En este primer post hablaremos sobre el ahorro, ya que el primer paso para ser un inversor pardillo es obviamente tener el capital necesario.
Para ello, es necesario ahorrar una cierta cantidad que variará según el mecanismo de inversión (no es lo mismo contratar un fondo indexado que la inversión directa en bienes inmuebles). Aún así, el capital final de una inversión va a estar en parte determinado por el capital invertido (salvo que tu inversión quiebre, que entonces todo da lugar a cero).
Por ello, este pardillo os va a suministrar unos consejos sobre como maximizar vuestra capacidad de ahorro.
-
Llevar un registro de gastos: a mi parecer este es el paso que por si solo más ahorro va a suponer. Esto se debe a que muchas veces no somos conscientes de nuestros gastos inconscientes (en especial los pequeños) que al cabo de un mes puede sumar una buena cantidad. Al observar el dinero que gastamos en imbecilidades, reduciremos el gasto en las mismas (o al menos sabremos que no ahorramos por comprar ropa o cartas de Pokémon).
-
El pre-ahorro: esta técnica es muy simple y eficaz. Consiste en apartar una parte del dinero que recibamos automáticamente y guardarla en un lugar separado al resto del dinero. De esta manera no piensas “ya ahorraré lo que me quede a final de mes” sino que se transforma en “tengo esta parte para cubrir mis gastos”.
-
Dividir el dinero en categorías. El concepto de pre-ahorro está muy bien para aquellos que tienen fuerza de voluntad pero es fácil caer en la tentación de pensar en gastar el ahorro porque te has quedado sin dinero para otro gasto como salir a cenar.
Para evitar este tipo de situaciones, es preferible organizar nuestro presupuesto en diversos apartados como pueden ser:
-Fijos imprescindibles: gastos recurrentes y estables como agua, comida, alquiler, seguros…
-Recurrentes prescindibles: servicios de streaming, suscripciones, gimnasio…
-Aprendizaje: aunque lo apunto como gasto por su coste monetario, en mi caso lo considero como una inversión
-Diversión/ caprichos
De este modo, tenemos un límite para cada tipos de gastos.
- Valorar el dinero.
Antes de comprar algo caro, es bueno detenerse a reflexionar: ¿De verdad lo necesito?, ¿Me va a hacer más feliz?. Si no eres capaz de responder a estas preguntas o la respuesta es “porque lo tiene mi amigo” entonces no lo compres.
-
El mejor filtro es el tiempo Si te apetece comprar algo que no tenías meditado, espera uno o varios días. Al cabo de ese tiempo, podrás observar que pierdes el interés por ello. Si no es el caso, al menos será una compra meditada y no tan impulsiva.
-
Reversión a la media en la felicidad. El adquirir algo te proporciona un aumento temporal de la felicidad pero a largo plazo hay una reversión a la media y cada vez vamos a tener que gastar más para sentir la misma satisfacción.
Por ese motivo, no tiene mucha lógica pensar que el nuevo teléfono de Apple nos va a hacer felices y va a cambiar nuestra vida si ya tenemos un buen smartphone
- Establecer objetivos de ahorro a corto, medio y largo plazo. No sirve para nada ahorrar por ahorrar. Si hacemos un “sacrificio” debemos tener un fin en mente porque sin objetivos que medir no sabemos si lo estamos haciendo bien o mal en esta maratón de ahorro. Además, si tienes la motivación de “voy a ahorrar para acudir a la conferencia de BRK” es más complicado que al cabo de pocos meses abandones el buen hábito del ahorro.
Esto es todo por el post de esta semana. En el siguiente hablaremos de la fuerza más poderosa del universo: el interés compuesto.