Bitcoin es un activo muy volátil. Y mucho más

Por si quieren buscar un punto de entrada o bien un futuro máximo (visto en TW, no recuerdo a quien)

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No entraré en la hipóstasis de la idea de Mercado, como si fuese una sustancia fácil de definir y señalar con el dedo. Pero que algo esté sujeto a las leyes del mercado, es decir, de la oferta y la demanda, no significa que sea inmune a las manipulaciones. Esa idealización del mercado como la convergencia de las preferencias individuales es, a mi juicio, ingenua. Y menos aún si hablamos del mercado cotizado. Si precisamente no se caracteriza por algo este mercado es por ser impermeable a las manipulaciones y a su manejo por parte de las grandes instituciones privadas que participan en él. No veo porqué Bitcoin iba a ser diferente en ese sentido. La única diferencia es que usted justificaría en nombre del mercado un resultado que en otras circunstancias (por ejemplo el control y la manipulación de la moneda por parte de un Estado) sancionaría. Pero en esencia son lo mismo.

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El mercado no es solo el mercado cotizado. Como usted dice, el mercado no es algo fácil de definir y señalar con el dedo, que es lo que intenta hacer el poder, para ganar control sobre él.

¿A qué se refiere? Entiendo que yo justificaría en nombre del mercado el control y manipulación de la moneda, pero no me queda claro por qué y sobre todo, cómo. Las normas de Bitcoin están bastante claras desde el principio y los incentivos ajustados para que no sea tan fácil controlar Bitcoin (si es que es a esa moneda a la que usted se refiere).

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Quiero decir que el Mercado no existe. Se está sustancializando algo que no es sustancia. Gustavo Bueno hablaba de inversión teológica. En algunas sociedades se dejó de creer en Dios. Pero Dios no desapareció, sino que se transformó. En la ciencia es la física y la mecánica, en la biología es la selección natural de Darwin, y en la economía Dios es el mercado. En la economía medieval Dios ordenaba. Dios representaba el orden natural. Ahora, en la economía, el orden natural es el mercado. De ahí que al mercado se le llama también “orden espontáneo” o “mano invisible”, que son claramente referencia religiosas. Y, de la misma forma que para un creyente Dios nunca se equivoca, el Mercado, para quienes profesan su religión, tampoco lo hace.

Supongo que con poder no se refiere únicamente a los poderes publicos. Si algún actor está especialmente interesado en controlar los mercados son las propias empresas. De hecho, la utopía empresarial es tener un perfecto control de su mercado. Eliminar a su competencia y ser un monopolio es el sueño de cualquier empresa privada. La recolección y tráfico de datos es precisamente eso: un intento de control de mercado. En muchas ocasiones con prácticas más que dudosas. Y en no pocas veces utilizando el aparato del Estado en su favor. Por ejemplo, para entrar en nuevos mercados foráneos.

Las acciones cotizadas también tienen una regulaciones y normas bastante claras, y eso no impide que existan ciertas manipulaciones dentro del mercado de valores. No estoy hablando del instrumento en si, sino de la utilización que se hace de él en el mercado. El Bitcoin puede regirse por unas reglas internas muy claras pero eso no le hace inmune a que su precio y su compra-venta pueda verse intervenida por intereses particulares. Si Bitcoin es un “animal de mercado” (de mercado cotizado) porqué iba a comportarse de forma distinta a cualquier otro activo dentro de ese mercado? Qué impide a grandes tenedores ir acumulando cada vez mayores cantidades del activo y hacer mover su precio a su antojo? Como mínimo en el mercado de valores existen ciertas regulaciones legales que ponen coto a ciertas prácticas. En una “caja negra” como el Bitcoin en el que se supone que se desconocen quien los posee y en qué cantidades esos actores tendrían carta blanca para hacer lo que quisieran.

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Siempre leo sus comentarios con placer y, obviamente, con envidia.

Me vienen a la mente las dichosas FAANGS (no estoy seguro de haberlo escrito bien). Rezo, en mi caso a la física y a la mecánica ;-), para que efectivamente las personas que las dirigen sean los seres de luz que nos venden y no simples humanos de los de toda la vida, para poder creer que el creciente poder que han conseguido/les hemos entregado no nos lleve a una distopía (o si lo hace que por lo menos tengan la piedad de no descuidar nuestra dopamina en el proceso).

Sobre el bitcoin, para no desviar el hilo, no soy de los que cree que carece de valor. Soy de los que no entiende todas las bondades sociales que se le atribuyen. Una sociedad en la que alcanzase la posición que se le augura me parece temible. Cuando escucho lo de “la mayor seguridad es que la llave de mi riqueza está sólo en mi cabeza” no puedo evitar pensar que quien lo menciona no conoce otro enemigo posible que el estado, y por encima un estado entendido como este estado que se rige por las reglas actuales. Lo que podría durar esa riqueza que sólo está en mi cabeza, accesible a mí, en un mundo en guerra, o con Al Capones…o con cualquier humano de esos que sienta que puede merecer la pena “apretarme” un poco… Buff

El estado es una construcción, yo casi diría que una victoria, de los indefensos (no sé que nombre darnos que no tenga connotaciones políticas actuales) frente a los poderosos. Actualmente puede ser, yo de hecho opino que sí, que por eso de los péndulos y los procesos históricos se haya pasado de lo ideal, pero de ahí a afirmar que es el origen de todos los males o a que su anulación nos llevaría al paraíso hay un trecho

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Muy interesantes siempre de disfrutar sus comentarios.

En algo tan importante y donde los riesgos forman una parte fundamental a la hora de tomar decisiones y analizar las distintas situaciones, me parece precisamente muy peligroso pensar que según que nunca puede fallar.

Además los razonamientos para justificar determinadas posiciones parten de una lógica muy sensata sobre lo bien que funciona el mercado en situaciones muy simples, pero que son bastante más difíciles de encontrar y aplicar en situaciones donde muchos factores son los que intervienen.

Aquí la historia, una disciplina muy limitada ya de entrada, suele actuar como bálsamo para darse uno cuenta de lo que se pensaba imposible o nada importante, puede terminar pasando una factura muy grave.

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Menos mal que, aunque crean en él, no existe y nunca podrán tener el control :stuck_out_tongue:

Para mí, tanto políticos como a muchos empresarios (empresaurios) les gustaría controlar el mercado, pero no pueden porque, exista o no, no es algo inabarcable. Ni políticos ni empresarios pueden controlar toda la riqueza, ni pueden controlar los precios de tal manera que consigan que cambien las preferencias individuales de las personas.

Las normas de Bitcoin no se modifican al antojo de políticos y empresaurios. Ese es el poder de la caja negra. Precisamente porque no se conoce quién tiene Bitcoin y admite desarrolladores anónimos, así como dar a cada agente anónimo la capacidad de decidir si acepta o no un cambio, las leyes no se deberían de poder cambiar al antojo de un grupo de burócratas, ni un juez corrupto hará la

Menos mal que, aunque crean en él, no existe y nunca podrán tener el control :stuck_out_tongue:

Para mí, tanto políticos como a muchos empresarios (empresaurios) les gustaría controlar el mercado, pero no pueden porque, exista o no, no es algo inabarcable. Ni políticos ni empresarios pueden controlar toda la riqueza, ni pueden controlar los precios de tal manera que consigan que cambien las preferencias individuales de las personas.

Las normas de Bitcoin no se modifican al antojo de políticos y empresaurios. Ese es el poder de la caja negra. Precisamente porque no se conoce quién tiene Bitcoin y admite desarrolladores anónimos, así como dar a cada agente anónimo la capacidad de decidir si acepta o no un cambio, las leyes no se deberían de poder cambiar al antojo de un grupo de burócratas, ni un juez hará la vista gorda en su aplicación.
Lo que impide a grandes tenedores ir acumulando cada vez mayores cantidades de bitcoin es que, aunque sí pueden imprimir dinero de la nada y robar a manos llenas en forma de impuestos, no pueden crear más bitcoin, ni van a conseguir que según qué manos fuertes se las vendan. Quizá sea una moda de mercado alcista, pero hay bitcoiners que se están endeudando en fiat para comprar btc, utilizando el corto al fiat para utilizar las herramientas del enemigo (crédito barato que se paga mediante la devaluación del fiat) a su favor.
Por eso muchos le hacen ojitos a monedas más controlables y de emisión “flexible” como Ethereum.

Bitcoin se protege de cualquier ataque, sea estatal o no.
Que tengan que meterse en tu cabeza además de tener que cambiar una ley o hacer una solicitud a un banco, me parece una ventaja sobre el modelo actual, donde basta con cambiar una ley o hacer una solicitud a un banco para que te dejen sin nada.
El dinero duro se acumula en tiempos fáciles porque es lo que te quedará en tiempos difíciles.

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Las FAANG y cada vez más sus homólogas chinas son efectivamente el paradigma de cómo entidades privadas pueden llegar a tener una capacidad de control que muchos Estados envidiarían. De hecho, mucha de la tecnología de vigilancia y control que utilizan los Estados es prestada del sector privado. Pero podríamos por ejemplo hablar también del complejo militar-industrial o del sector energético de algunos países, que, mano a mano con sus Estados, literalmente organizan guerras, tiran abajo regímenes y ocupan territorios. O del sector bancario “privado”, grandes fondos de inversión, grandes aseguradoras, capaces de dirigir el rumbo de economías, y no únicamente las de su propio país. A esta escala no existe tal antítesis entre sector público y sector privado. No quiero decir que exista total convergencia de intereses. Pero tampoco de divergencia. Habrá momentos de coalición y momentos de enfrentamiento. Y tampoco podemos hablar de un sector privado unificado. Dentro del sector privado existen conflictos de intereses irreconciliables. Pero ni las grandes empresas Estadounidenses, ni las grandes empresas Chinas, serían lo que son si detrás no tuviesen el apoyo de Estados Unidos y China. Y viceversa.

Es que la categoría de “valor” es también un concepto extremadamente opaco. A escala personal cualquier cosa puede valer algo. Incluso a escala grupal puede haber una confluencia de subjetividades que le atribuya a algo un valor dentro de ese grupo. Pero eso es irrelevante. Lo relevante, y más en la escala en que pretende moverse Bitcoin, es qué capacidad objetiva tiene esa cosa de organizar sociedades. Y de organizarlas para que sobrevivan en el tiempo. A mi juicio, Bitcoin, a día de hoy, carece de esas cualidades. Una sociedad organizada al rededor de Bitcoin sería a mi juicio extremadamente vulnerable. Ahora, en otro tipo de economía, en un mundo distinto, con instrumentos financieros que tengan como base Bitcoin? Pues podría ser. Pero yo vivo en el ser, no en el deber ser. Esto no significa que Bitcoin vaya a desaparecer mañana. Es más, creo que tiene por delante bastantes años de vida, y no me cabe duda de que enriquecerá a muchas personas (y empobrecerá a otras), pero por razones distintas a las que supuestamente fue concebido. Ya se sabe que en esto de la inversión se puede acertar por las razones equivocadas.

El Estado-nación moderno es una conquista popular efectivamente. Nace en la Revolución Francesa frente a las Monarquías Absolutas y los privilegios del Antiguo Régimen. Es en ese momento en el que el término “nación”, como el conjunto del pueblo, adquiere su pleno significado político, representado en el art.3 de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789: “la Soberanía reside en la Nación”, y en el ejército francés de Napoleón que avanza a gritos de “Viva la nación” en lugar de “Viva el rey”. Estar en contra de la idea de Estado-Nación es estar en contra de la igualdad de derechos políticos de los ciudadanos. Ahora bien, esto no significa que no se puedan criticar a Estados concretos. Yo soy extremadamente crítico con la política española, sobretodo en materia de política exterior. Pero precisamente la raíz de nuestros problemas es que el Estado español es un Estado débil frente a otros Estados que son los que marcan el rumbo de la política internacional, y esto repercute en la administración interna del país. Hace falta un Estado más fuerte. Pero ojo, más fuerte no quiere decir necesariamente más intervencionista. No significa que el Estado español tenga que meterse directamente en todos los asuntos del país. A mi juicio significa 1/ Empezar a tener una política exterior propia. 2/ Dejar de depender de la financiación de un órgano supraestatal. 3/ Apoyar a la creación de empresas nacionales potentes que puedan competir internacionalmente y ayudar a la financiación de proyectos de innovación en sectores estratégicos. Si analiza cualquier país en crecimiento a día de hoy verá que cumple con esos tres puntos.

Es que los mercados realmente existentes, no los mercados perfectos de las teorías económicas, son mucho más que la suma de las preferencias individuales. La idea de una preferencia individual aislada de toda injerencia externa es otra ingenuidad. Es tener una idea de individuo completamente irreal. Como si cada individuo fuese perfectamente hermético, y sus decisiones brotásen espontáneamente del interior sin causa alguna más que su voluntad. Es decir, la idea idealizada de Mercado necesita la participación de personas que no se comporten como personas. La realidad es que nuestra toma de decisiones está completamente atravesada por factores externos. Y eso lo saben muy bien, y lo aprovechan, empresas y organizaciones de todo tipo. Por eso funciona el marketing y la publicidad, y la propaganda. Porque somos seres tan influenciables que bastan unas palabras, una imágen o incluso un aroma, para hacernos tomar una decisión que no tomaríamos en otra circunstancia. A estas alturas, tras décadas de investigaciones tirando por tierra la idea de homo economicus, seguir recurriendo a las “preferencias individuales” a secas como fundamento del comportamiento de los mercados es como seguir haciendo fuego con piedras.

Que de la cantidad de Bitcoins sea fija no se sigue lógicamente que no pueda darse una tendencia hacia la concentración. No son variables dependientes. La cantidad de acciones de una empresa también es fija en un momento X y puede darse ese proceso de concentración. O el propio oro, que, aunque la cantidad no era fija en el tiempo, de facto el porcentaje de crecimiento en relación al total en circulación era tan bajo que durante gran parte de la Historia prácticamente se podía decir que se comportaba como un bien limitado. Y eso no impidió a que existiese una tendencia a su concentración. Toda su argumentación gira en torno al argumento de “esto no va a ocurrir porque ciertas personas no van a querer vender”. Una afirmación a mi juicio completamente gratuita y que tiene la misma validez que sostener lo contrario.

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Lo que pasa es que como Bitcoin no se puede conseguir sin aportar algo de valor a cambio, no sale a cuenta venderlo o cambiar la manera de funcionar de la red.
Al menos, así ha sido hasta ahora.

Y a mí no me preocupa que los BTC estén en pocas o muchas manos.

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Entiendo que Bitcoin está creado con un sistema de incentivos que pone a aquel que quiere ganar poder o influir en la red en una posición que, una vez obtenido ese poder y por el coste que implica obtenerlo, no le convenga que la red caiga.

Es decir, para tener poder hay que tener muchos bitcoines y cualquier cambio provocará la pérdida de valor de los mismos.

Eso no significa que sea imposible. Solo que hasta ahora no hay un escenario en el que compense el gasto.

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Poner bitcoin está bien, aunque por otro lado también habría que poner prueba de trabajo. De lo contrario estaríamos en un sistema de prueba de tenencia (proof of stake) que es más fácil de manipular, mucho más similar al sistema actual, donde los que están más cerca de la impresora son, a su vez, los que deciden cómo funciona la impresora.

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Yo el tema de las criptomonedas no acabo de verlo. Un punto de vista humorístico es de estos chavales: https://www.youtube.com/watch?v=4vtcGFFpErY

Es una parodia, evidentemente, pero no deja de tener cierta razón.

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Si el estado no puede crear dinero a su voluntad, y los bancos no pueden prestar, te has convertido en su enemigo.
Si yo fuera Mario Conde, el banquero, hubiera ido contra él (Bitcoin).

Qué es el euro digital? Si el 99% de los euros son digitales! Qué pretenden?

Y este también hay que verlo. Ni caso al título de clickbait, aunque es muy optimista sobre Bitcoin (lo lleva siendo desde más de una década) es una de las voces más formadas y elocuentes sobre el tema:

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A mi juicio, en el vídeo se manejan ideas y conceptos de forma completamente gratuita y confusa. Por ejemplo, cuando en el minuto 05:15 se dice que “el mercado es el pueblo”, o en el 04:50 se habla de “devolver el dinero al mercado” (por lo tanto al pueblo). Se están empleando los términos de “mercado”, “pueblo” y “dinero” como si fuesen realidades palpables, cuerpos que estuviesen operando en el mundo. Como si fuesen sustancias nítidas que uno pudiese señalar con el dedo y decir “mira, ahí está el pueblo actuando”, como quién señala los pistones de un cilíndro en un motor de combustión transmitiendo la energía al cigueñal en forma de movimiento.
Lejos de ser nítidos, son conceptos opacos. No tienen contornos definidos. No por lo menos si se emplean alejados de un contexto espaciotemporal. La única forma de dibujar su contorno es comenzar a situar esos conceptos en el espacio y en el tiempo, en la historia. Entonces ese “pueblo etéreo” pasa a adquirir características terrenales: una ubicación, una história ; una “carcasa”. Ya no se puede hablar de “pueblo” metafísico, sino de “pueblos” concretos en función de ciertas propiedades. En función por ejemplo de su ubicación (pueblo español, pueblo estadounidense), en función de su condición jurídico-legal (ciudadano), en función de su posición económica frente a los medios de producción (las clases marxistas), etc. Y claro, esos distintos “pueblos”, ya con un esqueleto espaciotemporal e histórico, pasan de repente, contra la homogeneidad y armonía del pueblo abstracto, a tener intereses distintos y contrapuestos entre si. Es a partir de ese pluralismo ontológico que podemos empezar a explicar esas dialécticas que mueven la historia.

Por lo general, cuando se emplean esos conceptos de forma totalmente acrítica, sin ningún matiz, suele revelar que no se ha reflexionado ni cinco segundos sobre los mismos. Van brotando de forma vaga desde un pensamiento espontáneo. Una filosofía lisa y simplona, sin profundidades. Porque si, esos conceptos e ideas pertenecen en primer lugar al campo de la filosofía, aunque las empleen los políticos y los economistas como si perteneciesen estrictamente a su campo. No dudo que este hombre haya podido estudiar en profundidad el funcionamiento interno de Bitcoin (como tecnología). Debería ser tan disciplinado y riguroso a la hora de utilizar conceptos e ideas. Más aún cuando se está intentando superponer las propiedades tecnológicas de una cosa a esa supuesta realidad de ideas. Las propiedades de Bitcoin serían las perfectas para ese mundo estructurado por esas ideas y conceptos ¿Y si el problema es que ese mundo en realidad no existe? Ese mundo en el que se trataría de “devolver el dinero al pueblo”, cuando en este mundo tenemos constancia arqueológica de que el desarrollo de la primera escritura, la cuneiforme, en tablillas que datan del 3500 a.c. , sirvió precisamente con fines contables, de crédito, en los templos sumerios. Es decir, el “dinero”, desde su forma primitiva (esas tablillas contables), siempre estuvo “organizado” por un órgano político central (los templos sumerios y babilónicos hacían las funciones de “banco central”). Previo a eso ya nos situamos en el neolítico, es decir, en la prehistoria.

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Entiendo que quiere decir que el dinero deuda no tiene ningún problema, que no hay ninguna crisis de confianza en ese dinero. ¿De verdad cree que no hay ningún problema?
Sobre “devolver el dinero al pueblo”, yo creo que el dinero se puede calificar de dos formas, dinero deuda y dinero mercancía. El dinero mercancía, en cuanto a que cualquiera lo utiliza y lo puede utilizar sin pedir permiso a nadie, es más accesible, aunque a un mayor coste. Cuando hay confianza entre acreedor y deudor, el coste de utilizar dinero deuda es menor.
Yo creo que esa confianza se ha deteriorado gravemente. Por ejemplo porque tras la inflación y el efecto Cantillon, los salarios y crecimiento económico se desligan, así como que utilizan las “tablillas contables” como elemento de espionaje y control masivo.

Vuelve a defenderme que el dinero surge cuando a un gobierno le da por decir que algo es dinero. Yo estoy convencido de que antes de las tablillas contables organizadas por un banco central, había personas que decían “esto ya te lo pagaré” o que entregaban media docena de huevos a cambio de 1 kilo de arroz (creando con ello un precio) sin necesidad de que alguien les coordinara forzosamente, y que esas formas de coordinación no forzosa se mantienen en el tiempo.

No entiendo muy bien la necesidad de meternos en estos fregados, pero digo yo que si podemos hablar del pueblo americano en el SXVIII y del pueblo español en el SXXI, será porque ambos “pueblos” con “esqueleto espaciotemporal e histórico” tienen algo en común, algo que transciende al tiempo y al espacio. De lo contrario no podríamos referirnos a ellos como si fueran la misma cosa.

Y sí, el “mercado”, el “pueblo” y el “dinero” operan en el mundo aunque no sean palpables. No le veo a usted precisamente tan empirista radical como para pensar que lo que no se puede medir no existe, negando toda posibilidad de ciencia social.

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Si me permiten terciar a mi pedestre manera ,entiendo que el núcleo del cogollo del meollo del asunto estriba en la confusión entre dinero y moneda. Herencia de una cultura de economia política anglosajona que no han querido tener en cuenta a nuestros escolásticos de la Escuela de Salamanca. Por eso el Smith habla de trueque como origen del dinero y tontás parecidas.
Ningún campesino ni ningún comerciante en ninguna parte del mundo ha tenido nunca el menor problema a la hora de convertir fanegas en vacas y viceversa. Al igual que muchos otros en otras partes del mundo que a pesar de utilizar moneda para las transacciones diarias, las bodas y las deudas de sangre las siguen pagando en kilos de oro, cabezas de vacas o camellos. El número de camellos que tienes en el patio indica quien eres, al igual que el número de collares de oro que cuelgan del cuello de un rapero del Bronx indica cual es su credibilidad, sus “posibles”.
Al lío y por resumir: en los últimos cinco mil años el personal ha utilizado como dinero todo tipo de metales, todo tipo de granos y semillas y todo tipo de animales. Todo tipo de bienes con valor.
La moneda es otra historia completamente diferente
Cuando los primeros protoestados se ven en la tesitura de pagar el sueldo de unos tipos armados y malencarados, con malas pulgas, vamos, que se llamaron ejercitos permanentes amén del nuevo ejército de funcionarios que eran los encargados de hacer “funcionar” la maquinaria del estado, se inventan unas piezas de metal cuya aceptación era obligatoria por parte de los comerciantes y que más tarde devolvían al estado en forma de impuestos.
Marco Polo contaba asombrado como Kublai Khan había obrado el milagro alquímico de convertir el papel en oro. Milagro ninguno, al comerciante que no aceptaba el papel moneda se le cortaba la cabeza y punto. Eso y no otra cosa es la moneda, que nada tiene que ver con el dinero.Aunque la confusión es fácil. Ya Aristóteles confundía lo que ahora diríamos el medio y el mensaje, la esencia y la forma.
Si los creadores del Bitcoin lo hubieran llamado “Bitmoney”, el lío sería menor, pero al llamarlo bitmoneda se oscurece la cosa “ de qué estamos hablando”.Si el propio J.P.Morgan se liaba con el asunto del dinero ( “ solo el oro es dinero, todo lo demás es crédito”) y tantísimos académicos y teóricos de la cosa usan indistintamente dinero y moneda como si fueran lo mismo, pues ese es el panorama que tenemos. Quienes no sufren de la confusión son los bancos centrales, que tienen clarísimo que Estado, Moneda y Cañoneras son uno y lo mismo. La llamada Guerra de Divisas es una guerra con todas las letras, una guerra por otros medios, que diría un Prusiano famoso. Cada Estado trata de ampliar potencia y su área de influencia y la moneda es herramienta vital. Así hay que entender que unas monedas tengan validez universal, otras sólo valgan en su propio estado ( como acaban de aprender los rusos con el tremendo montonazo de rupias que acumulan por la venta de petróleo) y otras , finalmente, no las quieren ni en su casa.
La cuestión es que cada uno puede invertir en lo que mejor le parezca, lo mismo dá que sea oro, diamantes, criptos, empresas o esas telas con manchurrones que llaman cuadros. La clave es saber lo que se está haciendo.
He dicho.

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En unos 70 bloques se minará el bloque 840.000, a partir del cual la recompensa para los mineros pasará de 6.25 btc por bloque a 3.125. Este evento previsto desde la síntesis de bitcoin se conoce como halving, se produce cada 4 años aproximadamente y es esencial para que nunca se lleguen a minar más de 21 millones de unidades monetarias.
Podéis seguir el evento en vuestro propio nodo, o utilizando un explorador de bloques: https://mempool.space/

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Esto la verdad es que da un poco de miedo:

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Los que predecían que China acabaría siendo como occidente parece que van a acertar, pero no de la forma que creían.

Si hace 5 años me dicen que acabaría viendo a una pareja de policías revisando qué había comprado un anciano al salir de un supermercado no me lo hubiera creído.

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La combinaciòn del euro digital y la identidad electrónica europea es, simplemente, letal.
El euro digital lo pueden imponer haciendo que los estados hagan sus pagos en euros digitales y cobrando impuestos en euros digitales. Recordemos que es una moneda trazable y programable, por lo que en el momento que quiera el político de turno, da igual el color, puede darle por decir:
" usted fuma, por lo que ha perdido el derecho a tener asistencia sanitaria"
" usted bebe muchas cervezas, por lo que no puede comprar gasolina"
" usted ha comprado ya el cupo de carne recomendado para este mes"
O cualquier otra cosa que se les ocurra, que seguro que se les ocurre.
El futuro puede ser cualquier cosa, pero tiene pinta de que no va a ser bonito.

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