La verdad que es un tema apasionante el que plantean y que creo que - al menos para mi- , es difícil entenderlo sin el contexto de los años en los que venimos.
Tras el atracón de ladrillo que nos dimos en España hace algo más de una década, vivimos unos años excepcionales para comprar inmuebles, básicamente porque nadie los quería.
España, -no importa cuando leas esto -, parecía que no iba a ninguna parte, con una población que se envejecía y un futuro en el que generaciones enteras heredarían el legado familiar en forma de más ladrillos. Y lógicamente, pues quien pudo comprar compró, y quien no pudo comprar siguió alquilado a precios bastante razonables.
El tiempo pasó y en un mundo de tipos bajos, algunos vieron una buena oportunidad de generar rentas con la segunda actividad más antigua de España, y la oportunidad bien vista estuvo pues tenía todo el sentido. Lo importante de los tipos por los suelos, era ver cuanto podía estirar uno el chicle adquiriendo más y más hipotecas. Y si, midiendo bien el riesgo y demás, enhorabuena a quien lo vio claro.
El tiempo siguió pasando y hubo quien vio mas dinero en intermediar o vender formación que en la propia actividad, y de nuevo no es algo restringido al ladrillo, pues en bolsa o en cualquier otra actividad donde el dinero cambia de manos, es algo bastante habitual. Vender picos y palas, ya saben. Nada nuevo bajo el sol.
Lo bueno de las rentas en un país con una tase de descontento importante respecto a la actividad que uno hace, más conocida como trabajo, es que cualquier cosa que te permita “ser libre” o “vivir sin trabajar”, entra como un cuchillo en la mantequilla, por razones obvias.
Y así llegamos a los últimos 4-5 años, donde “lo que el sabio hace al principio, el necio lo hace al final”, y sin saber muy bien si estamos en una burbuja o no, mi sentido arácnido me dice que los alquileres están en cifras que hacen difícil que sean sostenibles y que de algún modo esto puede ( o no, vaya, que no soy ningún experto), pegar un castañazo que lo mande de nuevo con el Apolo XII.
A mi de vez en cuando me ha dado el sirocco de mirar para diversificar una parte del patrimonio etc… pero al final nunca me han acabado de salir los números, creo que fundamentalmente por no saber valorar correctamente, de modo que siempre me he mantenido al margen, haciendo gala del famoso zapatero a tus zapatos.
Quizá de los ponentes del video, especialmente con el chaval más joven, me rechina más la facilidad del asunto que se muestra, cuando por mi origen levantino, aún tengo marcado a fuego aquella época en que todo hijo de vecino se metía al ladrillo porque los pisos nunca bajaban y “también tengo una constructora… vamos, como todos”, como me decía un empresario industrial. El resultado de aquello quizá me marcó demasiado y en un país donde la regulación no tengo claro que sea “owner friendly”, me sigue dando respeto, pues al contrario de la renta variable donde somos cuatro gatos, en el ladrillo , en mis últimas conversaciones veo que hay un gran interés de nuevo.
Creo honestamente que el que domina un palo, es fácil que le vaya bien, porque tiene conocimiento. Lo mismo pasa en caso contrario.
Tampoco entiendo muy bien porque las SOCIMIs tipo la de Ismael Clemente, etc… que tienen a tios bien listos, tienen resultados dispares con lo que comentan los ponentes. Una razón puede ser que es cierto que la remuneración de la Socimi es alta, pero es un gap bastante grande.
Al final todo esto es un poco lo de siempre. Si compras bonos basura, aceptas que te están pagando más prima a cambio de más riesgo de impago, pero veo que esto cuesta más de ver en estos círculos que compran pisos baratos a PER 9 o menor. O lo mismo lo veo solo yo porque estoy sesgado, vaya.
En fin, que a mi cuando leo algo tipo “libre a los 30” y cosas así, no puedo evitar que me de bastante mal rollo, porque yo que me he dedicado toda mi vida al antiguo oficio del emprendimiento, conforme me van saliendo más canas, más soy consciente del riesgo que uno corrió sin darse mucha cuenta, en múltiples facetas, durante sus años mozos.
De lo de “ser libre” y todas estas cosas, escribo otro día, pues da para bastante.