Este es un post muy corto sobre una pequeña estrategia que utilizo para enfocar mi independencia financiera con algo que aprendí montando en bicicleta muchos kilómetros.
Cuando hablamos de independencia financiera es más o menos habitual fijarse una cifra y a partir de ahí ahorrar hasta conseguirla. El problema es que esa cifra puede ser endemoniadamente alta y desanimar mucho. Y que por más que sepamos que se debe ahorrar, uno no siempre tiene las condiciones vitales para ese camino.
Cuando uno sube una montaña en bicicleta pasa algo parecido. Sabes que tienes que subir, pero el camino es largo y duro. Si cuando estás sin fuerzas piensas “me quedan nosecuantos kilómetros” ¡te hundes! La cabeza te la empieza a jugar y la cabeza da ordenes a las piernas, que no responden, y dan ganas de bajar de la bici o dar la vuelta. Para eso, un truco que yo utilizaba y me consta que muchos ciclistas también es vivir en un presente inmediatísimo y pensar sólo en metas muy cortas, a veces ridiculamente cortas. Entonces pasas a pensar “mi objetivo es llegar a la altura de ese árbol, sólo llegar a la altura de ese árbol”, y vas dando pedaladas hasta que llegas a ese árbol. Cuando lo pasas, te fijas en una señal de kilómetros, “mi objetivo es llegar a la señal”. Luego “mi objetivo es pasar de largo de esa roca”, “mi objetivo es pasar esa señal del siguiente pueblo”… y vas pasando objetivos super cortos, pensando solo en ellos. Cuando te das cuenta, ya has llegado y sabe a gloria.
Con la independencia financiera yo hago lo mismo. Si pienso en la cifra, me abrumo y me dan ganas de gastarme todo el dinero en vino y jamón ibérico, “carpe diem”. Pero para evitar eso, el truco que yo tengo es dividir la cifra entre 40. ¿Por qué? Porque 40 horas es la semana laboral , de forma que cada subdivisión de 40 es ¡una hora de independencia financiera!. Si cada hito son, por ejemplo, 20.000€, cada 20k€ es una hora que si quisieras ya podrías dejar de trabajar. Y la tienes ahí, en tus fondos. Si pierdes tu empleo, para el próximo podrías trabajar 39 horas. No es la panacea pero oye, ya no son 40, una hora que has conquistado. Y luego te quedan 38, 37…
Hay una diferencia maravillosa con la bici. Que desgraciadamente, la carretera no compone. Si el camino pica hacia arriba, si la pendiente es letal, pasar el árbol, la señal, la roca te ayuda a no descentrarte, pero cada tramo es igual de duro. Pero con tu inversión, cuando ya tienes tu primer 1/40 hay una cosa que debes saber, que gracias a que esto compone, llegar a 2/40 va a ser más fácil, y llegar a 3/40 más, y a 4/40 más…
Bueno, es mi truco, ahí queda. Más mental que otra cosa.