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Me da la misma risa que cuando alguna administración dice que hará el próximo Amazon y pagan a algún amigo una burrada por una simple tienda online. Lo triste es que es con el dineral que me quitan cada mes :melting_face:

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Es difícil sobrevivir en las redes sociales sin recordar al gran Pedro Vera y su elogio de la ranciedad :laughing:

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Muy buen artículo:

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La enésima muestra de cómo el “libre mercado” es una ideología amparada y patrocinada por el hegemón del momento con el objetivo mantener el statu quo vigente.

En el momento en que aparece un serio competidor que amenaza con destronar al rey, emerge el viejo (que no obsoleto) y confiable intervencionismo de la realpolitik para volver a poner las cosas en su lugar. Obviamente bajo el rótulo de “la defensa de la seguridad nacional”. Aquí el cacareado ultradarwinismo de mercado deja su sitio al mecer tranquilizante de papá Estado.

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Bajo la justificación de “la seguridad nacional” un gobierno puede hacer lo que quiera. Y si no por la “guerra contra el terrorismo”. Y si no basta con apelar al nacionalismo y ya tienes al pueblo dispuesto a apoyar cualquier medida.

Y que conste que tik-tok me parece una aplicación bastante perjudicial para la salud mental y física del que la usa. No hay más que ver al alguien usándola para apreciar todos los patrones de un adicto a las drogas.

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Y es entendible. La dialéctica entre Estados es el motor de la política. La finalidad de un Estado es perseverar en el tiempo e imponerse sobre otros Estados. Mi crítica no va en contra de los Estados Unidos, que en este caso hace lo que tiene que hacer para seguir siendo el hegemón. Cuando interesa, abre su mercado, cuando no, lo protege.
Mi crítica se dirige más bien hacia aquellos ingenuos que se han creído que defender la libertad de mercado y de comercio es estar situados en la neutralidad política, cuando ambas ideas no son más que herramientas prácticas de la política económica equivalentes en este sentido a la del proteccionismo. Son un mismo momento de distintos escenarios.

Mi crítica tampoco es hacia la apertura de mercados como táctica politicoeconómica, sino hacia su utilización ideológica como estrategia de dominación. Se hace pasar una herramienta empleada para una coyuntura productiva específica como una verdad atemporal y ahistórica. El objetivo es, en palabras del economista coreano Ha-Joon Chang, pegarle una patada a la escalera una vez ya estás arriba. La escalera son las políticas económicas pragmáticas (protección de las industrias en etapa “infantil”, aranceles e impuestos, financiación estatal para el desarrollo de nuevos proyectos, etc.) que permitieron el desarrollo de aquellos países que ahora promueven la ideología del libre mercado como la única herramienta que permitiría presuntamente el desarrollo económico de los países subdesarrollados y en vías de desarrollo.

El libertario no se eleva por encima de los simples mortales y de su política, ni tampoco sus ideas han superado las ideologías. Sus postulados son tan mundanos e ideológicos como cualquier otro postulado político y económico. Que crea que no está tomando partido no le hace menos peligroso, únicamente más ingenuo y susceptible de ser manipulado.

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Artículo que por repetirse no deja de ser importante para los que empiezan, como fue mi caso hace unos años.

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La ingenuidad, como otras actitudes, igual hay que verla en conjunto con otras, y no sólo como causa sino también como consecuencia.

Se suele ser muy ingenuo cuando uno suspende su juicio crítico sobre sus propios planteamientos y olvida meter en la ecuación los posibles riesgos. Sin embargo no llamaría ser ingenuo simplemente a cuando uno decide anteponer ciertos aspectos que cree que le benefician y luego articula el resto del discurso para justificarse.

Cuando uno razona con una persona que parece muy sensible a ciertos argumentos y llevarlos al extremo, a veces basta con buscar alguna situación donde dicho argumento le perjudica claramente y ver hasta que punto mantiene su misma argumentación. Normalmente en estos casos, sea un supuesto defensor de la libertad, de la igualdad o cualquier otra cosa, ya hay más tendencia a salirse por la tangente e irse a las incongruencias de otras posturas, pero sin querer entrar a fondo en la propia incongruencia.

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Se ha levantado Talebiano Vd. hoy por lo que veo. Tenga cuidado que levanta pasiones esto del skin in the game.

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Yo a esos los llamaría cínicos. Están los genuinamente convencidos, los que yo llamo ingenuos, y luego están los conscientes de que sus postulados tienen fines partidistas, pero que tratan de convencer a los demás de que no lo son. Ambos emplean el mismo argumentario pero sus intenciones son distintas. La diferencia entre ambos, a mi juicio, es que mientras el cínico es capaz de estructurar un plan y prever las consecuencias de sus actos (aunque luego no se cumplan), el ingenuo está completamente perdido sobre las consecuencias reales a las que llevan sus postulados. En este sentido la racionalidad del primero se impone sobre la inocencia del segundo. Por eso considero en muchas ocasiones más peligroso al ingenuo que al cínico. Porque el cínico, al proyectar las posibles consecuencias de sus actos, es capaz de cambiar de estrategia si esta no funciona o acaba por revelarse demasiado radical, tanto que acabaría por afectarle. Pero el ingenuo no. Está tan convencido de que sus postulados son infalibles, pero a la vez tan ciego de las consecuencias, que los llevará hasta las últimas consecuencias. Aunque con ellos el mundo acabe en llamas. Esa es en gran medida la finalidad de la propaganda como táctica política e ideológica: convencer a quién la escucha de que el argumento presenta una suerte de realidad imparcial.

En resumen, lo que quiero decir es que en política, y por lo tanto en economía-política, y en cualquier tema que atañe la realidad social, siempre estamos tomando partido, ya sea por acción u por omisión. Y si una persona cree que no está tomando partido es que hay otra persona o grupo que lo está haciendo por ella.

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Lo que escribe certeramente me sugiere una gran influencia de esa gran obra de la filosofía contemporánea Las leyes fundamentales de la estupidez humana. Imprescindible lectura para todo aquel que se quiera desenvolver con algo de criterio en la sociedad humana.

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Los estupidos son mucho mas peligrosos y dañinos que los malvados. Ya que los malvados hacen daño a otro pero se benefician a si mismos. Los estupidos dañan al otro y a si mismos.

Gran teoria.

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En teoría sí. Pero en la práctica no lo veo tan claro, El malvado tiene como objetivo beneficiarse a si mismo, perjudicando a otros. Pero el resultado de sus acciones no necesariamente llevarán a ese resultado. De hecho en no pocas ocasiones suele menospreciar el riesgo de que termine saliendo también perjudicado cuando intenta este tipo de acciones.

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Creo que mas que gente malvada, hay algunos que quieren cumplir sus objetivos, de tal manera que necesariamente perjudican a otros. Hay mas acciones malvadas que tipos malvados. Y es cierto que pueden acabar perjudicados.

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https://www.nature.com/articles/s41562-023-01538-4?ref=fixthenews.com

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Las noticias cuanto más lejos mejor. No pierdan el tiempo con ellas.

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Un crack de las inversiones, Jorge Lorenzo

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