RESUMEN Y COMENTARIOS SOBRE “LOS CUATRO PILARES DE LA INVERSIÓN”-5
Sobre la rentabilidad de los bonos y de las acciones a lo largo de la historia me quedo con las siguientes ideas generales, previamente hay que dejar claro la diferencia que existe entre los bonos y las acciones.
Un bono es simplemente un préstamo. A menudo los bonos tienen unas ventajas marcadamente limitadas: lo mejor que se puede hacer es cobrar los pagos de intereses y capital principal a su vencimiento. Por el contra, una acción representa una reclamación de pago sobre todas las ganancias futuras de la empresa, y como tal, sus posibilidades y ventajas son potencialmente ilimitadas.
-La principal diferencia entre las acciones y los bonos se revela durante los períodos de inflación. Dado que los pagos de los bonos son fijos, su valor sufre durante las épocas inflacionarias y este puede llegar a quedarse sin ningún valor si la inflación es muy severa. Asimismo, las acciones también se ven perjudicadas por la inflación, pero como quiera que una empresa puede aumentar el precio de los artículos y servicios que produce, sus ganancias y, por ende, su valor, pueden aumentar al mismo tiempo que lo hace la inflación. Por lo que habría que preguntarse: ¿Qué tiene más riesgo, invertir en bonos o en acciones?
-El patrón de la rentabilidad anual de las acciones es casi totalmente aleatorio e impredecible. Los beneficios del último año, o de los últimos cinco años, no dan ningún indicio de la rentabilidad del próximo año, se trata de lo que en la terminología de las finanzas se denomina un “paseo aleatorio”. Nadie puede predecir adónde se encaminará el mercado mañana o el próximo año y hay que esperar al menos uno, o quizá dos, mercados bajistas muy severos durante el periplo inversor. Esto lo explica muy bien, a mi parecer, Hugo Ferrer en este artículo publicado en INBESTIA titulado: “En bolsa casi siempre se está perdiendo. El problema es no entenderlo”: https://inbestia.com/analisis/en-bolsa-casi-siempre-se-esta-perdiendo-el-problema-es-no-entenderlo. Lo que también me lleva a reflexionar sobre el concepto de “largo plazo” que no debe entenderse como un lapso de tiempo concreto: tres, cinco, diez años, sino invertir con una actitud empresarial que te puede llevar toda la vida.
-A la larga, los bonos son al menos una inversión tan arriesgada como las acciones. Ello es debido a que los beneficios de las acciones siguen un proceso de “reversión a la media”, o sea, que una serie de años malos es probable que vaya seguida de un período más positivo, que contribuya a compensar el daño ocasionado. Desgraciadamente, es proceso es un arma de doble filo. De modo que, de igual manera, a una serie de años con buenos resultados financieros probablemente le seguirá un período de improductivo, puesto que los inversores habrán aprendido, muy a pesar suyo, de lo sucedido en los últimos años. Esto me lleva a reflexionar sobre la relación que existe entre las bajas rentabilidades de los bonos en los últimos años, debido principalmente a la actuación de los bancos centrales y el traspaso de capital procedente del ahorro “improductivo” hacia la inversión en acciones empujado por el período alcista que se está experimentando en los últimos años. ¿Qué pasará cuando se produzca la reversión a la media? Creo que este concepto es clave es muchos aspectos de la vida y por supuesto en el campo de la psicología financiera. En este artículo se explica perfectamente: http://www.futuroafondo.com/es/educacion-financiera/que-es-reversion-media sobre todo a partir de la segunda parte.
-Un examen histórico de la rentabilidad de las acciones muestra que el mercado puede tener un rendimiento muy pobre durante períodos tan prolongados como quince o veinte años. Resulta sencillo en períodos alcistas convencerse a uno mismo de que seremos capaces de mantener el rumbo, incluso durante los períodos de máximas dificultades. Pero hacerlo en realidad es un asunto totalmente distinto. Analizar los beneficios históricos e imaginar pérdidas del 50 al 80% del capital es como practicar u accidente de avión en un simulacro. Existe una abismal diferencia entre la conducta en el simulador y el comportamiento que se adoptará en la vida real. Durante los mercados alcistas, todo el mundo cree que está obligado a invertir en acciones a largo plazo y luego cuando vienen mal dadas, la mayoría de inversores simplemente no son capaces de resistir las vicisitudes de una estrategia de inversión enfocada exclusivamente en las acciones. Mi reflexión: ¿Unas pérdidas del 50 al 80%? ¿Y si fueran del 10 al 20%?, por ejemplo. Hay que tener claro por qué se invierte y cuánto tenemos necesidad de invertir, a mi modo de ver más importante que en qué se invierte y cuánto se quiere ganar.
Nota: Siguiendo los consejos del autor, antes de pasar al segundo capítulo, voy a repasar y profundizar todo otra vez.