Del libro de Kahneman me gustó lo del análisis pre-mortem. Vamos que podría ir mal para que una idea no funcionara a pesar de estar uno convencido de que en la práctica va a funcionar.
Aquí las narrativas que comenta sobre que el caso peor en una inversión es perder poco, si suelen tener como defecto que olvidan algunos riesgos que, aunque sean poco probables, existen.
Quizás, en lo que comenta @jvas, si tengo la sensación que Kahneman, aunque sabe muchísimo de sesgos, luego en según que comentarios, se nota que le falta haber experimentado ciertos riesgos en primera persona y lo que domina en el plano teórico, luego no lo aplica tan bien en el práctico.
Una burbuja es el clásico ejemplo donde el sesgo de aversión a pérdidas no frena para nada a no pocos participantes del mercado. Manejar la incertidumbre no sólo es cuestión de asumir que nos puede beneficiar en según que circunstancias, es cuestión de asumir que las personas no tenemos un esquema fijo para gestionarla y hay veces que no se quiere de ninguna de las maneras y otras que se asume sin ningún problema. El problema suele ser que la justificación de una y otra opción no son nada coherentes entre ellas por mucho que sea la misma persona quien la realiza.