Los inversores de a pié, los que no estamos obligados a rendir cuentas a nadie –salvo a nuestras torturadas conciencias- tenemos grandes ventajas, no lo duden. Aprovéchenlas y no malgasten las pocas balas de que disponemos. El capital no es infinito y, como bien apuntó Keynes, suele acabarse mucho antes de que el mercado nos dé la razón. Y es que haríamos bien en preguntarnos por qué el señor Mercado debería compadecerse de nosotros cuando tratamos, empecinadamente, de llevarle la contraria, en un acto de rebeldía sin parangón que puede conducirnos a la gloria pero que las más de las veces nos destroza inmisericordemente.
Ser contrarían hasta puede ofrecernos una medalla áurea que podemos lucir, airadamente y con altivez, ante nuestros compañeros de camino que, más humildemente, se conforman con “retornos menores” invirtiendo en determinados índices tontos (que no lo son, o sí, eso poco importa), pero no olviden que el tiempo pone a cada cual en su sitio y que la suerte, las más de las veces, no ayuda.
Es de hombres inteligentes aprender de los propios errores, pero es de sabios aprender de los ajenos. Esas sabias palabras de Buffett que nos invitan a maximizar nuestro camino, invitándonos a no tropezar en las piedras que ya han sido obstáculos para otros, son más fáciles de leer que de poner en práctica.
Pabrai, sin reparos, reconoce –y demuestra con ello su humildad y sabiduría- que no tiene ningún inconveniente en copiar a los gigantes.
Pues con esos mimbres, con esas ideas en la cabeza, con el camino despejado de pedruscos y de dificultades, el que escribe, que es el más listo de la clase (ni se les ocurra dudarlo) decide comprar:
Horsehead (ZINC ). Si la tienen Pabrai y Guy Spier…, ¿por qué no?
Royal Imtech . Si la compro más barata que Bestinver…, ¿por qué no?
Sears. Si están en ella Lampert y Bruce Berckowitz…, ¿por qué no?
No hace falta recordarles que esas compañías son pérdidas permanentes de capital.
Podría citarles otras apuestas que aún siguen vivas, como las inspiradas en el genio de Prem Watsa, mis queridas Blackberry y Eurobank
Podría hablarles de inversiones, ya liquidadas, como las de TESCO , fruto de mi admiración por los tres mosqueteros.
Creo que me veo capaz de rellenar algún folio más con inversiones fallidas o ruinosas, pero con ello lo único que conseguiría es dañar mi ya maltrecha autoestima y arriesgarme a ser expulsado del foro por incapacidad manifiesta para opinar y aconsejar a otros usuarios . Y es que, créanme (como médico se lo aseguro), algunas enfermedades se contagian.
Permítanme, no obstante, que me atreva - en un último intento por recuperar algo de ego- a ofrecerles un último consejo gratuito (los peores que se pueden dar):
La próxima vez que se vean tentados a copiar la posición de un gigante, eliminen una palabra (tan sólo tienen que borrar dos letras) de la pregunta que les puede llevar al autoengaño y al desastre. Cambien ese: ¿Por qué no? por un simple, y mucho más racional,: ¿Por qué?