Buenos días,
Llevo varios meses por aquí y voy a aprovechar esta oportunidad para redimirme, ya que no me presenté en su momento.
Me llamo Francisco. Hasta hace mi poco tiempo mis conocimientos sobre inversión eran nulos. Siguen siéndolo obviamente, pero un poquito menos gracias a vosotros.
En la vida no existen las casualidades pero yo he disfrutado de muchas, y una de ellas ha sido compartir espacio de trabajo con una persona muy conocida en este entorno que ha despertado mi curiosidad por el mundo de la inversión y que paciente y generosamente ha ido contestando a todas mis preguntas de principiante, de manera que mi concepción del mundo de la inversión -hasta ahora completamente sesgada- está ganando en nuevos puntos de vista. Le estoy enormemente agradecido, por supuesto.
Por casualidad, podría considerarme ejemplo viviente de que la doctrina del largo plazo sin agobiarse por las cotizaciones tiene sus ventajas. Me explico; siendo bastante joven mi familia vació mi cuenta a plazo fijo para contratarme algunos fondos. Durante todo este tiempo no les he prestado atención, y hablo de muchos años. Ni siquiera sabía exactamente cómo funcionaban ni qué riesgos tenían. Laboralmente tampoco han estado las cosas como para poder realizar aportaciones, ójala. Así que imaginen la sorpresa que me he llevado ahora que he decicido ver qué ha pasado con aquellos ahorros después de todo este tiempo. Bueno, son los típicos fondos de banco así que nadie se deje llevar demasiado por la imaginación. Anda que si llegan a ser BRKs… jajajaj. Pero bueno, eso mejor que nada, al menos no me ha comido la inflación y he sido feliz en la ignorancia de lo que significa volatilidad.
No me malinterpreten; me considero ese tipo de personas de las que se agachan para recoger un céntimo del suelo pero que no se pelearían con nadie por él, y la vida me ha tratado así. Por fortuna siempre he dispuesto del dinero que necesitaba para el día a día incluso durante largos periodos de tiempo sin ingresos (cosas de ser autónomo/arquitecto) gracias a una vida austera, al dinero en el colchón y a dosis de buena suerte de vez en cuando. Nunca he tenido que pedir dinero prestado ni a personas ni a bancos, pero sé que si eso hubiese hecho falta la familia hubiese respondido, y eso de ir con red es una suerte. La frontera entre el desapego y la desidia a veces es confusa, así que los fondos eran (y en parte siguen siendo) considerados como un extra con el que prefería no contar, algo para una emergencia muy gorda, algo que disfrutarán mis hijos… Me llegué a plantear que si un día lo perdía todo tampoco sufriría más de la cuenta (bueno, ya me tendría que ver en una así para opinar…) porque eran eso, un extra. Con el día a día tenía que irme apañando.
Ya ven, financieramente un desastre. En mi descargo diré que ese tiempo que no he dedicado a la inversión se ha empleado en muchas otras ocupaciones que considero muy importantes para mi formación como persona. Me considero muy afortunado también en este sentido.
Pasan los años, suceden cosas en mi vida, y además me cruzo con esta persona. Soy curioso, y a base de hablar con él empiezo a ver la inversión desde más perspectivas. Así que ahí estoy, intentando conjugar mi visión de la vida con las ventajas de la inversión, sin que me suponga un dilema moral o espiritual.
Por no aburrirles más diré que he entrado en Cobas Selección, Magallanes Iberian y ahora estoy valorando algún mixto tipo Buy&Hold o Cartesio. Estoy construyendo estas posiciones en parte con el colchón y en parte traspasando de estos fondos históricos que, si bien cumplieron su función en el pasado, no son más que productos bancarios que vistos ahora que ya soy un experto (jajjajaja) me parecen llenos de carencias.
Si me tocase la lotería creo que empezaría a mirar algunas acciones de las de “para toda la vida”, y poco más porque creo que jamás sabré leer unas cuentas de una empresa, soy de los que consideran que el 2% que se llevan los gestores de mis nuevos fondos me merecen completamente la pena.
Un saludo