El problema de la vivienda. Javier Burón

El tema de ajustar los impuestos a los beneficios ajustados a inflación me parece de aquellos que realmente tiene mucha más miga de lo que parece.

En realidad es de lo más lógico dado que se tratan de los beneficios “reales” de lo que sea, ajustarlos a inflación.

Sin embargo luego es interesante ver como desde ciertos entornos, que en este caso son muy favorables a ello y ven como una anomalía que no se haga, luego son mucho más reacios a añadir las consideraciones de ajustar a inflación en otros temas y/o debates.

Por ejemplo a la hora de analizar las rentabilidades de los productos de inversión, ¿se deberían de hacer siempre ajustando a inflación? ¿llevaría ello a moderar expectativas? ¿se acabarían las historias esas de si invierto 100 euros cada mes durante 40 años seré millonario?¿sería igual de razonable esperar un doble dígito de rentabilidad?

Incluso la misma persona, a veces, parece cambiar el criterio, según como analiza las cosas. Espera que los depósitos, monetarios y/o renta fija de corto plazo, paguen más intereses pero luego se queja de la inflación. Vamos que igual debería de plantearse si hay relación entre uno y otro.

Quizás donde vi más claro como el tema de si hay que tener en cuenta la inflación en ciertos debates fue cuando leí el magnífico: Mito y Medición: un análisis de los efectos del salario mínimo--David Card,Alan Krueger
Añadir, o no, la inflación en el debate de los efectos de subir el salario mínimo, cambia totalmente la naturaleza del problema,dado que si se ajusta el salario mínimo a inflación, lo que con un criterio es una subida salarial con el otro criterio no lo es.

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