RESUMEN Y COMENTARIOS SOBRE “LOS CUATRO PILARES DE LA INVERSIÓN”-11
En el capítulo 4º, WB desarrolla en cuatro pasos su teoría de cómo construir la perfecta cartera de inversiones. De entrada parte de este planteamiento general:
Ya desde 1980, un tal Gary Brinson, pretendió demostrar que más del 90% de la variación de la rentabilidad de las inversiones se debe a la asignación de activos y menos del 10% a la predicción y selección de acciones. Numerosos profesionales y académicos en la materia han intentado rebatir este planteamiento. Sin embargo hay un aspecto que no admite discusión, nadie por sí solo puede controlar los resultados derivados de la selección de acciones y en cambio la asignación de activos es el único factor sobre el que nosotros, humildes y sufridos inversores, podemos ejercer alguna influencia. En otras palabras, dado que no se puede predecir con éxito el mercado ni seleccionar acciones individuales sobre las que se puedan controlar los resultados derivados, la asignación de activos debe ser el foco central de la estrategia de inversión, porque es el único factor que afecta al riesgo de inversión y a la rentabilidad que podemos controlar. Esto me lleva a pensar en que lo prioritario no es centrarse en el viejo debate de si invertir en fondos o acciones, sino en la asignación de activos, según las circunstancias personales y la forma de ser y pensar de cada inversor.
Otro planteamiento que sostiene es que no se puede saber qué carteras de inversión rendirán mejor en el futuro ya que equivaldría a predecir los movimientos del mercado, algo que es imposible de realizar. Esto me lleva a pensar en las ofertas de distintos tipos de carteras que ofertan diferentes bancos o entidades comerciales para según qué perfil del riesgo del inversor.
Un planteamiento fundamental para mi es el que plantea acerca de considerar todos los activos financieros (planes de jubilación, cuentas corrientes, depósitos, fondos, acciones, el capital destinado a la compra de una vivienda o al pago de los estudios de los hijos) como una única cartera.
Finalmente, es clave ignorar el rendimiento relativo año a año de las clases de activos individuales y pensar que lo importante es el comportamiento a largo plazo de la cartera, no la variación del día a día.
A partir de estos planteamientos, WB desarrolla su teoría de la construcción de una cartera en cuatro pasos:
1-Selección de activos arriesgados y sin menos arriesgados.
2-Definir la diversificación global de las acciones: nacionales y extranjeras.
3-Definir el tamaño y valor de las acciones.
4-Definir los sectores.
En mi caso, me doy cuenta que de una manera u otra he seguido estos pasos sin saberlo o de manera no muy sistemática, basándome en un principio que considero lógico en la inversión: la diversificación, pero me alegra comprobar que no estoy muy alejado de un pensamiento que considero acertado.