irakí.
En 1973, los Estados Unidos llegan a un acuerdo con Arabia Saudí por el cual este último únicamente aceptaba negociar la exportación de su crudo en dólares de la Reserva Federal. A cambio, los Estados Unidos ofrecían armas y protección militar. Además, se abrió un canal de reciclado de los petrodólares por el cual parte de los exedentes financieros de Arabia Saudí, y posteriormente de los países de la OPEP, se reinvierten en la compra de bonos del Tesoro estadounidense. Una red que srivió, y sirve, para financiar el enorme déficit presupuestario de los Estados Unidos y un balance comercial negativo desde los años 70. Una red que obliga al resto de países a demandar y tener grandes reservas de dólares en sus bancos centrales, monetizando la deuda estadounidense y absorbiendo la inflación de los dólares recién creados. Ese es el secreto del “milagro económico americano”.
Al “sistema piramidal del petrodólar” habría que añadir el papel de las instituciones creadas en los Acuerdos de Bretton Woods - FMI y Banco Mundial - en la conservación del patrón dólar, mediante los préstamos y la financiación a los países en desarrollo. Otra red destinada a absorber el déficit presupuestario estadounidense. La maniobra es la siguiente: a través del Banco Mundial y el FMI, se le “concede” un préstamo, en dólares, a un país necesitado. Ese país se compromete a 1/ importar la maquinaria y medios de producción, que necesita para desarrollar su sistema productivo, de los países acreedores 2/ ajustar sus presupuestos a las recomendaciones de los acreedores 3/ en la mayoría de casos, priorizar una estructura productiva destinada a la exportación, por lo general de materia prima 4/ devolver el préstamo y los correspondientes intereses en dólares. En muy contadas ocasiones, cuando no hay más remedio, se le permite al país deudor devolver la deuda en moneda local. Una excelente forma de dolarizar las economías en vías de desarrollo.
Detrás de todas esas estratagemas está la fuerza de las armas. Lo que permite a los Estados Unidos imponer esas condiciones es su potencia militar. Sus 800 bases militares repartidas por el mundo. Sus servicios de inteligencia que, en el último medio siglo, han estado implicados en más de sesenta golpes de Estado por todo el mundo.
Vale. Sólo añadir que todos los demás hacen exactamente lo mismo, pues es lo que corresponde a la dinámica real de la confrontación , militar o no, entre Estados.
Sin duda. No estoy tratando de moralizar la geopolítica estadounidense. No hay nada más pragmático y real que la geopolítica, que es dónde realmente los países se juegan su futuro. Allí la ética y la moral se dejan en un segundo plano, si es que se tienen en consideración. La política interna es prácticamente simple administración.
Lo que trato de mostrar es que detrás de esos rótulos maniqueos: “eje del mal”, “democracia vs dictadura”, hay una coartada ideológica que busca justificar un objetivo mucho más prosaico. El problema con China no es su sistema de gobierno autocrático. En el último siglo y medio los Estados Unidos y buena parte de los países europeos han promovido y apoyado a todo tipo de dictaduras en África, Sud y Centroamérica, Asia y Europa del Este. De hecho, es preferible una dictadura aliada que una democracia enemiga. Que se lo pregunten sino a Salvador Allende en Chile. Hay una conocida frase de Roosvelt sobre el dictador nicaragüense Tacho Somoza que expresa ese realismo geopolítico: “Si, es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta”.
Tampoco China es inmune al realismo geopolítico. Aunque por otros medios, porque de momento no ha necesitado entrar en guerra ni organizar golpes de Estado, aunque existen sospechas de sobornos a Gobiernos, como en la República Democrática del Congo, en el que China controla la gran mayoría de la minería de cobalto, que representa más del 70% del cobalto mundial. Un cobalto que se calcula que entre el 30 y el 40% se extrae de la “minería artesanal”, que significa en realidad “minería fuera del circuito regulado en el que hombres, mujeres y niños trabajan en régimen de esclavitud”. Un cobalto cuya extracción se ha disparado en los últimos años para poder atender a la demanda mundial para la fabricación de las baterías de coches eléctricos. Ahí tiene otro ejemplo del pragmatismo geopolítico: la transición hacia una economía más sostenible, “verde” y de “energía limpia” en los países desarrollados a costa de destruir el ecosistema (en lo que se conoce como el Cinturón de Cobre la situación es catastrófica) y de explotar hasta la muerte (literalmente) a la población de algún país, en este caso africano, que a nadie le importa.