En primer término quiero dejar constancia que hablo de mi experiencia y que no pretendo corregir o juzgar a nadie de nada.
Antes de contestarle.
Había visto parte de un programa en el que se preguntaba a distintas personas, sobre como reaccionarían en la supuesta situación, en la debían elegir entre salvar a su perro o a un bebé.
Las respuestas fueron de lo más variadas, aunque hubo algunas que daban vergüenza ajena como poco, por inmorales y casi inhumanas, yo prefiero decir poco o nada éticas.
Quizá esto le hizo creer que me incendiaba, ( reconozco haber estado indignado y tener la piel muy fina para ciertas cosas ) pero le puedo asegurar que no había en ello nada personal.
Como cada uno y a lo largo de mi travesía personal, son muchas las tablas que he tenido que cambiar a este barco de Teseo al que doy en llamar Pacheco49,hasta el punto de que si no fuera tan mío no me reconocería.
Una de esas tablas de mi línea de flotación son mis hijos.
Cuando hablo de mis hijos no es de un momento o día sino de 47-51 y 53 años en los que yo y nadie más, ( se entiende que mi esposa es cómplice ) ha decidido darles lo que sea que les haya dado y que ellos pueden juzgar como adecuado o no, por lo tanto no tengo nada que reprochar ( verbo que no da beneficios ) y ellos me darán o no lo que consideren, independientemente de mi juicio.
Para no hacer esto más largo ni más anecdótico, le remito a un texto en el que muestro mi acuerdo con un comentario de @agenjordi
Pacheco49+DMecenas
Bravo, en pocas palabras nos ha puesto frente a nuestra imagen en el espejo.