RESUMEN Y COMENTARIOS SOBRE “LOS CUATRO PILARES DE LA INVERSIÓN”-12
Los próximos comentarios/resúmenes tratarán sobre los pasos que WIBE considera necesarios plantearse para configurar una cartera.
Primer paso: decidir el porcentaje de activos de riesgo y no riesgo que configurarán nuestra cartera y que determinará el comportamiento de la misma.
Para él hay dos tipos de activos financieros: los que procuran altos beneficios y suponen elevados riesgos, y los que dan pocos beneficios y no conllevan apenas riesgos.
Según él los únicos activos verdaderamente sin riesgos son los instrumentos de deuda de alta calidad a corto plazo: los bonos y letras del Tesoro y los bonos corporativos de alta calidad a corto plazo, entre otros. Para que un activo se considere sin riesgo, su vencimiento debe ser inferior a cinco años, de forma que su valor no se vea afectado indebidamente por la inflación y las tasas de interés. Por ello deshecha los bonos de larga duración ya que son títulos muy volátiles, extremadamente vulnerables a los estragos que causa la inflación y tienen una baja rentabilidad a largo plazo.
Destaca el error en el que caen muchos inversores que se plantean de manera prioritaria decidir el porcentaje de rentabilidad que necesitan para sufragar su estilo de vida y sus intereses culturales durante su jubilación o para sus metas inmobiliarias, sin valorar antes su tolerancia al riesgo, lo cual a su vez determinará el equilibrio general entre acciones y bonos o letra a corto plazo. Si el riesgo de sus carteras excede a la tolerancia a las pérdidas, existe una alta probabilidad de que se abandonen los planes hechos cuando las cosas se pongan feas.
Si se ha ahorrado una gran cantidad de dinero para la jubilación y no se tienen grandes pretensiones financieras, quizás sólo se precise una baja rentabilidad para satisfacer las necesidades financieras actuales, con lo que no tendría mucho sentido apostar por una combinación de alto riesgo/rentabilidad, más allá de la tolerancia al riesgo de cada cual. Además de que hay otro factor a considerar y es la probabilidad de que la rentabilidad de las acciones sea inferior en el futuro de lo que fue en el pasado, con lo que no tiene sentido asumir un riesgo alto en una cartera compuesta sólo de acciones.
Finalmente, recuerda que no es lo mismo la teoría que la práctica. La probabilidad de perder un 30-40% del capital en un momento dado, nos plantea la incertidumbre de cómo se va a reaccionar en realidad.
Si no se está seguro de cómo obrar al principio, es mejor empezar con un porcentaje relativamente pequeño de acciones e ir evolucionando a medida que uno se forma como inversor y va ampliando conocimientos. Incluso los jóvenes inversores que tienen a su favor decenas de años para ir maquillando las pérdidas, también tienen más tiempo para ir huyendo del mercado bursátil si se salen de mismo ante las pérdidas, con lo que tampoco podrían maquillarlas.
La conclusión que saco es que en base a la situación personal de cada uno y la tolerancia al riesgo, que por otra parte tampoco se sabrá de verdad hasta que uno no se meta en harina y adquiera unos conocimientos básicos del mercado y de los activos en los que invierta, se podrá decidir en qué se invierte, cuánto y durante cuánto tiempo. Con los objetivos de rentabilidad hay que ser realistas y no plantearse grandes expectativas arrastrados por los cantos de sirena propagados a los cuatro vientos por los medios de comunicación de masas y las plataformas digitales que irrumpen en nuestra vida diaria con la más absoluta impunidad.