En este foro conversamos mucho sobre cómo ganar, gastar, ahorrar e invertir nuestro dinero. Muchos de ustedes enseñan, y la mayor parte de nosotros aprendemos de ustedes. Yo no tengo mucho que enseñarles sobre gestión del dinero. Pero quizá sí puedo compartir algo útil con ustedes: la visión del dinero desde el estoicismo, que probablemente sea la corriente filosófica más extendida en nuestra comunidad.
Trato de practicar conscientemente el estoicismo como filosofía de vida desde hace casi una década y media. Y en este tiempo he aprendido que el estoicismo no tiene una visión monolítica o integrada sobre los temas importantes. Por eso, lo que viene a continuación es mi perspectiva adaptada a nuestros tiempos sobre cómo los estoicos clásicos veían el dinero. Estaré encantado de contrastar con ustedes esta perspectiva. Ahí voy:
No te permitas desear aquellas cosas materiales que son lugares comunes entre las masas, o aquellas que la publicidad o el marketing nos hacen creer que ‘necesitamos’. Tus verdaderas necesidades son pocas, y la mayor parte de ellas están bastante cubiertas si vives en una sociedad desarrollada.
Evita tu quiebra económica o la de tu familia por perseguir necesidades artificiales o tratando de conseguir posesiones triviales. La preocupación, y peor aún la obsesión, por adquirir mayor riqueza material de la necesaria tiende a provocar ansiedad, angustia, envidia, frustración y otros estados psicológicos negativos que te harán desgraciado.
Utilidad del dinero
El dinero tiene usos legítimos. No debes negarlos, ni caer en la presunción de mostrar tu (irreal) desprecio por él. El dinero es simplemente un bien instrumental. Su virtud radica en su utilidad, en el uso que le des.
Tenerlo o no tenerlo no te hace más sabio, ni más virtuoso, ni más admirable. No envidies a los que tienen más, ni te compadezcas de los que tienen menos. No puedes deducir nada sobre el carácter de nadie, sobre su integridad, sobre su valía o consideración por lo que refleje su cuenta bancaria.
¿En qué te basas para evitar al sin techo o al que no tiene un duro? ¿Cuáles eran las posesiones de Diógenes de Sinope? ¿Y las de Sócrates? ¿Dónde escondían sus riquezas Jesucristo, Buda, Francisco de Asís, Van Gogh, Marie Curie, Rosa Parks, Gandhi…? Gracias a todos ellos el mundo en el que vives es hoy un lugar mucho mejor.
Es el uso virtuoso del dinero lo que determina su valor. Es un uso virtuoso utilizarlo para conseguir bienestar para ti o para los demás . En ausencia de un uso sensato es mucho mejor utilizarlo para alimentar una hoguera.
Indiferencia o desprecio ante el dinero
El dinero no es algo que deba ser idolatrado, pero tampoco ignorado o despreciado. Aunque tú quizá sufras relativamente poco su escasez en un momento dado, no debes suponer que tus seres queridos son igualmente inmunes a las vicisitudes financieras. No des por sentado que los demás comparten tus valores y tu presunto desinterés ascético por el bienestar material.
El apego psicológico o emocional a cosas que no son necesarias para una vida satisfactoria es, te guste o no, bastante común en nuestros días. Si tus seres queridos fueran sabios no necesitarían ninguno de tus esfuerzos. Si fueras tú el sabio, tampoco necesitarías esforzarte demasiado. Acepta como es cada uno, sin pretender que sean como debieran ser. Recuerda que tú eres el primero que está lejos de ser como debieras ser.
Dinero y familia
Nunca permitas que disputas sobre el dinero siembren enemistad en tu familia o entre tus amigos. Si alguna de esas tensiones emerge, olvídate inmediatamente de cualquier argumento en el que hayas pensado sobre el tema.
No importa que tu argumento sea cierto o justo, o que tu pariente o amigo esté movido por la avaricia o la malicia. Si así fuera, ya tiene bastante con su autocastigo. Ha cometido el error de valorar más el dinero que la familia o la amistad. No lo cometas tú también .
No te degrades a ti mismo peleando contra tu familia o amistades por algo tan insignificante como una herencia o el control sobre una propiedad material. No puedes sentirte sin culpa si participas en una discusión tan vulgar e innoble que dañe a la familia o amistad. ¡Avergüénzate si llegas a caer tan bajo!
Dinero y carácter
Deja que los avaros, los codiciosos y todos los adoradores del dinero sufran su pesar enfermizo. Es parte de su destino. El ladrón sigue siendo ladrón tanto si es arrestado, juzgado y condenado por ello como si no. Esta es la esencia de la idea de Karma en la filosofía oriental.
El ladrón, el defraudador, el tramposo, el estafador pueden no recibir su merecido en términos de privación de libertad o de censura pública, pero no pueden escapar a sufrir el carácter que los retrata.
La economía no es más que el intercambio de dinero, de bienes y servicios, por todo el planeta, que se convierte en un enorme mercado. Y ello, en general, contribuye a aportar valor para la sociedad. Sin embargo, parte de ese dinero es movido por delincuentes. Es inevitable. Es naturaleza humana. Si no eres uno de ellos, el movimiento de dinero no te embrutece.
Las pérdidas de dinero
¿Has tenido alguna pérdida económica o algún incidente, incluidos estafa o engaño, que te ha hecho perder dinero? Sucede cada día. No es algo nuevo. Montones de personas pierden dinero regularmente; y muchas otras son estafadas. No está previsto que conserves tu dinero siempre , ante cualquier circunstancia.
Y cuando mueras (que sucederá más pronto que tarde), dejarás todo tu dinero atrás, aquí entre los vivos. ¿Te preocupa morir con unos cuantos euros menos? Si ello tiene hoy un impacto negativo en tu tranquilidad mental, en tu serenidad y bienestar, entonces tienes un problema mayor que el de la pérdida económica.
Si tu razonamiento es que es mejor dejar más dinero para tus herederos, entonces piensa bien si eso es lo que realmente necesitan, lo que más les conviene.
La obsesión por el dinero
No te degrades con la obsesión por el dinero. La pasión por el dinero está en la raíz de muchos males , y es una trampa que el virtuoso debe aprender a evitar. La riqueza no merece ser adorada. El impulso por acumular está conectado a la mezquindad, a la pequeñez de espíritu y a la ramplona obsesión por perseguir cada vez más control sobre lo material. Nada de ello constituye un objeto recomendable de tus motivaciones e intereses.
No tiene sentido que anheles tener nada de lo que no tienes, con la excepción de sabiduría. En lo que respecta al mundo material, te degradas a ti mismo si codicias cualquier cosa que no poseas.
Cuán débil e indigente puedes llegar a ser si te permites sufrir por ansiar cualquier baratija, una mayor cantidad de dinero de la que posees o cualquier lujo innecesario. Cuán dañina y desagradecida es la insistencia en querer tener más de lo que te ha sido otorgado.
Si vives en un país desarrollado, como sin duda lo es España, la mayor parte de las cosas que necesitas se te han facilitado en abundancia. Deberías avergonzarte de anhelar más de lo que tienes. Y deberías sentirte aún más avergonzado por no apreciar todo lo que no necesitas, ni valorar todo lo que se te ha dado sin ganarlo.
¿Quieres obtener más riqueza? Eso está bien siempre que sea instrumental para algo, no un fin en sí mismo. Siempre que sirva para generar mayor bienestar. Y siempre que tus deseos estén guiados por el dictado de la razón.
Porque en el momento que empieces a culpar a alguien o a algo por tu propia debilidad e insuficiencia acabarás por convertirte en un lastre para los tuyos, para la sociedad, en una plaga para el planeta. Si llegara ese momento, deja de quejarte lo antes posible y ponte a trabajar.