Presentación y consejo en mi situación

Sin duda, y hay cosas pagadas con dinero que, en realidad, no tienen precio. Ahora bien: más vale tener dinero para pagar las cosas que no tienen precio, porque en caso contrario, se pierde todo aprecio.
Parece un trabalenguas, pero creo que se entiende.

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Depender de otros, en el aspecto físico, contiene una carga emocional que no es posible eludir, y en esa situación hay márgenes, matices y grados, pero en todas ellas hay una transacción material y otra inmaterial. La segunda es más complicada de gestionar.

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No le conozco salvo por estas palabras recien leídas.
Me ha gustado mucho lo de “a veces la familia no comparte apellido” . Sirve para recordar una realidad q tan difícil nos cuesta ver.
Y su despedida “suerte ahí afuera y paz ahí adentro”.
Se ve que está curtido en mil batallas y que a su alrededor tiene buenos , imagino escasos, amigos. Si es así es afortunado.
Me ha transmitido paz, serenidad y sensatez.
No es lo habitual. Valoro mucho esas cualidades.
Muchas gracias.
Un abrazo.

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Caída casi recuperada, se podría dar un homenaje con jamón Joselito :smiley:
Feliz Año @Fernando8751.

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Y añado:

En algunas otras ocasiones quienes comparten apellido no son familia.

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Desconocía tu situación @Fernando8751. En mi vida he tenido una relación cercana con tres personas con minusvalía grave. Y creo que han sido de las que más he aprendido. Tengo algunas inseguridades tanto personales como profesionales. Cuando esas inseguridades afloran les tengo como ejemplo de cómo hay que afrontar la vida.

Un abrazo,

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Especificando:
-Mi discapacidad es espina bífida, es una malformación congénita con múltiples secuelas que, a lo largo de la vida, se recrudecen. Nadie me daba ninguna esperanza de vida al nacer (1965) y hace como 20 años, al preguntar si tendría que vigilar en lo sucesivo mi próstata por antecedentes familiares, dijeron que no sería necesario. No alcanzaría la edad en que saltan las alertas.
-Vivo con mi madre. Mi padre falleció relativamente joven, con 62 años. Alcoholismo crónico, cirrosis hepática irreversible. Con mi madre, a lo largo de la vida, se crean lazos que, como prácticamente en todos los casos de personas con discapacidad, son de sobreproteccion (en mi caso, relativa), pero también de cierto sometimiento y egoísmo.
-Siempre, en cierta forma, aunque fuera en segundo plano, colaboré económicamente con mis padres (trabajé 20 años como vendedor del cupón de la ONCE, hice la calle). En mi familia y en aquellos años era lo normal aportar a la familia. Al mismo tiempo, dirigía mi dinero sobrante, con todos los errores habidos y por haber, `invertia’. Todo comenzó leyendo boletín es de la OCU. Mis padres nunca me hicieron caso en este tema y, aún hoy, mi madre me pide que la acompañe a la oficina de Ibercaja a perpetrar desmanes, puesto que me limita las opciones.
-No hay más familia, porque la que no hay no ha existido nunca salvo para acarrear disgustos y, de los que hay se corresponde con eso que designan con la expresión ‘familia desestructurada’.
-Con mii empeoramiento físico al menos conseguí que me concedieran una gran invalidez, de la que disfruto. Detrás tenía el apoyo del sindicato al que dos años antes me afilie como autodefensa ante el puteo queme sometían desde los mandos intermedios de la empresa. Fue bien, pero no querían concederá.
-Mi físico, lógicamente, ha ido empeorando. Terminé de pagar mi hipoteca en donde vivía antes y decidí trasladarme con mi madre a la capital. Recuerdo cómo cuando lo decidí, coincidió con ayudas a la vivienda para discapacitados en el gobierno de Zapatero. Me interesé por el tema, pregunté al gobierno autonómico y me dijeron: como tenía un piso en propiedad no p o día acceder a otro ni en concepto de alquiler (subvencionado). Lo he puesto en venta, dije, y además accederia a un trueque y si no, me pago yo el alquiler. Lo que necesito es un piso adaptado en la capital porque mi piso y la ciudad en que vivo no reúnen condiciones y cada poco necesito consultar especialistas médicos. No tengo coche ni puedo coincidir. Respuesta: usted nunca debería haber sido propietario de un piso. ¿Ni por herencia, matrimonio, separación, viudedad…? Respuesta: nunca.
-Lo ultimo: necesidad de cuidadores para mi y mi madre, En mi caso, un chico excepcional, pero con problemas físicos que no voy a detallar. Siempre se crean lazos con este tipo de personas que te cuidan. Y en mi caso, como ya he insinuado, queda la confrontación por celos con mi madre, que no puede asumir su ya manifiesta incapacidad para cuidarme ni el hecho de que tenga atenciones con esa persona. Al mismo tiempo, el cuidador realiza una especie, a pesar de su bondad natural, de chantaje emocional no ya para que su situación pudiera ser mejorada, sino por apropiarse del espacio afectivo.
Las Viscofan las vendí, volveré. Estoy en proceso, siempre en proceso de muchas cosas.
Esto no es un foro de autoayuda, pero algunas de las cosas que relato, a mi modo de ver, tienen alguna relación con el tema fundamental que aquí se trata. A veces no es cuestión de estados contables, análisis fundamental o comisiones pagadas, sino mucho más de situaciones personales, edad, salud, aspiraciones, sesgos psicológicos, dependencias emocionales…
Gracias. Sigo en ello.
Cuídense no solo de los de ahí afuera, sino también de ustedes mismos.

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Lo de la espina bífida y la próstata no se como andará…pera esa cosa que tiene entre las orejas,funciona a toda máquina…y es lo importante.
Le felicito,porque la suya es una historia de superación.
No haga caso a nadie que lo quiera enterrar antes de tiempo…lo que no contaba nadie son los grandes avances que estamos viviendo…sobre todo en la información.
Se sabe mas ,mejor y las 24 horas al día…todos los cientificos,profesionales a escala global…estan publicando constantemente…y eso hace avanzar a la humanidad como nunca.
Sea Vd. bienvenido…historias como la suya molan!!

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@Quixote1, efectivamente, como en todos los campos de la medicina hay progresos espectaculares, no a la velocidad que todo el mundo quisiera. Sin embargo, en este caso sólo se han producido avances en el diagnóstico, en la prevención y en la rehabilitación o tratamientos paliativos.
Pero matizo: en cuanto a la prevención, sabiéndose que, en el 95 % de los casos, se produce por un déficit de ácido fólico durante el embarazo, y que la formación del sistema nervioso se produce en los primeros estadios, los médicos recomiendan a la mujer embarazada cuando el embarazo ya es seguro (y depende, también, del momento en que la mujer advierte primeros síntomas). En mi opinión, la administración del ácido fólico debería ser “obligatorio” (SI) desde la primera regla.
El diagnóstico, tras la generalización de los sistemas no invasivos, la ecografía, está claro el avance.
Sobre la rehabilitación hay temas estructurales, económicos y sociales que la limitan. Además, mi experiencia personal (nunca me fue recomendada por no haber esperanza de mejora, aunque sí podría haberme mantenido mejor) es que su eficacia es un poco subjetiva, que no va más allá del intento de mantener en una mínima forma. Como en cualquier persona sin discapacidad constituye el ejercicio físico.
Reparación: se ha avanzado en la reparación intrafetal, pero no es una técnica muy extendida, por su coste, y porque realmente, el número de casos susceptible de ser candidatos es ínfimo. Afortunadamente, la posibilidad de abortar siempre está ahí, en los países civilizados.
Cuidados paliativos: sobre esto, muchos matices. Los que te puedas pagar, lo que te cubra el sistema en función de tus necesidades e ingresos. No por tener más ingresos te van a proporcionar más recursos. Al revés. Teniendo nada accedes a más.
A fecha de hoy la Seguridad Social no nos concede el estatus de enfermo crónico, ni para la adquisición de medicamentos, de forma que medicamentos indispensables para continuar viviendo (laxantes y vitaminas) están fuera del catálogo de prestaciones de la Seguridad Social. No sólo sufro copago en lo financiado, sino que pago al 100 % los imprescindibles, vitales.
Realidades desconocidas por la mayoría.
(Busco un hilo en el que usted hace comentarios de carácter histórico muy erróneos. Se lo digo sin acritud, pero creo que anda desinformado en esa materia, aunque tengo simpatía por su forma de inversión, que intentaré implementar en la mía de forma parcial).

A fecha de hoy, lo más relevante es…“Al turrón” by @jvas :slight_smile:

  • He sacado toda la pasta de Tressis.
  • Tengo alrededor de un 60 % de liquidez para invertir.
  • He ido aumentando mi participación en fondos en Renta 4. De lo invertido aquí ahora mismo en fondos, la distribución está así:
    -HERMES GLOBAL EMG MKTS R (EUR) (28,02 %)
    -FUNDSMITH EQUITY FEEDER T (EUR) (14,14 %)
    -MSS GLOBAL OPPORTUNITY A (9,67 %)
    -AMUNDI I FTSE EPRA NAREIT GL AE (8 %)
    -PICTET SHORT-TERM MONEY MKT(CHF) R ACC (7,32 %)
    -FIDELITY US HIGH YIELD A (6,12 %)
    -AMUNDI INDEX JP MORGAN EMU GOVIES AE A (6,09 %)
    -LM WESTERN AS SHORT TERMS GOV INCOME A (6,05 %)
    -TEMPLETON FRONTIER MARKETS A (EUR) (5,50 %)
    -AMUNDI INDEX S&P 500 AE (EUR) ACC ( 4,60 %)
    -AMUNDI INDEX MSCI WORLD AE (EUR) ACC (4,49 %).

En noviembre compré en Selfbank (de donde me quiero ir, pero la forma de poder un comprarlo) un EFF de minas de oro junior, que no ha ido mal, va por un 10 u 11 %.
Ahí mantengo también las Diageo y las Shell.
En Clicktrade, Intel solamente, de momento.

A la espera, no tengo prisas, estoy en proceso y procesando.

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Es el mercado, amigo. Delegar decisiones y confiar.

Te levantas una mañana -o te levantan- y compruebas cómo cada vez que has intentado desarrollar un plan, escoger entre las mejores opciones, seleccionar las personas indicadas, asignar tus recursos con el mayor tino del que te creas capaz ya que te juegas algo más que el dinero del día a día o de tus días futuros, has fracasado. Que podías poner en riesgo la forma de vida de quien más quieres y la propia, aunque ambas están mediatizadas y hasta el final por el comportamiento de terceras personas, dada nuestra vulnerabilidad y dependencia. Haces examen y comprendes que seleccionando directamente, sea cual sea el proceso, te encuentras inerme ante personas que, amparadas por la necesidad de empatizar con ellos, te arrojas en sus brazos y, en lugar de dar preeminencia a tus propias necesidades, intentas mejorar sus vidas. El comienzo de un proceso de doble dependencia: la física y la emocional, producida ésta última mediante el chantaje emocional y la manipulación.
Un amigo mío, tan liberal o más como presupongo a muchos de ustedes, compañeros de foro, me dijo: “Hiciste bien en cambiar, delega, confía en el mercado. Es el mercado, amigo, ya sabes”.
Una coma cambia el mundo: “Es el mercado, amigo” o ¿“Es el mercado amigo”?
Pensamos en delegar nuestras decisiones pensando que dejándolo en manos expertas resolvemos. Tan sólo debemos acogernos al “tran-tran” (@MAA dixit). Pareciera, a primera vista, una gran decisión. Delegas y pagas, no gestionas. Podría colegirse que es válido para cualquier decisión humana, que cualquier actividad económica o laboral se podría ajustar a este patrón de actuación y que, depositando esa confianza en otros que deciden puntualmente por ti, obtendrás un resultado razonable que pueda hacer que la vida sea confortable.
Casi tan pronto como lo haces, compruebas que el sector de los cuidados a domicilio o empleados del hogar es otro mundo. De ser, tiempo ha, trabajadores sin derechos, han pasado a ser privilegiados que, más allá de cobrar limpiamente una nómina gestionada por uno o por medio de una agencia (delegando) no puede enmarcarse su comportamiento dentro de unos parámetros normalizados porque…ahí entra en juego la psicología del día a día, del trato personalizado, de los problemas diarios que surgen en tu ámbito y en el propio de la persona que trabaja. La asepsia está ausente de ese campo subjetivo que son las relaciones personales en donde ni es el “mercado, amigo” ni es “el mercado amigo”. No hay más amigos que los que quedan alejados del papel moneda, las tarjetas de plástico o las transferencias bancarias.
Me pregunto si hay más sectores económicos en los que las posibilidades de delegación se encuentren perturbadas por la psicología de los individuos interfieran las decisiones que, supuestamente, podría pensarse que pueden casi automatizarse, abandonarse con total asepsia a un sistema.
¿Tran-Tran o ti-ri-ti-tran-tran?
Más bien lo segundo.

Feliz fin de año para todos los foromasdividenderos y ya saben, tengan cuidado tanto con quienes estrechan la mano por selección personal como con quienes hayan conseguido que ustedes deleguen sus decisiones.

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Compro IBM, a ver qué tal. Ya saben lo primero que va a caer…

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Somos socios don Fernando, suerte con la inversion.

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Encomendómenos… :smiley:

No fastidie, ahora que ya me verdean.

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Pues enhorabuena y paciencia.

El lunes dudo entre entrar en IBM o Cisco. A ver si me consigue un buen precio @Fernando8751 :joy:

Hombre, entre una y otra, escoja IBM y deje Cisco para cuando yo la haya comprado para subirme el precio de las ya compradas.

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 **Cumplir con nuestras obligaciones**.
                                                                                 *In memoriam Rafael L.*

*(El carácter se produce en el gran laboratorio diario del deber. Thomas W. Wilson)*
  • (Al hombre que hace todo lo que puede no debemos decirle que no hace todo lo que debe. Fray Antonio De Guevara.)*

  • (La única forma de regenerar el mundo es que cada uno cumpla con el deber que le corresponda. Charles Kingsley).*

    La llamada del móvil de mi primo al mediodía:
    -Ya está, ya se han ido las ATS del servicio de cuidados paliativos. Han dejado lo necesario para suministrarle a partir de las 11 de esta noche, hasta donde aguante. No va a sentir dolor ya, o lo mínimo posible. Él se ha quedado un poco perplejo por la apariencia de despedida y les ha preguntado si el jueves o el martes de la semana que viene no vendrían. Le respondieron con un “quién sabe, Rafael”. Él asintió y dijo: “no pasa nada, ayer hice venir al cura, que era amigo y amigo de la infancia”.
    Tres horas más tarde, recibí otra llamada al móvil de mi primo. Era una de esas tardes en que debo permanecer acostado. No se puso mi primo, se puso mi tío, su padre. Dijo algo así:
    -Fernando esto se ha acabado y está bien que así sea, pero te llamo para despedirme y pedirte, por favor que no vengáis, no podéis, vosotros también estáis mal y os pondríais en dificultades por viajar, no tendríais dónde estar cómodos y os cansaréis. Os suplico que no vengáis.
    -Yo: Tú sabes bien que yo haré lo que me salga de los cojones, como siempre, como tú. No lo vas a impedir. Cada uno debemos hacer lo que debemos y mi obligación es estar ahí cuando ocurra, ya que ya no puedo estar ahí contigo en esos momentos.
    -Él: Que sepas que ya he hecho lo que debía hacer, he dejado todo en orden. En cuanto a ti he hecho lo que he podido.
    -Yo: Lo sé.
    -Él: No sólo he hecho lo que debía para tenerlo todo preparado, porque sabía que me quedaba poco. A tus primos ya les he dicho lo que deben hacer de aquí en adelante.
    -Yo: Hazles caso en todo lo que te digan estos días.
    -Él: Ellos ya saben lo que deben hacer. Bien, me reuniré con los nuestros y un día nos reuniremos tú y yo, pero antes una cosa: cuida de tu madre al máximo, haz todo lo que puedas por ella hasta el límite, todo lo posible, ¿vale?
    -Yo: sabes que eso será así siempre, hasta el final.
    -Él: Bien, pues hasta que nos volvamos a ver, allá arriba.
    -Yo: Hasta entonces, sea arriba, abajo o aunque no haya dónde.
    Colgó. Colgué.
    El sábado por la mañana falleció mi tío, en otra ciudad, donde nació y donde desarrollé casi toda mi vida. Tras la espera para saber los detalles y horarios de los preparativos en tanatorio e iglesia, mis primos me los trasladaron. Concerté un taxi adaptado para que me llevara el domingo por la mañana, esperara las horas necesarias y me devolviera a mi casa, tras pasar esas horas con la familia y amigos en el tanatorio.
    En esta semana pareciera que se cumpliera la ley de Murphy conmigo. Un catarro mal curado, un medicamento ad hoc que me ha producido una alteración con otros, ir dos veces al centro de salud por mi madre, tres noches en pie por urgencias para ella, el fin de semana no sabiendo si iba a poder asistir a la despedida de mi tío. Estuve a punto de renunciar.
    Había previsto la circunstancia llamando unos días antes a una amiga que conozco desde los tiempos de la universidad y se ha volcado con nosotros viniendo a casa muchas veces interesándose por nosotros y le pedí que acompañara a mi madre esas horas en que estaría ausente.
    Los familiares no se quedaron tan extrañados de que yo fuera como de que no viniese también mi madre. Expliqué las circunstancias. Otros tantos conocidos casi no me recordaban y muchos que me saludaron me preguntaban si los reconocía, como si por el hecho de usar “vehículo eléctrico” supusiera que mi cerebro fuese una cámara de vacío. Una señora que era muy mayor, mi maestra de primaria, me saludó en ese tono: “¿me reconoces”. “Pues claro, usted es Rita, mi maestra”.
    Ayer seguí mi especie de “rutina”. Al hospital general, a recoger un recipiente para realizar a mi madre un análisis especial.
    Cada cual, en su sitio. Cada cual cumpliendo sus obligaciones, cada cual realizando el esfuerzo diario por desarrollar una vida digna para sí y los demás, especialmente los más cercanos, los que más necesitan de nuestros cuidados, aunque como en este caso, quien los administra también los necesite.
    La pérdida de un familiar implica, generalmente, dos situaciones: la del duelo, de mayor o menor brevedad dependiendo del grado de parentesco o de la fortaleza de la relación en vida, y la traslación a futuro de lo que supone para uno mismo la desaparición del familiar. En mi caso, no hay mayor duelo que lo que suele uno sentir durante unos días y el recuerdo vivo de la persona, aunque por la distancia física en que nos encontrábamos en los últimos diez años en que marché de aquella ciudad. La traslación a futuro de lo que supone su pérdida basta con recordar que, cuando comenzó mi empeoramiento físico, y aunque tenía una esposa enferma prácticamente enferma desde que se casó a la que tenía que atender, él fue quien tomó su coche y fue llevándome de consulta a consulta médica, ya que mi padre había fallecido. Él fue el único que me defendió ante toda la familia cuando me propuse cambiar de casa y de ciudad, entendiendo mis necesidades. Él fue quien me aconsejó en cuanto a las condiciones en que me debía de endeudar para comprar otra vivienda donde ahora vivo. Él fue quien me ayudó en la peregrinación para encontrar la vivienda que se ajustara a las reformas que necesitase en función de la accesibilidad requerida.
    El epílogo, como consecuencia de este último pensamiento, de este ejercicio de trasladar a futuro las consecuencias de la desaparición de la persona, es la asunción de la realidad de que es un fin, no sólo de la persona fallecida, sino fin de raza. Sus hijos, integrantes de una familia desestructurada como consecuencia de las dificultades familiares, viven como pollo sin cabeza, sin saber dónde tienen su mano derecha e izquierda, con sus empleos mediocres tras perder el negocio de construcción de toda la vida, con parejas no muy dispares de sus parámetros vitales. Personas que dudo mucho sepan si tienen obligaciones morales, si tienen alguna misión que cumplir salvo llenar la nevera.
    Tampoco sé si tienen algún sentimiento de orfandad ahora que ya han perdido a sus padres. Yo sí tengo un sentimiento de orfandad no por la pérdida de mi padre, que ya se produjo hace años, que me siento huérfano por la desaparición del concepto del cumplimiento de las obligaciones, la falta de asunción de la responsabilidad para con los tuyos, el espíritu de sacrificio sobreponiéndose a las dificultades personales a pesar de los momentos críticos.
    Mi padre, que murió tan joven por sus malos hábitos, tenía tres virtudes que me quedaron tatuados en mi cerebro por siempre: el afán de conciliación de las partes enfrentadas (siempre lo buscaban familiares para mediar en sus conflictos); el respeto y la tolerancia por las opiniones, ideologías ajenas, a pesar de su oposición (vive y deja vivir), y el valor del esfuerzo para superar el dolor al intentar cumplir nuestras obligaciones.
    Cuando yo era pequeño, pero a una edad en que hacía años tenía que haber empezado a caminar, cuando empecé a utilizar prótesis le aconsejaron a mi padre que intentara obligarme a caminar sin apoyos, despojado de bastones sin agarrarme al mobiliario. Él, al final de una pequeña salita; yo, en el otro extremo. “Ahora, suéltate y ven”, exigía. “Me voy a caer”, respondía. “Te caerás y te levantarás”, concluía. Avanzaba un poco e, indefectiblemente, me caía. Esperaba que me recogiese. “Levántate”, ordenaba. “Ayúdame”, le solicitaba. “Sólo esta vez, porque más adelante nadie lo hará”. “Otra vez, ven hacia mí, esta vez un poco más”. “Suéltate, quita la mano de la mesa”. Hasta que podía llegar a la puerta de entrada.
    Porque todo consiste en llegar a una puerta de entrada, en caer y levantarse sin pensar que nadie estará ahí para levantarnos y porque es necesario ponerse en movimiento para cumplir con nuestras obligaciones. Cueste lo que cueste, ignorando el dolor.
    No sé qué tendrá que ver con las inversiones financieras, con el mundo del ahorro o de las empresas. Lo que sí sé es que no hay cesta sin mimbres.
    Les adjunto un par de videos, uno con un título que no deja mucho espacio para dudas:
    Toca luchar:
    https://www.youtube.com/watch?v=Wo310XZv_Cs
    Otro acerca de un hombre que, habiendo cometido errores en su vida, la ha afrontado con humildad y esfuerzo, el gran Alfredo Evangelista, a quien reconocí en un centro comercial cercano a mi casa y con quien me hice una foto. No sé cómo pude reconocer tras tantos años de haberlo visto en mi infancia en una tele en blanco y negro al hombre que resistió quince asaltos a Cassius Clay, Muhammad Ali:
    https://www.youtube.com/watch?v=VphXCyuxAxo

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Mi más sentido pésame por el fallecimiento de su tío. Creo que ud. es la persona mejor preparada para cuando los mercados se pongan bajistas. La cantidad de peleas que ha tenido y tiene que luchar . Hay héroes sin medallas pero ud. se merece unas cuantas. Yo le doy una gran medalla al valor y al honor.

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Gracias, @amuradoya. Lo que quiero no es construir una autoalabanza que no merezco. Lo que pretendo transmitir es que la resistencia no es una actitud para elogiar, la resistencia es una obligación que constituye el material con que se construye una vida digna.

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