En este tipo de cosas a veces parece que, cuando los buenos resultados acompañan, ciertas narrativas bastante discutibles se retroalimentan, básicamente porque los que más se enfadan si se tiene un punto de vista algo distinto, son los que menos tiempo llevan en esto y claro, el riesgo que asumen poco tiene que ver si su historia es cierta que si lo es menos.
En los fondos, por mucho que uno quiera catalogarlos de un modo u otro, conviene mirar los activos concretos que se compran. Si esos activos tienen unas características bastante distintas de lo que se sugiere con ciertos calificativos, suele ser cuestión de tiempo, que el peso de lo que significa tener esos activos, se manifieste en toda su extensión.
Da igual si al gestor del fondo o a los partícipes les moleste más o menos que uno les atribuya otros calificativos en virtud de lo que se muestra en dichas carteras.
Recuerdo aún cuando los primeros años se gestó la leyenda, desaparecida ya por suerte, que True Value controlaba muchísimo la volatilidad. Obviamente el gestor no se va a molestar en rebatir un calificativo que le favorece para dar a conocer su producto.
Nada como vender un producto como A aunque sea más bien como B, cuando los A no están funcionando y los B sí. Es como cuando uno se compara con un índice donde la comparación le favorece aunque tenga poco que ver con dicho índice.
También cuidado que pasa con otras historias menos fáciles de corroborar. A muchos gestores centrados en el stock picking les gusta por ejemplo recalcar que analizan muy a fondo el comportamiento del equipo directivo.
No digo que no lo hagan. Pero luego cuando se revisa con algo más de profundidad la cartera, se encuentran historias mucho más delicadas y donde, otros factores han pesado mucho más para decidirse por esa empresa.
Seguro que recuerda el caso de Wirecard cuya directiva llegó a tener cierta fama de buen hacer, pero más bien por los resultados espectaculares de la empresa que por otra cosa realmente a parte. Había un gestor de fondos que a veces leía sus informes y me sorprendió que nunca la comprara dado que era en su nincho. Al parecer lo conocía de bastantes años atrás y nunca se terminó de fiar mucho de alguna de sus estrategias. Pero claro la pregunta de porque no compraba dicha emrpesa se repetía un año tras otro mientras fue muy bien la cosa.
Hay cosas donde uno no se mete por reticencias no muy justificables y otras donde uno se termina metiendo aunque igual el paso de ciertos filtros es mucho más discutible. Encima en el segundo caso, si termina saliendo mal la cosa, no se extrañe que saquen el comodín de que el gestor ha hecho algo que no creían posible.