Decepcionado con con comportamiento del oro en mi cartera

Lamentablemente no puedo ayudar porque como he indicado antes, pienso que es imposible. Me temo que la impresora de los bancos centrales es utilizada sin que sepamos cómo y cuánto la hacen funcionar. No nos lo van a decir.

Personalmente, para hacerme una idea de la tendencia inflacionaria me gusta echar un ojo de vez en cuando a la relación del oro con respecto al bono gubernamental de largo plazo. Cuando la inflación se dispara el precio del primero tiende a subir sensiblemente y el del segundo a bajar, y la gráfica resultante de esa relación toma un aspecto muy ascendente. Pero no sirve para tener un ratio, sino para obtener una perspectiva.

Si no hay grandes cambios, una media que suavice los vaivenes no tomará una tendencia clara, como ha ocurrido desde hace tres años:

Siento no satisfacer la petición, aunque espero le haya servido como curiosidad.

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El oro puede perder más de un 10% en los próximos 3 años, ¿ha pensado en esa posibilidad?

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Sinceramente no valoro esa situación, le agradezco que me haya hecho reflexiona en cualquier caso.

  • compras masivas de oro por parte de los estados en los últimos 10 años.
  • repatriación del oro alemán en EEUU ( ahora envían uno de menor calidad al que los alemanes depositaron)
  • Lo que he visto a pie de calle:
  1. burbuja de inmobiliarias para colocar activos que se iban a depreciar fuertemente. 2004-2007
  2. burbuja de compro- oro para … pues para depreciarlo lo dudo.

Al final es una linea de puntos, sólo tienes que unirlos y alejarte del ruido.

“por definición” y “pensando en que el mercado es eficiente”, la inflación esperada (risas) debería venir por el spread entre los TIPS y los bonos de la misma calificación y con el mismo vencimiento ¿no?

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El problema que le veo al oro es si el mercado de oro “papel” (derivados y depósitos con reserva fraccionaria en oro) no habrá acabado con el papel del precio del oro como seguro contra la inflación.

Me explico, si solo existiera oro físico el precio del oro reflejaría la realidad entre su oferta y su demanda. Si la masa monetaria aumenta por encima del stock de oro año tras año esto se acabaría reflejando en una subida del precio del oro, suponiendo que no cambiara nada mas.

Pero desde el momento en que la mayor parte de la gente que compra oro no compra oro físico, si no que compra un activo financiero con el oro como subyacente, la oferta de oro es varias veces el stock físico de oro.

Conociendo la mania que le tienen los estados al oro: hace que todo el mundo vea la inflación, impide que los estados se endeuden tanto como quieren, limita el papel de prestamista de ultimo recurso del Banco Central (el BC puede imprimir billetes, pero no puede crear oro), etc. Podemos decir que los bancos centrales y los estados quieren un precio del oro controlado, artificialmente bajo y con el oro “papel” es fácil lograrlo.

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Ahora que se ha animado @CharlesLogan con un artículo de Aryzta ARYZTA: MI VERDAD (por Charles Logan) , aprovecho para referenciar un artículo del mismo autor en el Confidencial hablando sobre el oro https://blogs.elconfidencial.com/economia/postales-de-inversion/2012-09-25/the-ecstasy-of-gold_707521/

Lo que creo más destacable sobre el artículo es que está escrito cerca del pico que hizo el oro justo en 2012. Resulta destacable en mi opinión ver como el precio del oro contiene un montón de espectativas ya reflejadas en su precio y que a veces, incluso acertando parcialmente las espectativas, si el escenario sólo se cumple a medias, puede ser que el oro caiga, simplemente por descontar un escenario excesivamente favorable para su buen desempeño.

Supongo que lo mismo puede decirse a la inversa. Pero lo que resulta complicado es saber, dada la volatilidad en que parte del péndulo se está, y pretender adivinarlo creo que resulta de lo más arriesgado.

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En ese caso pienso que estaríamos en las mismas porque el factor variable de los TIPS está basado en el IPC, no en la impresión de dinero.

Bueno, pero según lo veo yo la idea es que una cosa lleva a la otra ¿no? Porque si la “impresión de dinero” no provoca un aumento en el IPC, que es lo que determina nuestro poder adquisitivo, pues realmente nos da igual que impriman todo el dinero que quieran. Al final el tema es que hace falta también que aparezca la velocidad de la famosa ecuación. Alguien me puede decir que igual aparece de golpe y tal, pero bueno en ese caso se reflejará también en esa horquilla…

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En mi opinión el IPC es un ratio poco exacto del peligro inflacionario real de la impresión de dinero, la devaluación de la moneda.

Me gusta cómo lo describe Peter Schiff:

Cuando la inyección de liquidez entra en modo “os vais a cargar”, pienso que hay pocas cosas en el mundo como el oro para protegerse de tal evento inesperado.

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Bueno, aquí ya entramos en el terreno de la política, filosofía vital, futurología, no se. Pero vamos, que aún concediéndole que el IPC subestime la inflación real (todos recordamos del cortado que pasó de 100 pts a 1 euro), creo que es una base sobre la que empezar, e igual normalizándolo el IPC está relacionado linealmente con la inflación real. Pero vamos que estoy dispuesto a escuchar propuestas de métricas alternativas :slight_smile:

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De acuerdo con usted en esto. No disponemos de un ratio público mejor.

Ya he reconocido en este hilo que me parece imposible, así que no puedo ayudar. Ya me gustaría.

Como he comentado también, mi herramienta preferida de estimación de tendencia inflaconista es la relación entre el oro y el bono gubernamental AAA de largo plazo.

Aunque lo que dice puede tener bastante sentido, creo que jugar a lo que va a hacer la macro no es alejarse del ruido, sino estar en él. El mercado puede comportarse de forma totalmente irracional durante el suficiente tiempo como para desplumar a uno y que no se cumplan las apuestas.

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John Cochrane, de todo menos sospechoso de keynesiano, en el WSJ:

"This policy is new and controversial. However, many arguments against it are based on fallacies. People forget that when the Fed creates a dollar of reserves, it buys a dollar of Treasurys or government-guaranteed mortgage-backed securities. A bank gives the Fed a $1 Treasury, the Fed flips a switch and increases the bank’s reserve account by $1. From this simple fact, it follows that:

• Reserves that pay market interest are not inflationary. Period. Now that banks have trillions more reserves than they need to satisfy regulations or service their deposits, banks don’t care if they hold another dollar of interest-paying reserves or another dollar of Treasurys. They are perfect substitutes at the margin. Exchanging red M&Ms for green M&Ms does not help your diet. Commenters have seen the astonishing rise in reserves—from $50 billion in 2007 to $2.7 trillion today—and warned of hyperinflation to come. This is simply wrong as long as reserves pay market interest."

El artículo para los que tengan acceso:

Vuelvo a recomendar el Where does money come from? para entender de verdad, y sin prejuicios políticos, el sistema monetario:

https://www.amazon.es/dp/1521043892/ref=cm_sw_r_tw_dp_U_x_Jvv9Bb9Q36ZR5

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Reiteradamente nos dicen que estemos tranquilos porque, en efecto, la impresión de dinero no ha provocado inflación, ya que la misma está sobre el 1,5-2,5%. Lo que no nos dicen es que probablemente, sin imprimir, los precios hubiesen caído en porcentajes relevantes durante bastantes años porque había muchas cosas que habían subido demasiado previamente y, sin embargo, después no se han ajustado o lo han hecho ligeramente. Esa es para mí la “inflación” que han provocado y que no tiene por qué ser positiva.

Al final, ése y no otro es el motivo por el que la vida de muchas personas ha empeorado, ya que sus salarios han caído y lo que compran sigue al mismo precio o por encima. Pero es que ahora pagan los efectos del “impuesto silencioso” que es la inflación.

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En el libro “Código rojo” de Jonathan Tepper y John Mauldin, daban una interpretación interesante del precio del oro desde 1971, año en que se abandonó la convertibilidad de dólares en oro a un precio fijo para los bancos centrales.

Según la paradoja de Gibson, el precio del oro depende más de los tipos de interés reales que de la inflación. La relación sería la siguiente:

  • Los inversores esperan un 2% real en deuda del estado
  • Por cada punto porcentual inferior al 2% real el oro aumenta el 8% al año

Por ejemplo: con tasas reales del 4%, tenemos 2-4% = -2%, -2% x 8 = -16% al año en el precio del oro. Por supuesto no se cumple año a año, pero sí parece que el promedio encaja.

Para mi una correlación que no tiene una explicación no vale nada, como en el famoso ejemplo del SP500 y el precio de la mantequilla. Pero en este caso si puede tener sentido, ahí lo dejo.

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En efecto, es realmente complicado medir la inflación real de una forma eficaz, puesto que no todo sube de precio en la misma intensidad y, además, hay bienes que deben valer menos puesto que se deterioran y otros nuevos cuyo precio es inferior cada vez por el avance tecnológico.

Una buena forma de medir la inflación real es con los bienes que se deterioran. A principios de los años 80, un turismo con 5-6 años tenía un precio de venta superior al de compra. Sin embargo, en ese periodo de tiempo había perdido el 45-55% de su valor, como debe ser. El diferencial era la inflación real que había en España en el periodo, de forma aproximada.

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Kindleberger advierte que los peligros de sacar cuando no toca la máquina de fabricar billetes no nos deberían hacer olvidar los peligros de no sacarla cuando es necesario sacarla.

Vamos que tan peligroso puede resultar un exceso de inflación o una burbuja crediticia, como un espiral deflacionario o el exceso de falta de crédito.

Igual si uno tiene un millón de euros considera que es injusto que la inflación le impida vivir de rentas a menos que invierta en renta variable asumiendo volatilidad. Pero debería ser capaz de ver que de poco le serviría su dinero, o necesitaría bastante más de lo que cree de entrada, si la situación se degradara lo suficiente para que los servicios públicos dejaran de existir. Y no me estoy refiriendo sólo a sanidad o educación, sinó a seguridad.

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Este argumento por muy académico que sea a mí me sigue recordando al de la mafia:
Deja que te robemos vía inflación porque si no te tendremos que robar por lo criminal.

Los que caen en la falacia de la espiral deflacionaria se olvidan de que la gente no quiere tener dinero porque sí sino que lo tendrá en la medida en que pueda satisfacer sus necesidades presentes y futuras. Si no gastando hoy puedo ganar más mañana lo haré siempre y cuando no tenga otras necesidades que satisfacer más urgentes que la de ganar dinero en el futuro. Pero llega un momento en el que tal como no se puede gastar indefinidamente, no se puede ahorrar indefinidamente y, máxime en el caso del oro donde el aumento del precio de la moneda incentiva su extracción, volvemos a la inflación.
Los que quieren mantener inflación perenne son los deudores y da la casualidad que los mayores deudores en cualquier país suelen ser su administración (Estado) que a la vez tienen una gran capacidad para manipular la moneda.
A mi me parece bastante obvio que de las universidades públicas salgan tantos defensores de un modelo monetario inflacionista.

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La inflación es un impuesto, y como todos los impuestos para satisfacer mayor gasto público se pueden justificar de muchas formas, de eso no cabe duda. Sin embargo, el problema real de la población es un problema de cultura financiera y me explico:

El estado normal de una economía es el deflacionaro, debido a que el aumento de la productividad y las nuevas innovaciones tecnológicas permiten fabricar productos de forma más barata. Hoy, por ejemplo, un turismo es mucho más barato que hace 50 años, por ese motivo en España circulan millones de ellos y en aquéllos tiempos poca gente se podía permitir tener un coche y eso que aquélla “maravilla” era un 600.

Por mucho que nos quieran lavar el cerebro, nadie sufre ni llora por comprar una TV y una cantidad innumerable de bienes cada vez más baratos. Eso es una falacia extendida por aquéllos a los que la inflación llena los bolsillos. Se dice que la deflación frena la inversión al pensar que mañana podré invertir a mejor precio, por eso, a quieres dirigen la política económica no se les ocurre otra cosa que tomarnos como niños pequeños intentando a toda costa que nos creamos que, por tener más euros en el bolsillo de los que hemos invertido, es que hemos tenido beneficios.

Hay que reconocer, no obstante, que de momento tienen la batalla ganada debido al desinterés general en aprender conceptos económicos básicos por parte de la población. Un ejemplo:
Es muy habitual en la actualidad, con una inflación del 2%, quejarse amargamente de “que en el banco no me pagan nada” cuando la pérdida de poder adquisitivo es muy reducida. A principios de los 80, los plazos fijos de los bancos abonaban un 12% y mucha de esa gente decía que podía vivir de las rentas, todo ello con una inflación de un 18-20%. La pérdida de poder adquisitivo era enorme, mucho mayor que ahora y, sin embargo, mucha gente pensaba que estaba haciendo un negocio.

Lo dicho, la inflación es el mejor impuesto de todos para el estado: Sacan a los ciudadanos los euros del bolsillo mientras piensan que cada vez tienen más dinero.

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Recientemente he leído el libro de Paramés (muy bueno por cierto) y según lo que el ha estudiado de la escuela austriaca la economía por su naturaleza (rebajar costes y eficiencia) es deflacionaria.