El fabuloso arte de cobrar por nada

El fabuloso arte de cobrar por nada.
Una lectura ligera (espero) y sin grandes pretensiones.


Tras pasar estos días resolviendo una serie interminable de trámites que casi terminan con lo que me queda cordura al mas puro estilo Lovecraft, no se me va de la cabeza la idea absurda de que abogados, gestores, notarios y demás partes implicadas se han llevado un buen pellizco por, en gran medida, no hacer absolutamente nada. Espero sepan perdonarme pues es posible que alguno de ellos me esté leyendo en este momento y no quisiera perder su amistad (ni mis dineros).

A raíz de tal dispendio, me he propuesto pensar en negocios que “le cobran a uno por nada” e intentar clasificaros de alguna manera y así divertirme un rato haciendo estas tonterías, sin apenas ningún valor práctico, que tanto me gustan. Lógicamente esta clasificación es un tanto arbitraria, subjetiva y ciertamente incompleta pero amigos, no me han dado los dos hemisferios de mi pobre cerebro para algo más elaborado.


Escalón 1 o controvertido: este es el escalón de los terrenos difusos e incluyo en él las marcas a las que les suponemos más calidad que a otras y por tanto no está claro que realmente estemos “pagando por nada”. Por ejemplo, BMW es más caro que Kia y tendemos a justificar esto debido a las supuestas mayores calidades y prestaciones que ofrecen unos sobre otros. Luego, el punto está en si la diferencia técnica entre por ejemplo estos dos es tan sustancial como para justificar el precio que existe entre ambos y aquí cada uno pensamos distinto ¿verdad @jvas?.


También se podría justificar cierta prima por algo como “con el primero voy a ligar más que con el segundo” de modo que lo que realmente se “paga por nada” es el exceso sobre las primas de calidad más la prima por fardar. Difícil saber.


Escalón 2 o el “pero si es un bodrio”: podríamos considerar lo que ocurre en alimentación una especie de caso especial de lo que sucede en el escalón 1. Por ejemplo, la Coca-cola es más cara que la Cola-Dia y se le presupone un mejor sabor (aunque en una cata a ciegas nadie sepa diferenciarlas) por lo que cierto “pagar por nada” si parece existir. Pero quiero ir un paso más allá e intentar buscar negocios en los que el publico está dispuesto a pagar más por algo que, en principio, es de peor calidad y/o con peor sabor al de las alternativas disponibles (idea patrocinada por @arturop). Y aquí, y como no podría ser de otro modo, esta gente se lleva la corona.

¿Justifica el entono cool los precios impensables en otra cafetería de un café además de tercera división?


Escalón 3 o de desconocimiento: existen productos sobre los que hay una especie de doble desconocimiento. Por un lado, los consumidores del producto no tienen ni idea de lo que puede costar fabricar el producto. Por otro lado, el que paga muchas veces no es quien va utiliza el producto y realmente no sabe ni lo que está comprando. Un ejemplo lo tenemos en este mejunje:

No me pregunten a cuanto sale el litro que me mareo.
Es cierto que es un producto sofisticado y al que se le presupone una gran complejidad técnica (la hay) de cara a su elaboración (si solo un puñado de empresas es capaz de fabricar estas cosas de forma masiva será por algo). ¿Cuánto es este coste? Pues difícil saber y si le sumamos a ello que el científico que lo utiliza muchas veces no es quién lo paga, tenderá (el comprador) a simplemente pagar lo que le pidan. De modo que el precio nuevamente en parte está justificado y en parte puede ser el que a la empresa le de la gana.


Escalón 4 o de conocimiento (pero no me importa): aquí incluimos los productos en los que los costes son conocidos y el precio estratosférico respecto a ellos (y ello es conocido o incluso deseable). Típicamente esto se da en cualquier producto de lujo. Uno de los máximos exponentes podría ser un bolso de estos:


Nota: no incluí la foto de la chia por deleite personal (solo) es para decirles que mi mente es incapaz de procesar la relación existente entre musa (Jane Birkin) y producto (bolso Birkin). Soy un ignaro de la moda.

Bueno, el caso es que Hermès los fabrica de forma artesanal y bla, bla, bla por unos 500 euros y los vende (si se lo vende) por unas decenas de miles. Curiosamente algunos de segunda mano llegan a venderse en subastas por centenas de miles. ¿Está justificada la prima por fardar respecto a uno del Zara? Nuevamente cada uno sabrá.


Escalón 5 o de los inventos: cobrar por algo etéreo está genial ¿verdad? Aquí podemos incluir desde cualquier cosa del mundo real (como productos de las empresas anteriores) que se venda virtualmente en videojuegos o el ya no tan de moda metaverso (si es que eso existe algún día) o por ejemplo los tan manidos NTFs (mientras duren).

Pero hay algo aún más divertido que lo anterior y es cobrar por algo etéreo totalmente inventando y revestirlo luego con aires de seriedad al punto de convertirlo en un producto indispensable para muchos. ¿Cree que no existe algo así amigo inversor?

Lo interesante de estos negocios es que además de ser muy escalables, tienden a crear interesantes efectos de red con lo cual el que los inventa se forra básicamente por vender aire a medio mundo.


Esto es así de primeras lo que se me ocurre. Se animan ustedes a jugar un poco a este juego y traer más negocios de este tipo. Eso sí, sean amables y no me citen asesores de banca de inversión o colocadores de empresas de dudosa reputación en bolsa y cosas por el estilo que les conozco.

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Me ha gustado mucho la clasificación efectuada, realmente brillante. Creo que muchos de los artículos que podemos incluir en el escalón 4 son de los llamados de consumo suntuario. Y aquí me viene ahora a la memoria el caso de muchos vinos y licores, a menudo franceses, que cuestan auténticas barbaridades. Por ejemplo, algunos champagnes como éste


que se vende por internet a 685,67 euros .Me pregunto si el virtual comprador valora más el sabor único del vino o más bien la exclusividad del producto.

Escalón 2: ése es justamente el motivo por el que dicha marca no triunfa en España. De momento el factor postureo cede ante la baja calidad del producto.

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Por añadir una división muy pequeña sobre el total de VF Corporation (8% sobre las ventas aprox), Supreme es de esas empresas capaces de cobrar por unos pantalones feos casi 500€ y cosas por el estilo.

Si eres joven y no tienes una cosa de esas, en muchos lugares serías un pringado. Con todos los youtubers e influencers ahora vistiendo cosas de ese estilo, cada día las cobran más caras:

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La naturaleza de cualquier marca (menos la blanca) es cobrar más por nada. La publicidad es el arma para conseguirlo. ¿Qué es el margen sino esa nada que se cobra?
Lo triste es que en los pocos sitios donde no te cobran esa nada, parece que se vive aún peor.

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En el caso concreto de la Coca-Cola, a mi las imitaciones siempre me supieron a polo flas🤷

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¿Cobrar por nada?

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A mi también salvo hace unos años, ahora no lo sé, justamente la de Día.

Por otra parte, cuando se compra un producto envejecido (como el queso curado) o, además, almacenado durante mucho tiempo (como un vino caro) se paga el tiempo.

Si un comercio vacía un estante de vino económico cada dos días y uno de vino caro cada mes debe sacarle quince veces ese margen o lo reemplazará solo por el que deja más beneficio.

Respecto a marcas más lujosas que otras se paga el prestigio (como Mercedes frente a Ford), pero también un precio más alto para amortizar con menos unidades el capital invertido y, por último, que cada punto de refinamiento que se añade es mucho más caro de obtener que el grado anterior.

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@Bass, no es una critica a la gestión pasiva y a mí me parece una alternativa fabulosa.

Las “invenciones” de MSCI afectan a gestión pasiva y activa: una sigue a los indices y la otra se compara con ellos. Además de utilizar ambas otros servicios. Lo gracioso es que MSCI tiene más de 1.000 indices (y subiendo) así que desde el punto estrictamente de los indices y en bruto: unos lo harán mejor y otros peor que el S&P500 (que no deja de ser uno de tantos desde el punto de vista del catalogo disponible). Cualquier nueva tendencia, método de inversión, inclusión de mercados y/o país, o incluso activo financiero tenderá a tener varios indices asociados a ellos por eso digo que es cobrar por nada (bueno por no hacer nada y por inventarse cosas o aprovecharse de modas).


Lo interesante entonces podría ser: conocer cual es la relación de ese “lo que sobra” con los recursos necesarios para conseguirlo. Sumarle a esto las primas por la utilidad adicional que no proporciona esa marca vs otras y hacerse así una idea de cual es el “nada real” por el que pagamos que igual no es el mismo en Ferrari que en BMW.


Yo soy de los que pide Coca-Cola clásica (ni zero ni gaitas) porque ese es el sabor que me gusta de siempre, luego voy a otro país como Francia y no hay quien trague ese jarabe que te dan por lo que se supone es lo mismo y allí casi prefiero una cola Carrefour :rofl: :rofl:


Siempre he pensado que en vinos y similares cualquiera de nosotros encontrará gran diferencia entre un vino de euro y uno de 20 euros pero igual no tanta entre uno de 20 euros y uno de 2000 aunque posiblemente la cabeza nos diga otra cosa (pero solo si sabemos el precio de antemano :upside_down_face:).


Últimamente parece que cuanto más hortera mejor. Será que me hago viejo :rofl:.


Muy de acuerdo con lo que dice @Buso. Al final en muchos productos es puramente un tema de pagar por exclusividad con lo que ello implica para conseguirla.

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Amén aquí con esto @Buso . Hace tiempo @Helm puso un ejemplo muy bueno sobre la rotación de los activos y cómo un ROIC puede ser alto aunque el margen sobre ventas sea enano y viceversa.

Edito que lo encontré :point_down:t3:

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Divagando un poco sobre esto se me ha ocurrido pensar en: ¿qué pasa si un producto aumenta de valor con el tiempo y de segunda mano termina por ser más caro que nuevo? ¿Le interesa a la empresa no-vender y aumentar inventario? :rofl: :rofl: :rofl:
No digo más tonterías por hoy. Prometido.

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Montan un museo y cobran entrada:

Por cierto, nosotros en Patrimonio Nacional tenemos Mercedes-Benz G 4 W31 que el museo de Stuttgart no tiene.

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Estaba pensando en los de este museo:

image

Pero mi amor platónico siempre ha sido este:

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El precio de esta rareza puede alcanzar los 850.000 dólares, unos 650.000 euros [de 2012] que es mucho más de lo que cuestan hoy en día los 300 SL Gullwing. ¿Alguien da más?

¿De verdad se paga por nada? Después de solventar las necesidades si queda algo es para la emoción.

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Es una belleza. Lamentablemente creo que no me puedo permitir ni una rueda jaja

En vehículos clásicos más “mundanos” siempre me ha gustado el Volvo 1800 (mi padre llegó a tener uno pero lo tuvo que vender para casarse (como sin la venta yo no estaría aquí bien vendido está :sweat_smile:). Alguna vez he estado tentado de comprar uno pero o el precio es prohibitivo o están en estados lamentables.

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Se paga por algo pero creo que muchas veces hay un exceso y ahí si creo en parte se paga por nada.

Yo por lo que pagaría es por volver a los 20 aunque tuviera que ir en bicicleta jajaja

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…creo que esto viene a refrendar de alguna manera la teoría de la subjetividad del valor…ese “cobrar por nada” entra dentro del espacio de esa subjetividad donde se debaten el marketing, la publicidad y los estafadores irredentos…

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Queda perdonado.

Es normal. Normal que prime lo individual. Lo individual del quiero más. Quiero más y me tengo que enfocar en cuanto puedo sacar. Cuanto puedo sacar a cada cual. Cada cual con su interés y estatus. Yo no quiero el mismo café a un euro, que el de 10 me gusta más…

Misma casa, mismos gastos. Un pueblo, una ciudad, un paraíso terrenal. Un individuo diferente con diferente estatus coloquial. Diferente poder adquisitivo dispuestos a pagar. La avaricia está detrás. Corrientes y normas no escritas, que más da…si el animal está detrás.

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¿ Que le parece pagar solo en USA 30 000 millones de dolares por VITAMINAS que no sirven para nada ?

Well, in the most thorough meta-analysis to date, researchers from Kaiser-Permanente crunched the numbers from virtually every randomized trial of vitamin supplements in adults to conclude that, basically, they do nothing.

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La clave de este excelente hilo está en el primer párrafo:

Tras pasar estos días resolviendo una serie interminable de trámites que casi terminan con lo que me queda cordura al mas puro estilo Lovecraft, no se me va de la cabeza la idea absurda de que abogados, gestores, notarios y demás partes implicadas se han llevado un buen pellizco por, en gran medida, no hacer absolutamente nada. Espero sepan perdonarme pues es posible que alguno de ellos me esté leyendo en este momento y no quisiera perder su amistad (ni mis dineros).

La realidad es que el estatus, las sensaciones y las experiencias suponen algo que a todos en mayor o menor medida nos influye. Como animal social tenemos necesidad de señalizar y esos intangibles cubren esa necesidad.

Ahora los verdaderos maestros de la nada son los grandes optimizadores, protectores del bien común y guardianes de lo correcto. Esos que no conciben al hombre como un ser racional, capaz de asumir la responsabilidad de sus actos. De modo que crean un sinfín de normas, normas de normas y normas para evitar que se abuse de las normas de normas… Y esa maraña hay que gestionarla, actualizarla, controlara. Como resultado una parte cada vez más generosa de nosotros vive, trabaja y prospera gracias a la nada.

A fin de cuentas, ¿quién aguanta el sopor de una vida contemplativa?

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Un placer disfrutar de sus reflexiones.

Nunca he sentido especial predilección por intentar anticipar como se comportaría en un futuro una persona x o un grupo de persones y. Mi interés cambia cuando, en lugar de intentar actuar como futurólogo, la actuación se centra en un intento vano de historiador para ver que motivó a un conjunto importante de personas (o a alguna concreta) en tener hacer algo y no lo contrario.

Como dice Cioran, “paseo todos los defectos de los demás, y sin embargo todo lo que hacen me resulta inconcebible”.
Aunque tengo clarísimo, que lo que hacen los demás me influye muchísimo, no me ve con los elementos de juicio necesario para poder intuir en exceso la toma de decisiones de otros.

Lo cual como comentaba y, a toro pasado, uno no deja de asombrarse viendo como se tomaron determinadas decisiones. Uno de mis libros favoritos, Manías, Pánicos y Cracs, es precisamente un desfile de toda clase de personas tomando decisiones pésimas. Sin embargo, uno creo que erraría pensando que eran decisiones totalmente irracionales. En realidad eran decisiones que tenían su sentido en la coyuntura de ese momento. Otro tema es que esa coyuntura fuera insostenible y basada en cantos de sirena.

Entiendo que forma parte de su trabajo o de nuestra labor como inversores, pero a veces me parece un exceso de ego intelectual (que yo manifestaré por otros lados), pensarse que no es una labor de un riesgo importante, saber que uno será capaz de anticipar a 5/10 años vista, los gustos de una parte importante de los consumidores, o de predecir como se comportará la directiva de turno en su visión estratégica del negocio.

Nos suele engañar precisamente nuestra pretensión de racionalidad extrema pensando que sólo hay una alternativa posible cuando en realidad suele haber muchas más opciones, también con una lógica importante.

Si encima añadimos que la información de la que se dispone suele ser parcial, ya tenemos el caldo de cultivo ideal, para que la racionalidad lleve a multitud de escenarios posibles.
Es perfectamente compatible que uno piense que por ejemplo, en el plano teórico, que las guerras son una reliquia de hace muchos años donde el coste no compensa el posible beneficio, con que, en el plano práctico, no esté dispuesto a hacer según que tipo de concesiones. O siempre tenga esa sensación, que tanto gusta a analizar a los economistas conductuales, que ante un determinado trato, todos tienen la sensación que han perdido respecto a su oponente.

Por eso es tan fácil que al final todo el mundo recomendamos a los demás que asuman riesgos con los que nosotros nos sentimos cómodos, pero, la situación, el conocimiento o la experiencia de otros, igual recomienda asumirlos de otra forma significativamente distinta.

Al final , uno empieza viendo si determinadas decisiones de otros tienen mucho o poco sentido racional, y suele terminar viendo como muchas de las propias decisiones, se basan precisamente en unos gustos propios que tampoco responden a una premisa racional última sencilla. Y donde, por ejemplo caemos fácilmente en el error de confundir herramienta (ahorro) con objetivo (bienestar) tan habitual entre los que poblamos los foros de inversores.

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