Ahora que están tan de moda los debates sobre la inteligencia artificial y como todos nos aventuramos a sugerir que encontrarán correlación pero con causalidad dudosa, no deja de resultar significativo como en los mercados abundan precisamente las afirmaciones en sentido contrario, donde uno fácilmente encuentra la causalidad pero la correlación es de lo más dudosa. De hecho, como en este caso podríamos decir que no hay tal correlación a poco que uno se documente un poco.
Vamos observamos todos los días afirmaciones que parecen lógicas y que añaden como argumento a su favor algunos datos, pero que una observación más acurada de los datos, ya suelen desmontar.
Recuerdo en este sentido su magnífico artículo sobre el oro: ¿Qué protección ofrece el oro? o este comentario que nos suele repetir sobre si hacer nuevos máximos es señal de peligro.
Ya se sabe que los humanos tenemos problemas para hacer análisis de datos más exigentes cuando los que nos proporcionan ya van en línea con lo que queremos pensar de forma lógica.
Lo que no nos damos cuenta es que hay otras explicaciones igual de lógicas y que también pueden aportar sus datos favorables.