Si se fija, los fondos de mega-tendencias en general hacen dos cosas:
- Una aproximación top-down (macro) en la que se “decide” cuáles son las mega-tendencias.
- Una aproximación bottom-up (micro) en la que se seleccionan las empresas dentro de cada tendencia.
Una primera consecuencia es que los gestores, salvo equipos amplísimos creados después del punto 1 (cosa muy poco probable), son generalistas, es decir, no son especialistas de sector, por lo que hacen su selección en función de criterios inversores estándar en 2. Problema de este tipo de fondos: pifiarla en 1. Para minimizar el error qué hacen: un montón de tendencias tan generalistas que sus definiciones son como los horóscopos de los periódicos, todo el mundo se ve reflejado (ej.: N.E.W.G.E.M.S. = nanotecnología, ecología, bienestar, generación Z, E-Society, industria 4.0 y seguridad)
Pero, si se fija, resulta que un fondo indexado es un fondo de mega-tendencias, porque la composición del índice se va ajustando a lo que pita en el momento, cada 6 meses habitualmente. Si ahora tenemos en cuenta lo que hemos dicho en el párrafo anterior, resulta que los mega-tendencias son, o cripto-indexados o van a estar sometidos, en el mejor de los casos, a una enorme fuerza de retorno al índice en el largo plazo, siendo más caros.
A mí me parece que antes que en fondos de mega-tendencias se puede invertir en sectoriales que se sepan ganadores en el largo plazo. Por ejemplo, un sectorial de tecnología se lo puedo envolver para regalo diciendo que incluye las megatendencias de inteligencia artificial, robótica, nanotecnología, materiales inteligentes, E-Society y computación cuántica, además de comunicaciones de última generación. Le puedo vender un sectorial de salud como que incluye las megatendencias de envejecimiento, well-being y mundo post-Covid. Y, en fin, le puedo vender un indexado diciendo que incluye las megatendencias anteriores más cambio climático, nuevas energías, industria 4.0, alimentación saludable, seguridad, consumo emergente… y la que se le ocurra.
Como resumen, es usted muy libre de hacer con su dinero lo que guste, faltaría más, pero tenga cuidado con las trampas del márketing. Ya se llame coche o unidad de transporte autopropulsada de gestión personal, lo que es lo mismo, es igual.