Buenas noches @emf23,
Me temo que casi todo el mundo ha pasado por las fases que usted comenta y se ha hecho las mismas preguntas, pero lo que marcará la diferencia serán las respuestas que todos y cada uno de nosotros nos demos. Ciertamente, hay gente con suerte, gente que desde muy joven ha tenido clarísimo que quería ser médico, bombero, abogado, mecánico o cocinero y se han lanzado a ello. Pero la mayoría creo que hemos seguido la hoja de ruta más o menos marcada de lo que se esperaba de nosotros tirando hacia aquello que nos parecía la opción menos mala o la que más se ajustaba a nuestra forma de ser esperando de forma inocente que el destino nos diera salud, dinero y amor sin mucho esfuerzo por nuestra parte.
En el ámbito laboral, lo primero que hay que dejar claro es que si uno no es feliz debería intentar cambiar de trabajo, más en el caso de alguien joven y sin cargas económicas o familiares demasiado acuciantes. Otra cosa es que no sepa hacia dónde tirar. En esto no le puedo ayudar. Si le puedo decir, por lo que he observado, que la felicidad en el lugar de trabajo, y por en ende en buena parte de la vida ya que nos pasamos 8 horas diarias trabajando, depende mucho del enfoque de cada uno. Mire, yo trabajo en una empresa con varios departamentos pero todos ellos muy aburridos y burocráticos; antes de ocupar mi puesto actual, estuve en un departamento cuya labor es, en esencia, revisar que los contratos de préstamo para la compra de vehículos estuvieran bien, esto es, comprobar DNI de las partes, fechas, modelo, matrícula, importe pagado, intereses, etc y calificarlo correctamente o con defectos. Apasionante, ya lo ve. Objetivamente el trabajo es aburrido de cojones, esto no admite mucha discusión. Pero sí he observado que aquellas personas que todo el día están pensando “qué trabajo más aburrido” están casi siempre amargadas y de mal humor; en cambio, hay otro tipo de personas, que lógicamente ninguna le dirá que el trabajo sea divertido o que le apasione, pero que le meten amor a lo que hacen, se lo miran con mimo y detalle y aunque el trabajo sea aburrido y repetitivo se lo toman en serio y con ganas de hacerlo bien. Pese a que para los novatos, el primer grupo parece más divertido a la hora de charlar en la máquina de café poniendo el mundo a parir y el segundo grupo le parezcan unos tontos, lo cierto es que los “tontos” parecían bastante más felices y realizados que los primeros. Con esto no quiero decir que haya que resignarse a trabajos aburridos y mecánicos ni autoengañarse pensando que son la leche, pero sí es verdad que si no puede o no quiere asumir el coste de intentar cambiar de trabajo, lo mejor que puede hacer es intentar tomárselo muy en serio, como si fuera un cirujano o un piloto de avión, y a base de repetición y cariño por el trabajo bien hecho puede llegar a sentirse realizado de una forma que al principio ni se imaginaba.
Usted sin embargo es joven, quizá le compensa intentar cambiar. ¿Hacia dónde? Hay un artículo que ahora no encuentro pero que en su momento me gustó mucho que venía a decir que tu pasión y trabajar de lo que le gusta es más posible de lo que parece. El autor te invitaba a reflexionar, básicamente, cuando no tienes nada que hacer, ¿cómo ocupas el tiempo libre?¿qué libros lees?¿qué películas ves?¿de qué te gusta hablar con desconocidos o con gente que en tu día a a día habitual no sueles o no puedes porque no les interesa el tema?¿por qué tipo de páginas de internet navegas? ojo, no hablamos de entrar en la web de un periódico para estar informado o en páginas de señoritas ligeras de ropa, sino que reflexiones seriamente que temas te interesan. Y a partir de ahí, investigar cómo puedes ganarte la vida con ella. Mire, un amigo mío estudió periodismo e historia, pero siempre estaba planificando viajes y viendo webs de trenes. Uno pensaría, ¡ojalá me pagaran por viajar o ojalá tener dinero para viajar más! Pues ni corto ni perezoso mi amigo dejó un puesto muy buen remunerado y ahora es guía turístico y se gana la vida organizando excursiones y viajes.
En el plano personal está frase tan corta y brillante lo resume todo. Yo creo que todos venimos de nacimiento con unas cartas que Dios nos ha dado para jugar la partida de la vida. Messi tiene un don para el futbol, Buffett para invertir y Julio Iglesias para cantar y seducir a las mujeres. Nosotros quizá no tengamos dones tan notorios, pero no por ello son menos importantes o útiles. Es bueno pensar qué cartas tiene cada uno y como podemos jugar lo mejor posible con ellas para hacer de este mundo un lugar mejor. No sé, uno puede tener la carta de empresario y dar trabajo a seis personas, otro la carta de buen orador y ser un buen profesor y otro simplemente, ser un pobre hombre con inteligencia límite al que nadie ve ninguna virtud, pues a lo mejor su carta es simplemente abrazar y querer a sus padres. La cuestión es que aunque nadie es imprescindible todos ocupamos un lugar en el espacio-tiempo que no puede ocupar nadie más, seamos conscientes de ello y actuemos en consecuencia; decía Robert de Niro en “Una historia del Bronx” que no hay nada peor que un talento desaprovechado.
Y soltado el rollo, me retiro a estudiar para el examen de la abogacía, profesión para la que, dicho todo sea de paso, no tengo vocación alguna.