Hola. Mi opinión, y es totalmente subjetiva y sujeta a mis propias circunstancias, es que Cobas no tiene que revisar su política de inversión si no que quizá debiera revisar su política de comunicación. Y digo esto porque una adecuada comunicación es una gran fuente de conocimiento, necesario para caminar por los largos meses en los que las rentabilidades son negativas mientras que el mercado, en general, sube. Para mí es el driver que nos tiene que hacer tomar decisiones por acto de conocimiento, sin embargo sus cartas creo que empujan más a movernos por acto de fé.
Me explico.
Me parece estupendo hablar de la diferencia histórica entre el value y el growth, me parece fenomenal hablar que estamos ante una cartera excepcional, de negocios maravillosos, con ROCEs altos, con familias al mando, con skin in the game, etc. Y entre líneas, lo que a veces nos quedamos es “mi fondo invierte en buenos negocios, de calidad, con management que se la juega con nosotros y que cotizan a un determinado descuento”. Y tendemos a pensar en lo sencillo que es esto y que la cotización subirá de manera lineal y muy ordenadita para hacernos ganar dinero. Ah, “y somos contrarian”.
Pero lo cierto es que ser contrarian significa comprar turnarounds que tienen sus riesgos, compañías cuyo apalancamiento financiero pueden hacer disparar su TIR pero que pueden pasarlas canutas si los flujos de caja no son los esperados, sectores cíclicos en su momento de pánico, compañías donde el management puede ser algo pirata pero aún así ganamos una buena pasta, empresas pequeñas con poca liquidez y por tanto que cuesta más de lo normal que la cotización refleje su valor, empresas en mercados problemáticos como el actual brexit, compañias de materias primas y utilities sin un claro diferencial… y así sucesivamente.
Y lo mejor es que a mí me parece bien. Pago las comisiones que pago para que me inviertan el dinero en TK, Aryzta, Dixons, materias primas, etc. porque para comprar Disney y Jonhson&Johnson pues puedo hacerlo yo. Y creo que ese es un tema, si nos presentaran una carta de 20 folios din-a4 negro sobre blanco y sin sandías ni florituras donde hablar de todo ello de manera más profunda creo que, si bien perdería parte de partícipes que pensarían “jolín, eso ya no me gusta tanto que aquí las pueden repartir como panes”, ganaría una credibilidad de hacer lo que verdaderamente dijo que iba a hacer, que no es otra cosa que ser value y contrarian. Que puede gustarnos más o no, pero es legítimo.
Y la mayoría de sus partícipes se moverían por actos de conocimiento y no por actos de fe.
No sé, así lo veo yo.
Un saludo.