Si me dan a elegir prefiero tener suerte que talento

Les dejo de nuevo una especie de cita de un texto sobre Maquiavelo que me encantó sobre la suerte y la forma de afrontarla. Una frase vale más que mil palabras

Creo que @Ayuso , @arturop y @Fabala dan en el clavo recordando lo peligroso que es convertir lo que debería ser un análisis probabilístico de posibilidades, con sus consiguientes limitaciones, en una cuestión personal sobre si uno ha tenido suerte o mala suerte e incluso relacionarlo, como se tiende a hacer demasiado, con una especie de deuda del mundo con nosotros mismos.

Si uno asume según que riesgos debería ser consciente de la forma como pueden alterar los resultados. Veo con frecuencia lo mal que se tiende a entender la dispersión de resultados que puede implicar la renta variable en particular y la inversión en general. Incluso el hecho que termine pasando lo que más o menos había pensado no es garantía de que el escenario no hubiera podido ser otro distinto.

Por otro lado ojo con los objetivos de las personas. En realidad por ejemplo si alguien busca enriquecerse con la renta variable con inversión directa (no estoy hablando de la gestión de dinero de terceros), es muy probable que deba alterar la distribución de probabilidad respecto a otros con unas metodologías más clásicas.

Si buscamos una rentabilidad razonable con la renta variable el riesgo de terminar con unos resultados muy malos pues es bastante inferior a si lo que uno busca es una rentabilidad estratosférica donde posiblemente esté incrementando de forma muy notable las probabilidades de terminar de alguna forma trasquilado.

Vamos aquellos que venden formas de llegar a según que objetivos con la renta variable igual le están mintiendo dado que eso es difícil que pueda pasar o, lo que es igual peor, están dispuesto a exponerle a unos riesgos donde no entiende su posible magnitud.

También, como seres humanos que somos y si uno hace un análisis de probabilidades, debería darse cuenta, que por mucho que le vendan una noción individualista de la sociedad, como medio para lograr objetivos individuales, nuestra capacidad de modo individual es la que es y, lo tenemos realmente muy complicado,o imposible, para superar de modo individual, problemas que puedan afectar de forma tremenda a nuestra sociedad como colectivo.

En este caso la ilusión de que a uno le va a afectar muy poco el problema colectivo se basa en que está extrapolando condiciones precisamente de cuando no se estaba dando dicho problema y sin embargo tiene bastante menos sentido extrapolarlas a las condiciones donde pasa dicho problema. En estos casos quien lo hace suele enfadarse con nosotros cuando le insistimos en que eso es difícilmente extrapolable, pero en realidad se esconde un miedo profundo a asumir precisamente que su análisis de probabilidades pretendía, ni que fuera de modo insconsciente, maquillar ciertos riesgos.

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