Reflexiones de un inversor gallego

Prometo no quitarles más de 6-7 minutos de su tiempo para la lectura y espero que les merezca la pena dedicárselos.

Voy a lanzarme a la piscina abriendo mi primer hilo para dejar por escrito algunas ideas que me rondan la cabeza y así puedan comprobar de primera mano eso de que es mejor estarse callado y parecer tonto que hablar y disipar dudas. Tengo varias ideas más, pero empiezo por dos, para no disipar todas las dudas de golpe. Pero voy a intentar aportar, por lo menos, una lectura amena.

El timming podría haber sido más acertado ya que en pleno buffet libre bursátil me voy a sacar unas reflexiones de fondo que a buen seguro resultarán excesivamente insulsas ante un mercado tan palatable como el de estos días. Pero a alguno por lo menos igual le permite despejar y leer sobre algo que no sea un arancel.

1.- Rentabilidad. ¿Ganar o no perder?
Parece evidente que el primer objetivo de invertir es obtener la máxima rentabilidad posible. Y con ello pudiera dar la impresión de que todo se limita a un objetivo superior que resulta de la consecución de un número final. ¿Pero es esto realmente así? ¿Estamos en esto solo por y para alcanzar un objetivo lo más alto posible? ¿Y qué hay de las inquietudes resueltas, del proceso mental que supone pensar en el futuro o del camino del autoconocimiento que conlleva? ¿Cambiarían un +algo% extra de rentabilidad anualizada a 20 años si eso supusiese pulsar una tecla y no vivir todo el proceso que significa invertir? ¿Acaso no hay mucho de diversión, aprendizaje y experiencias personales?
Rescatando la famosa frase de que la regla número uno es no perder dinero, quizás es más interesante de lo que parece. Si el objetivo pasa a ser ese, en vez de conseguir lo máximo posible, el proceso se convierte en un concepto muy diferente: menos prisa, menos miedo y mayor disfrute. ¿Estamos aquí solo para desplazarnos en un avión low cost del punto A al punto B lo más rápido y óptimo posible o resulta que preferimos viajar en coche, ver el paisaje, charlar con el copiloto, parar a comer y convertir el camino en algo más, aunque nos dejemos tiempo y dinero de más en el camino? Apuesto a que una vez consigamos el objetivo (al margen de la dichosa rentabilidad), miraremos al pasado con nostalgia y contaremos batallitas financieras. Que a final de eso se trata la vida, de exponerse a ella para rememorarla con cariño en el futuro.

2.- Empresas. ¿Números o personas?
Esta idea me gira como una peonza y nunca he sido capaz de llegar a ninguna “solución” satisfactoria. En el mundo de los deportes de equipo hay un término que los entrenadores usamos a menudo que son los “intangibles” que te ofrecen algunos jugadores. El típico tio (o tia) que suma porque contagia energía al resto, o genera pérdidas del rival por actividad, o que tiene excelentes tomas de decisiones, o que comete muy pocos errores, o que nunca falta a un entrenamiento. Y todo esto no es medible, no aparece en ninguna estadística. Y seguramente, cuando personas ajenas al equipo vean los números del partido se fijen en el que ha metido 30 puntos, en el que ha cogido 12 rebotes o en el que ha robado 7 balones. Pero nosotros, desde dentro, sabemos que lo que realmente nos permite rendir a todo nuestro potencial y que se puedan lucir los demás jugadores son los intangibles de menganito y fulanito, que resultan ser los estadísticamente irrelevantes. Trasladando esta idea a lo nuestro, estaremos de acuerdo (parto de este axioma, del que yo personalmente estoy firmemente convencido) de que las empresas las construyen las personas. Por tanto ¿cuánta información real obtenemos de las cuentas de resultados de una empresa? Evidentemente, es todo cuanto tenemos, pero ¿Qué porcentaje del éxito o fracaso está en estos intangibles internos que es imposible conocer? ¿Estamos invirtiendo un 1% a ciegas, un 25% a ciegas o un 70% a ciegas? ¿Cuánto de que una compañía triunfe se debe ya no solo a su CEO, sino a que tiene un equipo comercial brillante, o de que el departamento de marketing es especialmente creativo, o de que el director financiero es un fenómeno y consigue que 2+2 sean 4,176, o de que en el departamento de compras tienen 3 mandos intermedios que nacieron para negociar y siempre optimizan los beneficios casi sin querer o de que el hermano de la jefa de informática trabaja en otra empresa y un dia hablando con su hermano en una comida de Domingo se convirtieron en cliente y proveedor? ¿Somos conscientes de lo que no sabemos? ¿Cuántos ángulos muertos existen cuando miramos una empresa? ¿O no es así y estoy viendo gigantes donde solo hay molinos?

Como pueden observar son reflexiones inconclusas y abiertas. En general, si buscan posiciones fuertes, definitivamente no soy su hombre.

Si les han parecido interesantes estas dos cuestiones y el hilo tiene cierta acogida, compartiré algunas más. Si por el contrario me quedo aquí hablando con las paredes tengan por seguro que no les afearé la conducta, pues estarán demostrando un excelente criterio, y aceptaré el resultado deportivamente.

Un saludo!!

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Del punto 2 no sabría decirle.

Del punto 1, al menos en mi caso, desde luego no invierto sólo por la pasta. Para mí es un juego que nunca acaba, en el que las reglas se cambian sobre la marcha, y donde compites con tipos que dedican doce horas al día a esto y tienen unos medios mejores que los míos. No veo mayor reto intelectual que la economía y las finanzas.

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Reflexiones muy interesantes, comparto su punto de vista y le felicito por plasmarlo muy bien. Esperando la siguiente entrada.
Un saludo.

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90% al menos siempre.

Buena entrada, eso sí, no me plagie el nombre de mi blog :zany_face:

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Disculpe el asalto, no había caído :smiling_face_with_tear:

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Y si estamos invirtiendo en un índice tipo SP500.

¿En que porcentaje estamos invirtiendo a ciegas?

¿En cuanto influye la suerte?

Al no poder separar la suerte, ni la ceguera, de la habilidad o las cualidades del inversor, se me hace muy difícil poder dar un porcentaje.

Bajo mi punto de vista el factor suerte y el factor ceguera en los índices, también influye pero suele tener unas consecuencias de menor intensidad, al ser más limitados los márgenes de lo que suele llegar a suceder. Enron tuvo un caso de corrupción grave y pasó a valer cero en breve. En Japón perdieron mucho dinero a nivel de índice global de país durante mucho tiempo, pero no llegaron a cero. La diversificación ayuda.

Le ánimo a seguir escribiendo en el foro.

Un saludo para todo Ustedes

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Me han gustado sus reflexiones,

1- La comparto ya que, como la misma vida, pienso que hay que disfrutar el viaje. Mi experiencia personal es que me tomo la inversión como un juego en el que compito tratando de tomar las mejores decisiones, aprendiendo cada día con la experiencia y tratando de disfrutar buscando el mejor resultado. Con un poco de tensión, que me viene bien, y que también trato de gestionar de la mejor manera.

2- También la comparto al 100% En mis orígenes laborales trabajé en Inditex, luego me fui a una empresa que me permitió analizar y conocer cientos de empresas de todos los tamaños y sectores. Según avanzaba en experiencia era más consciente de que la cultura que había conocido en Inditex, en mis inicios, era diferencial: obsesión por el trabajo, inteligencia práctica aplicada en el día a día, exigencia máxima sin descanso, amor por la empresa que estaba creando que transmitía a sus equipos, siempre en un segundo plano “perfil bajo”, inconformismo constante, aprendizaje continuo sin descanso, reinversión máxima en los inicios, cero riesgos, presión constante por mejorar la rentabilidad…, Evidentemente todo lo que sé de Inditex y la convicción que tengo, no lo hubiera sabido sin haber estado dentro y tenido la experiencia de contrastar con lo visto en otras empresas.

Saludos de otro gallego como usted.

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En primer lugar agradecerles el interés. Uno nunca sabe si va a caer en saco roto y se agradece que tuvieran a bien prestarle atención al hilo.

En segundo lugar, comentarles que aprovecharé para seguir publicando algunas ideas según vaya dándoles forma e intentando soltarlas aquí para que se animen a contestar y dar sus puntos de vista, que en el fondo es lo realmente interesante de publicar: escuchar contrapuntos y matices que enriquezcan los temas.

Muchas gracias, procuraré mantenerme constante (lo cual no quiere decir rápido) en presentar nuevas cuestiones.

Muy buena pregunta, que además me quedó sin precisar en el texto inicial. Los que damos mucho peso (en mi caso casi todo) a la indexacion parece que escapamos a ciertos males que pueden padecer las acciones invididuales. Sin embargo, aunque es cierto que en agregado, como usted comenta, la ceguera queda más diluida también es cierto que los índices responden más severa y conjuntamente a decisiones y entornos macro, quedando más expuestos a cuestiones políticas y a mercados generales bajistas o alcistas. Quizás no sea una ceguera, pero sí una sordera , y depende de la situación será peor una que la otra. Aun así, le compro y comparto la idea de que la diversificación, a mi juicio, es una aliada dificil de superar (por ello invierto de esta manera, entre otros motivos).

Me encanta que haya sacado el caso de Inditex pues toda esta reflexión nació a raíz de esta empresa en particular. Tengo varios buenos amigos dentro, tanto en Inditex como en Pontegadea. Algunos son amigos desde jóvenes y otros personas que he ido conociendo a lo largo de los años en diferentes entornos. Y todos ellos tienen un perfil muy concreto, tanto en lo profesional como en lo personal (como ha dicho usted: perfil bajo, muy buenos en lo suyo, responsables, resolutivos, muy educados…) que realmente hace pensar que lo que buscan en la empresa y lo que inculcan luego dentro es una filosofía diferencial. En estos años, además, en mi empresa hemos tenido relación comercial con Inditex en unas cuantas ocasiones y como proveedores, el trato que te brindan es otro nivel. Otras empresas colaboradoras que conocemos dentro de nuestro gremio y que trabajan con ellos de forma más habitual tienen la misma opinión. Cuidan a los proveedores como pocos (por no decir como nadie). ¿Es posible que el que haya invertido en esta empresa hace 10 años por motivos contables y/o financieros haya acabado acertando pero sea por otras razones diferentes a las que él pensaba y sin tener ni idea de todo esto? No lo sé… y de ahí mis dudas con el nivel de importancia de los puntos ciegos en la inversión y si somos conscientes de todo lo que no sabemos.

Un saludo a todos!

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Gracias por sus reflexiones.

Sobre la primera de ellas, también soy de la idea de que con los años vemos el camino con más encanto que la meta, y lo que se aprende en este recorrido inversor es muy aplicable fuera del mundo financiero, en mi caso al menos lo que me aportó la inversión al profundizar en ella y buscar una mejora constante es bastante más de lo que pude sacar del sector de la ingeniería, buscando una evolución similar.

Y lo curioso es que disfrutar más el camino no tiene porque implicar menos rentabilidad, asumir menos riesgos puede acabar creando más valor en la cartera y como dijo un piloto de carreras “to finish first, you must first finish”.

Saludos desde Lugo :slight_smile:

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Vuelvo a las andadas.

Continuaré siendo ligeramente incisivo con el texto para que la lectura resulte más estimulante y aunque sí pienso lo que aquí leerán, mi opinión es más moderada y matizada pero escribir sin ocupar mucho espacio requiere grandes dosis de simplificación.

3.- Rentabilidades pasadas no garantizan Rentabilidades futuras.

Ya, PERO.

Que levante la mano (yo ya la dejo bajada) el que no invierta condicionado por criterios como reversión a la media, trackrecord, comparativa con eventos pasados similares, evoluciones históricas, etc. Esto es extrapolable a cualquier ámbito de la vida: fichamos a X jugador porque las dos últimas temporadas ha metido 50 goles, contratamos a este trabajador porque tenemos muy buenas referencias de su buen hacer, me compro esta marca de coche porque la gente que lo ha tenido me habla muy bien de él o mejor no me caso con esta señora que habla sola por la calle porque entiendo que aunque locuras pasadas no garantizan locuras futuras, algo me dice que no será la mejor de las elecciones. Cuando nos preguntan por qué invertimos en renta variable uno de los argumentos a favor es que en el pasado a muy largo plazo nunca se ha perdido dinero. O si les preguntan por qué invierten de una determinada manera frente a otras estrategias es probable que se basen en datos pasados de rentabilidad, o de crecimiento, o de baja volatilidad o los puntos que ustedes consideren. Todos invertimos en activos esperando obtener comportamientos similares a los que se han obtenido en el pasado. Y esto aplica al que invierte en inmobiliario, en materias primas, en bitcoin, en arte o en lo que quieran.

En definitiva, que la frase está muy bien para no dar falsas esperanzas y también para lavarse un poquito las manos (sobre todo los profesionales del gremio), pero la realidad es la que es y los datos que tenemos para guiarnos son siempre de agua pasada sobre la que, al menos parcialmente, esperamos volver a navegar en el futuro.

4.- El interés compuesto. Te alabamos señor.

Amén.

Y sí, el gráfico es correcto, el poder del tiempo es brutal y como imagen para ilustrarlo es perfecta. No vengo aquí a negar el interés compuesto, pero sí a cuestionar la realidad detrás de los gráficos.

Si bajamos del reino de los cielos a la tierra no prometida, podemos concluir sin temor a equivocarnos que la Investor 1 (llamémosla Eva) y el Investor 2 (llamémoslo Adán) no existen. Y mucho menos una comparativa realista entre ellos.

  • ¿Conocen ustedes a alguien que haya invertido 50.000$ de los 25 a los 35 años (que hasta ahi todo bien) pero que luego se haya pasado 30 años viendo todo eso componer tranquilamente sin enredar (gastar, mover, rotar, liquidar…) con ese dinero?

  • ¿Conocen a alguien que en su primera etapa inversora no sea precisamente donde haya cometido los errores más graves? Como para dejarlos componer (o descomponer) 30 años…

  • ¿Conocen ustedes a alguien que tenga la misma capacidad de ahorro mensual al inicio de su vida laboral (caso Eva) que cuando ya está asentado (caso Adán)? Si subimos la capacidad de ahorro de Adán en unos 50$ más al mes el gráfico ya cambia de ganador. Y si invierte 100$ más, la cosa ya cambia mucho. (Si, ya se que aun así el esfuerzo económico de él es mucho mayor que el que ha realizado ella, pero el punto es que el gráfico cambia en cuanto modificas ligeramente las cantidades).

Y ahora los dos aspectos más insalvables:

  • ¿Creen ustedes que el concepto “ceteris paribus” en dos vidas de los 25 a los 65 años (que son 40 añazos) es aplicable? La infinidad de variables que implican vivir no requiere ni siquiera desarrollar la idea.

  • ¿Creen ustedes que el concepto “ceteris paribus” económico respecto a ciclos económicos, tipos interés, productos disponibles para inversión, etc. que tiene cada uno de ellos es aplicable? Las decisiones y vicisitudes de una vida inversora implica tantas variables que tampoco requiere ni siquiera desarrollar la idea.

Vamos, que si en vez de soltarles este rollo les preguntase a ustedes directamente que si pudieran volver a sus 25 años (quien los pillara!) y poder hacerse una Eva o volver a sus 35 años (quien los pillara!) y poder hacerse un Adán creo que las respuestas irían claramente hacia cierta dirección. Porque una cosa es lo que nos dicen las sagradas escrituras del Excel y otra distinta es la existencia terrenal.

Porque el cuándo, cuenta mucho. Pero el dónde, el cuánto, el cómo y el porqué, cuentan todavia más.

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Considere que Eva o Adan, a los 65 años, en vez de comprarse un cochazo de 75 000 euros, se compran un VW de 25 000 seguro al 95%, y los 50 000 euros que les sobran se lo donan de golpe a su hijo de 25 años para mantenerlo invertido al 7% anualizado hasta que tenga 65.
En esa fecha habra obtenido 800 000.
Parte de los cuales puede donar a varios hijos y recomenzar la historia aun mas mejorada.
Es la maquina sin fin.

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Esta sí es un manera realista de enfocar la posición de un inversor minoritario y no esos cuentos de Disney que suelen usar aquellos interesados en no espantar a los que mantenemos este negocio; una delicia leerle y un bálsamo descubrir que sigo manteniendo cierto " sentido común " .

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Desde luego es muy atractiva la propuesta, pero me temo que de difícil ejecución.
Hace unos pocos meses decidí hacer algo parecido y le puedo asegurar que la tentación de abandonar esta estrategia cada día va a más y no porque vaya mal, ya que es todo lo contrario y esto lo hace si cabe más dificil de sostener, pues para mi supone aceptar, que se puede perder lo que todavía solo está sobre el papel, imaginar los altos y los valles que quedan hasta llegar a ese ideal que bien podríamos definir como el Shangri-La de los inversores ,sería fácil de soportar si tuviéramos la certeza de la existencia del lugar; ese es hoy día mi afán saber si Shangri-La existe, saludos.

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Me parece una de las infografías donde más claramente se aprecia el poder del tiempo. La comparación entre aportar durante 10 años frente a hacerlo durante 30 y conseguir menos da que pensar.

El tiempo es incluso más determinante que el propio retorno anualizado. Matemáticamente, se puede acumular una mayor cantidad invirtiendo al 3,33% durante 30 años que logrando un 10% anual durante solo 10 años. Eso sí, si incorporamos la inflación a esto que digo la segunda opción sale mejor parada.

En cualquier caso, como bien dices, son modelos teóricos que sirven para planificar nuestras finanzas, pero cada situación personal es única.

De la infografía, me gusta especialmente la idea de que empezando pronto y aportando de forma significativa al principio, uno puede permitirse eliminar las aportaciones antes y, con ello, quizá reducir la jornada laboral conforme se acerca la jubilación, o ayudar más económicamente a la familia… o todo lo que pueda comprar ese dinero que no necesita aportar.

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