El problema es que se tiende a dar a los potenciales de revalorización un significado que no tienen. Es un número que va bien (quizás demasiado) para temas de marketing y puede venir bien para entender como opera un gestor pero no para pronosticar o asegurar rentabilidades. Si algunos partícipes terminan creyendo lo segundo, es cuestión de tiempo que se den cuenta que se les ha inducido a un error.
Vamos que si un fondo a largo plazo uno puede esperar un 6-7% de rentabilidad anual ajustada a inflación , 10% siendo optimista, un potencial del 100% no significa que vaya a lograr una rentabilidad significativamente superior. Precisamente porque nos faltan otras variables para convertir el potencial en rentabilidad, básicamente el tiempo.
En este caso según informa Morningstar , se empezó a comprar Zardoya por parte de AzValor el 31 de enero de 2017, cuando la acción cotizaba cerca de 8 (vamos por encima de 7). Habría que sumar dividendos donde, no lo he calculado exacto pero se ha cobrado algo más de un euro en dicho periodo. Y luego dependiendo ya de como han manejado la ponderación del valor. Promediar a la baja, si otras acciones del fondo te lo permiten y tu convicción también suele dar una rentabilidad extra mientras la cotización no se vea significativamente penalizada cuando ya uno vende.
El discurso en base fundamental y en oposición al valor al que cotizan las posiciones de un fondo viene bien para diferenciar lo que mueve el valor de las acciones a largo plazo del que las puede mover a corto plazo. Pero el fondo está ligéramente en negativo a casi 6 años que ya tiene de vida. No hace falta ser un as del análisis fundamental para ver que, de momento, el volumen ponderado de tesis no cumplidas supera significativamente a las que sí, por mucho que en las cartas o en las conferencias se pueda dar a entender lo contrario.
¿Que se puede dar la vuelta la situación? Pues claro, pero eso no significa que no haya que ser cuidadoso con la interpretación que se hace de cierta información, dando entender lo que no puede ser a la vista de otros datos reales.
Es habitual ver a gestores sacando noticias de opas que se han producido a precios significativamente inferiores de aquellos a los que compraron el valor. Eso más que una buena noticia, si mantienen su tesis inicial, suele ser una mala, si esa OPA tiene opción de terminar fraguando. Luego se cuentan maravillas de alguna operación que efectivamente ha sido un éxito, pero en otros casos, hay quien aprovecha la situación delicada de la empresa, al menos en términos de cotización, para quedarse dicha empresa a precio de derribo.
Hay personajes que tienen un largo historial de entrar en un valor con un % no excesivo, tirar la cotización abajo y luego intentar quedarse con todo el paquete regalado.